martes, 15 de junio de 2010

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True Blood (3x01) Bad Blood: Mala y sucia

La tercera temporada de “True Blood”, basada en “El club de los muertos” de Charlaine Harris, arranca exactamente donde lo dejó. Sí, es una obviedad de lo más previsible, pero realmente vemos que Alan Ball pasa a la directa y esquiva fugazmente a cualquier intriga posible para avanzar unos pasos en la oscuridad: unos tipos muy extraños han secuestrado a Bill y le conducen en un coche a un destino incierto, Jason Stackhouse sufre remordimientos de conciencia, Tara está destrozada al ver cómo su único ligue serio en dos temporadas es ‘asesinado’ aunque la versión oficial de Andy (geniales esos ‘cojones’ y ‘pronto’ hispanos en una frase) indica que fue en defensa propia evitando inculpar a Jason. Pese a ese nombre tan hortera (Eggs o sea Huevos o Güevones) es tapado por una sábana y la sangre traspasa...todo. ¿Leitmotiv y motor de la serie? Tara ya no será la Tara que conocíamos.
Jessica, por otro lado, llega con su primera víctima a su hogar y descubre las flores que le ha dejado en el porche Hoyt. Pero su víctima se encuentra moribunda y le pide que le lleve a un hospital antes de palmarla… Jessica asustada no dudará en cagarla todavía más e intentar convertirle en vampiro. 



Las revoluciones de esta tercera entrega parecen indicar que los terrenos y palos que va a tocar “True Blood” engloban coágulos amorosos a todos los niveles y conspiraciones, que serán parte y nudo de trama de intriga principal de rigor, durante toda la temporada. No hay buenos ni malos en “True Blood” porque todos tienen múltiples pecados que lavar y ese parece ser el objeto de traumas psicológicos. Tara y Jason van encaminados a dar volantazos traumáticos que les atañen mentalmente. Ambos interrelacionados por generar sus traumas: Jason ha matado ‘por accidente’ a Eggs y se queda impotente... y Tara no puede dejar de pensar en esa relación y la terrible ruptura por un disparo en la cabeza. Es interesante ver como dos personajes que parecían tener cierta tensión sexual al inicio (Tara estaba locamente enamorada de Jason en la primera temporada) podrían vivir la tormenta de la venganza si Tara averigua que el ‘semental’ de Bon Temps es el asesino de su ex.


Todo indica que se va a optar por la dispersión de sangre a manigerazos por numerosas tramas y vías pero que casi todas confluirán en un único caudal. Eso es, la trama de Sookie busca a Bill con Sam busca a su familia y Bill encuentra a la familia lejana de Sam.
Hombres lobo y altezas vampíricas parecen tejer tramas de conspiraciones y castigos. Negocio con V por medio y todavía con personajes sin descubrir...
¿Los vampiros pueden desaparecer y ser tratados como personas desaparecidas? Sí, pero deben pasar… cuarenta y ocho horas.

Con semejante desaguisado no falta el momento de la verdad: Sookie acude a Fangtasia con la intención de descubrir a Bill y pillar a Eric en bolas con todo este asunto (realmente había mandado a ‘gente’ a por Bill pero llegan tarde). Y efectivamente le encuentra en pelotas cepillándose durante seis horas a la nueva bailarina de Estonia. Tensión sexual absoluta. [no pongo ninguna imagen para que lo vean]


Bill consigue escapar gracias a un homenaje al Michael Jackson y su guante y provoca un accidente en el coche donde viajaba secuestrado. Reclama a esa creación suya llamada Jessica pero a la llorona de sangre mayor le haría falta un manual de la buena vampiresa en diez cómodos pasos. 

No se puede construir una escena más gay que Bill entrando en el motel de Sam sin camiseta y pidiendo darse una ducha antes. Cambio de camisas y ducha con el agua ‘dura’ de Arkansas...pero antes un beso que se rompe por un móvil. Sueños aparte, similares a los que tiene Sookie con Eric y vimos en la segunda temporada. ¿Son un contraste del poder que tiene el influjo vampírico traspasando incluso la heterosexualidad? [no pongo ninguna imagen para que lo vean]


“Bad Blood” es un episodio para enganchar: ya hemos visto un culo sueco, una secuencia onírica gay entre un vampiro y un cambiaformas (las posibilidades son ilimitadas), una pelea de gallitas y un accidente de coche… ¿¡Se puede pedir más aparte de True Blood o V!?

Lafayette debería estar muerto para cerrar la primera temporada pero demuestra que sus ‘bitch’ en su sucia boca suenan únicos y Sookie conoce el vacío legal que existe en el reinante mundo policial. Nadie quiere un crimen con un fiambre que anda.
Tara y la religión, Tara y madre y Tara vuelve a cerrar el círculo pero esta vez con madre que ha dejado de ser alcohólica. Sale Obama hasta en un Men's Health. ¿Estará reivindicando los personajes afroamericanos mayor presencia y peso en las tramas? 


Eric recibe la visita de los jefes, The Queen y el Magistrado, y descubre que está metido hasta el lodo sanguinolento de problemas por sus ‘negocios oscuros’ junto a la propia The Queen que no duda ‘ordenar’ (en privado) que elimine pruebas vendiendo toda la V que tenga y así conseguir dinero. No comparte puntos de vista y tiene más poder que Eric pese a tener una menor edad… ¿lo explicarán algún día?

Bill no tiene piedad de pobres ancianas que van con bombona de oxigeno y Tara empieza a estar tarumba e intenta suicidarse. Jason y sus nuevos traumas eréctiles aportan escenas de sexo y humor redneck mientras la ‘futura’ mujer de Bill encuentra gracias a Jessica el lugar del accidente. El ‘futuro’ marido de Sookie, después de dar un donativo a la anciana por la ‘cena’, es asediado por lobos del Mississippi. Va a ver leches, por supuesto, pero lo veremos en el próximo episodio donde no se escatimará sangre mala y sucia. Seguiremos informando.

2 comentarios:

  1. Buenísima la entrada de True Blood, eso sí lo he leído después de haber visto el capitulo. Genial.

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  2. Haces bien porque siempre contienen spoilers...

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