Marcella: Where Is My Mind?

Serie de TV

“Marcella”

EEUU

2016

Sinopsis (Página Oficial):

Tras el fin de su matrimonio, ha vuelto a Londres para retomar su trabajo como detective. ¿Habrá regresado también el asesino en serie al que investigara años atrás?

Crítica Bastarda:

¿Voy a recordar lo que hice?

En plena plaga de policíacos, “Marcella” pudiera destacar gracias a los episodios de su (anti)heroína, debidos a un gran estrés, que provocan que la amnesia se apodere completamente de su mente, conduciéndola a actos violentos que no consigue recordar. Esos lapsos y lagunas conforman un elemento original para posicionar a la protagonista y al espectador en un juego de reconstrucción de fragmentos, ampliando las líneas de suspense de la propuesta. Emitida inicialmente por ITV y distribuida internacionalmente por Netflix, “Marcella” arranca con Marcella Backland confundida, herida y ensangrentada dentro de una bañera, remitiéndonos a todo ese cúmulo de ambigüedad que se va a apoderando de la narración. Las líneas se van uniendo ya que la separación de su esposo provoca el primer ataque de ira de la protagonista, retomando su antiguo trabajo como detective tanto por ese factor de devastación como por el regreso de un asesino en serie que no pudo atrapar 11 años atrás. Todas esas tramas, como la de una joven que se prostituye vía webcam o la fijación de Marcella por el principal sospechoso de la anterior investigación, van enmarañándose alrededor de la vida de esa (anti)heroína. Precisamente no resulta gratuito que los escritores deseen seguir los pasos de todo el entramado laboral del marido de Marcella, asesor legal de la empresa de construcción DTG, ya que éste tiene una aventura con Grace Gibson, directora de la compañía y heredera de un gran legado familiar. Marcella visita a Grace y sufre uno de sus episodios, desapareciendo aquella que precisamente es la amante de su esposo y apareciendo posteriormente muerta. El hermetismo de Marcella Backland nos dirige ante un narrador poco fiable e imprevisible que descubre el cuerpo de un crimen que ella misma pudiera haber cometido… Ese doble juego entre la investigación principal y secundarias, los intentos de controlar esos vacíos que se apoderan de Marcella y la relación con su marido e hijos, forman parte de las esencias que despliega una serie que trata de dar sentido a esos doce días previos a la secuencia de apertura. 

Escrita por uno de los creadores de “Bron/Broen”, “Marcella” se ampara en esa niebla de miedos de su protagonista y esas conexiones y reminiscencias que muchos espectadores encontrarán con espectáculos como “Happy Valley” o “The Killing”, incluso en ese tablón de pruebas a lo Carrie Mathison en tiempos donde “Broadchurch” o “The Fall” han marcado tendencias. Precisamente la reciente “River” también manipulaba la psique torturada del investigador para potenciar ciertos focos dramáticos y “Marcella” trata de convencer al espectador con su buena factura y, sobre todo, con Anna Friel llevando las riendas durante los ocho capítulos que componen la primera temporada. Las resonancias de esa doble lucha de la protagonista, junto a todas las líneas argumentales abiertas, nos transportan a un doble juego donde pudieran existir múltiples asesinos, sembrando dudas sobre los propios aciertos y errores de Marcella en el proceso. Dentro del lodazal donde acaba atrapada la detective, también van surgiendo señales del engaño e infidelidad de Jason Backland con incluso un embarazo por medio. Es interesante que en esa mascarada de sospechosos la propia (anti)heroína esté incluida en la lista de candidatos y no podamos concretar quién es responsable de cada uno de los mismos. Ese torrente y gran remolino de dudas establece un punto de suspense con resbalosos y escarpados giros de guion que fusionan el melodrama familiar con la investigación a modo de rompecabezas donde todos parecen sospechosos y culpables. No obstante, el material más potente sigue siendo cierto espíritu inestable y pesadillesco de la propuesta que se torna en cruda y dolorosa realidad. Marcella descubriría que su matrimonio era una farsa desde hace algo más de tres años y se suma la tensión sexual que propicia un compañero detective y amigo, interpretado por Jamie Bamber, que lleva el caso de la desaparición de Grace Gibson. 

Existe tanto un sentimiento de liberación con el descubrimiento y verdad y también de recrear el terror dentro los hogares de las víctimas del asesino, siendo la serie una amalgama de diferentes tejidos para tratar de construir un espectáculo remarcable. La desaparición de una niña al cierre del quinto episodio nos posiciona ante una recta final plagada de giros de guion, con incluso una nueva trama de asesinos a sueldo y chantajes, donde todos los sospechosos van a ir siendo descartados para unificar las revelaciones finales. “Marcella” nos deja claro que no hay nada como la intuición de un buen detective, que las madres han de aceptar a sus hijos para evitar que éstos se conviertan en estúpidos asesinos en serie (que montan unos pedazos estropicios para tapar sus huellas de un crimen perfecto) y que nunca hay que rascarse los bocados y mordidas como prueba del delito. ¿Es que nadie ve en Reino Unido “The Walking Dead”? Al cierre quedan algunas dudas, personajes que desaparecieron sin dejar rastro, decenas de individuos desagradables con sus propios planes e incluso la propia protagonista nos mira exigiendo respuestas sobre su torturada e insegura mente. Where Is My Mind? Reina mora, un consejo de un bastardo: lleva una cámara pegada al cuello a modo de collar y no te pasarán estas cosas. Nada importa porque aquello que nadie ha entendido es que la gente se ponga a follar tanto en la serie al lado de traslucidas y grandes ventanas con los voyeristas sospechosos mirando sus actos impúdicos. Eso sí es un crimen y lo demás son tonterías. 

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