Serie de TV
“Vergüenza”
España
2017
Sinopsis (Página Oficial):
“Vergüenza” es una serie sobre un fotógrafo de bodas, Jesús, que en realidad quiere ser ‘fotógrafo artístico’, y su complicada relación con su novia Nuria. En su empeño por dedicarse al arte y mantener a flote sus relaciones familiares y sociales, Jesús demostrará una insólita capacidad para meter la pata de forma constante, sin descanso y cada vez a peor. Esta serie es ante todo una comedia sobre la vergüenza ajena basada en esa sensación tan universal de ‘¡Tierra trágame!’. Una comedia en la que nos meteremos de cabeza, varias veces por episodio, en situaciones de verdadera grima social y humana en torno a la autoestima, el sexo, la familia y el trabajo con un tono de comedia absolutamente real y naturalista. Jesús y Nuria son una pareja Normal, con una vida normal, es decir, en crisis permanente. Él es fotógrafo de bodas, bautizos y comuniones, pero se cree llamado a algo más sublime: la ‘fotografía artística’. Ella, con una inestable situación laboral, teme no llegar a alcanzar los objetivos con los que soñó siendo más joven. Juntos, además y sobre todo tienen un pequeño gran problema: en cualquier situación, están abocados a hacer siempre el ridículo delante de sus amigos y familiares, quedando fatal de la forma más incómoda. ¿Ha contagiado Jesús a Nuria la maldición de dar vergüenza ajena? ¿Hay una cura posible para la grima social?
Lo siento, no puedo valorar esta serie con propiedad. Siempre que un personaje en una obra de ficción siente vergüenza… yo la siento de la misma manera… e incluso podría decir que de un modo mucho más potente y, valga la redundancia, vergonzoso. Me parece estupendo que, por fin, en España se haga una serie sobre la ‘vergüenza’ pero, no obstante, tal hecho se convierte en una auténtica tortura para que aquellos que sentimos vergüenza ajena con la vergüenza ajena. Y calificar todo eso de tortura es poco… La comedia de Juan Cavestany y Álvaro Fernández Armero puede que haya arrasado merecidamente en los premios Feroz y se suba al carro de ese grupo de ficciones que han dotado de mayor calidad la producción de género patria. “El fin de la comedia”, “Paquita Salas” o “¿Qué fue de Jorge Sanz?” ya no están solas en el firmamento nacional. El funcionamiento de los libretos de “Vergüenza” se ampara en diseccionar ese sentimiento de turbación que suele ocasionar todo acto humillante o deshonroso. La idea es que Jesús (Javier Gutiérrez) nos arrastre a esa vorágine en la que sepamos que va a cometer actos delirantes y vergonzosos y nos deje durante unos segundos pensando en aquella acción que nos sumergiría junto a él en la completa degradación social. He ahí cuando generalmente el guion da el golpe de gracia y toca un fondo inimaginable para que cualquier espectador entre en shock… y saque su peculiar campana a lo septa Unella para entonar un SHAME! SHAME! SHAME!...
Pero, lo siento, no puedo, no lo soporto… soy incapaz de continuar viendo “Vergüenza” porque para mí supone sufrir en mis carnes aquel dolor e indefensión que padecen todos los personajes de la saga de “Saw” multiplicado por mil. Es toda una angustia inimaginable que me sitúa en uno de los círculos interiores del infierno… Lo siento, esta serie me causa tal vergüenza ajena que simplemente me sirve para sintetizar lo patético que puede ser el ser humano y, por extensión, nosotros mismos. De hecho, podemos entender la propuesta de Cavestany y Fernández Armero como la más perfecta y certera alegoría de esa España tan grotesca y esperpéntica, incapaz de escapar de ese precipicio del sonrojo y el más absoluto bochorno. O, tal vez, aquello que nos traten de contar es que sentimos vergüenza por las situaciones que propone la ficción, seguramente la sociedad no ha superado muchos tabús que siguen produciendo grima y pavor cada vez que entran en escena. Y son muchos. La serie, además, pretende superar cada advenimiento de ese absurdo y ridículo que rodea la vida de sus protagonistas y, al mismo tiempo, empujarnos a atravesar todo tipo de tonalidad de humor que van desde a la escatología a la absoluta incorrección social en tiempos en los que todo ofende. Pero, repito, lo siento… no puede sentir la angustia en mis propias carnes de tal vergüenza ajena. Es demasiado, no puedo seguir viendo esta serie. Eso es bueno… pero también malo… porque da absoluta vergüenza. No puedo. SHAME! SHAME! SHAME!...
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