La Verdadera Historia de Lost: ¿Todos los perros van al cielo?

Empezamos a descubrir la verdad. En exclusiva bastarda LA CARTA filtrada de uno de los protagonistas de la serie “Lost” dirigida a los productores y guionistas del último episodio, “The End”.

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24 de Mayo de 2010

Estimados J.J. Abrams, Carlton Cuse y Damon Lindelof:

He sido siempre el mejor amigo del hombre pero este mundo de crueldad intolerable no está ni diseñado para animales de compañía y menos si nos dedicamos a una profesión tan dura e indigna. Cuando mi agente me indicó que me habían aceptado para el papel lloré desde el más profundo y pequeño corazón que llevo en mi interior. Me subí en mi sofá de piel de oso polar (que conste que el que escribe sólo se ha llevado del plató disgustos) y ladré. Dos veces (aparte de mover la cola tres). Tuve que competir en las duras pruebas con más de quinientos aspirantes de diferentes razas mientras que el resto de protagonistas estaban elegidos a dedo. Lo dice uno que ve, huele y escucha todo. Por sus viles actos ya quisieran ser ustedes unos hijos de perra.

Me vendieron y me explicaron que mi personaje era el gran protagonista de la serie y en la primera versión del guión del piloto era mi ojo el que se abría. Luego cambiaron de opinión, una y otra vez, como siempre ha visto toda la humanidad de dos o cuatro patas. Finalmente me dijeron que saldría ‘el segundo’ pero que realmente mi papel era el mejor. Sería recordado más que Lassie y se venderían muñecos míos a lo largo y ancho del planeta. Mentira gatuna. Una de tantas.

Definitivamente era moneda de cambio para el desarrollo de ese niñato ladrón del tres al cuarto con superpoderes de mierda llamado Walt, su padre asesino y la ‘perra’ de cualquiera que se acercará a servidor. Para colmo me taparon con cinta adhesiva mis genitales para que no los viera la mojigata audiencia americana y me cambiaron de sexo en todos los foros de la serie. Incluso dijeron que utilizaban un doble mío. ¡Mentira! ¡Guau! ¡Guau!

Se dieron cuenta de los múltiples errores y temí que me sacrificaran cuando se deshicieron de mis amos pero su benevolencia fue peor que una ejecución a manos del humo negro, un oso polar o mediante la visión de su último episodio. Se excusaron delante de mi agente indicando que mi papel era fundamental en todas las tramas de la serie y que tenía contacto con todos los personajes pero al parecer les decían lo mismo a todos (el Sr. Eko me dijo que le prometieron llegar hasta el final, pero sería hasta el final de pasillo de Recursos Humanos junto a la ‘subida’ salarial que les reclamó llamada finiquito).

No es que me vaya a quejar a la asociación de animales por venganza a su trato respecto a mis patitas peludas pero que les conste he visto mucho maltrato de animales durante los rodajes. Y no hablo de los animales vivos que se ha comido Hugo para saciar su eterno apetito y mantener su esbelta figura. No puedo hablar porque uno tuvo que cometer ciertos sacrificios y crímenes que sólo se cuentan en las memorias para captar el interés del editor. Sí les diré que menospreciaron mi tremendo potencial dramático y debo quejarme también por no recibir mis cuidados. Para empezar no me desparasitaron ni me lavaron en toda la estancia de la isla por lo que ningún actor quería rodar conmigo y sobre todo tenía que hacer mis necesidades delante de ellos en una selva de mierda (antes no era de mierda pero al cagarme diariamente en ella parecía un decorado de “Charlie y la fábrica de chocolate”). 

Mientras el resto de personajes se emparejaban (hasta Hugo pilló cacho, con una loca, pero pilló) a mi no me llevaron a una perra ni nada con cuatro patas que pudiera montar. Los jabalíes eran muy rápidos y no se dejaban y el oso polar quería matarme y comerme. ¿Qué he tenido que hacer durante todo este tiempo con mi época de celo? Los guionistas no pensaron en que estuviera castrado y ¡NO LO ESTABA! Aunque casi pierdo mi virilidad canina cuando estiraron de la cinta adhesiva. Debo reconocer que tuve que tirarme a un peluche que encontré en una de las casas de Dharmaville. Creo que era de esa mocosa llamada Charlotte pero que se jod$ porque al menos tenía una frase.

Después de cuidar de ese viejo y esa tipa que no paró de explotarme durante más de cuatro años (y no cuento los viajes en el tiempo porque nos movimos más que los subtítulos del series finale emitido en directo por Cuatro) decidí intervenir en el último episodio. Tuve que salvar a Desmond porque el viejo no tenía fuerzas y le saqué yo prácticamente.

Pese a todos los pormenores intervine en la secuencia más dramática de toda la serie. Yo y sólo YO fui a despedir a Jack, aquel que se sacrifica por todos, aunque debo reconocer que aparecí por allí para chupar cámara. Mientras tanto sus ‘supuestos’ amigos y esa petarda de sonrisa profidén, que dice quererle, se pira como una perra (perdón mamá pero todavía te guardo rencor por abandonarme). Espero que se estrelle su avión o lo destruya una fuerza aérea competente. ¡Cabr&%es! Y lo peor de todo y el motivo de esta carta es que no me sacarán en esa iglesia al final de la serie. YO soy el protagonista indiscutible de la serie y el que merece ir al cielo. ¡Hijos de no-perra! Espero que los Cazafantasmas les fulminen antes de que pasen por esa puerta que les lleva a esos grandes almacenes de lámparas de los chinos.

Cierto es que escribo todo esto desde mi odio y rencor a su raza pero mi historia de abusos sólo puede conducir al odio. Es verdad que no es la primera vez que les amenazo de muerte o que les arrancó un dedo de un mordisco. Con la última amenaza hicieron público que saldría en la sexta temporada y tendría la mejor secuencia de la serie y con esta espero que me dediquen los veinte minutos extras del DVD. Porque ya saben, que aparte de rápido y pequeño, el técnico de explosivos es amigo mío y a estas alturas de mi vida perruna me da lo mismo soportar esta indignación unos años menos. Tengan cuidado: los losties me quieren, no como ustedes sucios hijo de perra-humana (¿mejor así mamá?).

Atentanmente,

LA CARTA ORIGINAL DETALLADA: