“Exorcismo en el Vaticano”
Título original: “The Vatican Tapes”
Director: Mark Neveldine
EEUU
2015
Sinopsis (Página Oficial):
Angela Holmes (Olivia Taylor) lleva una vida completamente normal hasta que su presencia empieza a provocar sucesos terribles a su alrededor, causando dolor y muerte a todos los que le rodean. Los expertos creen que Holmes está poseída, pero cuando acuden al Vaticano para realizar un exorcismo descubren que su posesión es una fuerza satánica mucho más poderosa de lo que jamás habían imaginado. El Padre Lorenzo (Michael Peña) tendrá que luchar contra el mal para salvar no sólo el alma de Angela, sino el mundo tal y como lo conocemos.
La mayor amenaza no es aquella que amenaza a nuestro cuerpo sino a nuestra alma.
[Y esa amenaza son los bodrios sobre exorcismos]
Que Dios nos coja confesados…
Durante 2.000 años, el Vaticano ha investigado sucesos malignos inexplicables. Desde principios del siglo XX, dichos casos se han grabado en cintas y vídeos y las pruebas, se han catalogado… BLA, BLA, BLA..
¡A LA MIERDA!
La traducción del título ya es en sí una posesión necesitada de un exorcismo. ¿Exorcismo en el Vaticano? ¿De verdad? ¿Pero acaso hacen el exorcismo en el Vaticano? Entre el dominio uah.com y entre tonterías que dicen como que «la última vez que fue a un hospital fue hace 25 años», es normal que “Exorcismo en el Vaticano” figurara entre las peores películas para crítica y público de 2015. Pasan muchas más cosas paranormales: te cortas el dedo de la manera más estúpida y random posible, te atacan cuervos sicarios talibanes enviados por Satanás, te emborrachas como una folclórica, pones mustias las plantas, te sale sombra de ojos de un grupo de metal nórdico cuando te miras en el espejo, montas un pollo en un taxi y te empotras para quedar en coma durante 40 días y, por si fuera poco, comienzan a pasar cosas raras en el hospital como si se te sacan los ojos con dos bombillas (o algo así). Y hasta aquí puedo leer. El Anticristo está aquí pero nadie sospecha nada. Está claro que a esta tipeja no la quieren ni en un psiquiátrico. ¿Quién se puede fiar de alguien que acaba de salir de un coma y está loca? Ni el estilo de cámaras de vigilancia y réplicas de otros films de terror, provoca que la cinta de Mark Neveldine llegue al muy deficiente.
No se preocupen. Feeeee tenga feeeee…
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Jajaja,exelente,cuando la mire solo llegue a la parte que quedan empotrados,no pude seguir mas,creo sinceramente que el cine de terror a girado 180 grados y envez de mirar al norte mira al sur,un saludo sr Bastardo.
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