La serie de The CW tiene un problema y perdición, un choque de trenes explosivo y dos premisas, argumentos —y hombres— enfrentados en el mismo cuerpo. Puede que en “Arrow” este material peligroso e incendiario —amparado en las necesidades de la cadena y fervores uterinos— madurara a un interesante concepto y territorio. Oliver Queen es el prototipo de antihéroe trágico y le permite ceñirse a otro tipo de guión del que, al parecer, no quiere (ni puede) prescindir Barry Allen. Si el mayor mérito e incorporación de “The Flash” ha sido el Dr. Harrison Wells y ese halo misterioso que le acompaña, el peor defecto tiene nombre y apellido: Iris West. Y ese perchero del perchero llamado Eddie Thawne. ¿No se suponía que este tipo iba a dar más juego? Pero no todo es culpa del amor imposible de Barry, personificado en su mejor amiga, desde que se convirtió en un mocoso sin madre y con su padre injustamente entre rejas. No, la culpa es de esa dicotomía de la propia serie que distancia algo que debería funcionar de manera más orgánica. En “The Nuclear Man”, decimotercer episodio de la primera temporada de “The Flash”, nos dirigimos de nuevo hacia la peor versión de Barry Allen y, al mismo tiempo, director para dotar de sentido todo ese gran secreto que acompaña su pasado. Es hora de repasar “The Nuclear Man” donde Firestorm llega para prender fuego a las bragas de Caitlin Snow.
Digamos que el propio Barry tiene que lidiar con su propio rol como superhéroe y su vida personal y romántica. La llegada de Linda Park va a jugar con los elementos de tensión sexual con Iris y crear otro espacio cómico y un tanto absurdo para que Barry ser asiente en sus intenciones. Ha dejado de querer a Iris y ahora está dedicado en cuerpo y alma a Linda. No se lo cree ni él… pero, de momento, la cosa queda así… entre chile fantasma o fantasma a secas. ¿El punto picante de la serie o la perdición del paladar del espectador? Hay un aspecto del show siempre funcional y es su componente viral. Todas las series basadas en el mundo del cómic están ciñéndose al guión de ir dando carnaza a las redes sociales y las noticias que nos llegan a través de internet. El fichaje de Emily Kinney como Bug-Eyed Bandit (Brie Larvan) deja claro el savoir-faire en gestionar bien esos necesarios espacios para el crecimiento del show y modificación del material original. Un poco de todo lo anterior podemos utilizarlo para sintetizar a Firestom y su personaje. La llegada de Robbie Amell a la serie va a provocar que los guionistas tengan dos prioridades inmediatas:
a) Quitarle la rata muerta peluda que lleva en la cabeza robada de la serie de su primo para los flashbacks de “Arrow”.
b) Descamisarlo para que luzca carne y músculo. Bueno, músculo y carne. O carne y carne… O músculos y músculos.
Luego está el asunto de esa historia un tanto cómica de que Ronnie Raymond esté ‘poseído’ por el Dr. Martin Stein y que éste incendie a científicos en el proceso de asimilar su condición y resolver su problema. Barry recuerda haber conocido a Stein en el tren que llevaba a ambos Central City antes del accidente del acelerador de partículas de S.T.A.R. Labs. Hablaron de física y Einstein… pero, al final y en la réplica de esa charla, acabarán hablando de novias y bragas. En fin, en cierta medida he aquí esa lucha interna del show. Ese combate entre ser un Dr. Martin Stein o un Ronnie Raymond; de ser cerebro y madurez a ser simple carne fresca y abdominales remarcados con unos bonitos ojos y sonrisa moja-bragas. A través de la esposa del Dr. Martin Stein llega el ansiado enfrentamiento entre The Flash y Firestorm. Caitlin Snow es la pieza desequilibrante y salvadora para el propio Barry. Finalmente el cuerpo de Ronnie con dos hombres distintos en su interior, accede a colaborar para que puedan tratar de separarlos aunque se encuentren con una gran y peligrosa dificultad… ya que cualquier intento de aislar a ambos daría lugar a una explosión nuclear.
La investigación de Cisco y el detective West les lleva a la antigua casa de Barry donde Nora Allen fue asesinada. Cisco recoge rastros de nitrato de plata y la teoría sobre los dos ‘corredores’ en el mismo espacio posibilita la proposición de que Flash y Flash Reverse estuvieran bajo el mismo techo peleando. El problema, de nuevo, es otro: una pedazo MILF entra en escena para que la audiencia se pregunte si está más salido West o Cisco con el asunto. A través de los gadgets del nerd logran proyectar imágenes e instantáneas del asesinato pero se dan cuenta de que el papel de la pared esconde el fondo original del salón. West nos recuerda que la investigación fue un FAIL entre el sospechoso con el arma del crimen y un niño loco que decían tonterías… hasta que las tonterías dejaron de ser tontas, claro. Hay sangre en esa pared y también llega el punto esperado y teoría de West sobre la posible implicación de Wells. Cisco es un defensor de su jefe y mentor pero los presentimientos del detective no suelen fallarle. Sabe que guarda secretos. ¡Y nosotros también! Pero, ¿qué secretos? Su ordenador Gideon nos puede dar pistas ya que realmente Wells lleva una agenda y calendario de eventos pero no es un genocida aunque sí un asesino como medio para justificar un fin que desconocemos. ¿Está su esposa viva como coacción y chantaje para trabajar con Flash Reverso? ¿Por qué tiene sus poderes? La cuestión es que esa sangre de esos dos oponentes no pertenece a Wells pero una de las muestras sí coincide con el plasma de Barry… pero con un Barry adulto. ¿Flashpoint a la vista?
Wells también va a tener que tomar una decisión: asesinar a Ronnie y Stain por el bien común de la ciudad o convertir el prototipo Tachyo en un Fusionador Quantico que salve a ambos sujetos y eluda la explosión nuclear. Planteemos que Ronnie y Stain son lo suficientemente inteligentes para conocer los peligros y que ellos mismos huyeron a unos 50 kilómetros al noroeste de Central City para suicidarse. Caitlin Snow quiere una oportunidad para poder palpar en condiciones esos abdominales y con la ayuda de The Flash ofrece esa solución tecnología para la separación de Stain y Ronnie. El fusionador no parece funcionar y la explosión nuclear se produce, haciendo que The Flash tenga que llevar a Caitlin a toda velocidad para huir del lugar… No se dejen engañar tan fácilmente aunque emerja de ahí una pedazo seta asesina de la muerte. Sabemos que SÍ va a funcionar el asunto y lo descubriremos en el próximo capítulo. La cuestión son los efectos colaterales y secundarios y el General Wade Eiling va hacer acto de presencia al relacionar inmediatamente la explosión con el proyecto Firestorm. Se avecina tiempos interesantes en lo que acción/historia se refiere y, al mismo tiempo, intrascendentes en cuanto la lucha de bragas irrumpa en la redacción de ese periódico en el que trabajan Iris y Linda y entonen un «Mi reino (uterino) por los calzones de Barry».
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