Historias (Bastardas) Extraordinarias: Legends of Tomorrow (2x17) Aruba: «Recuerda, las leyendas nunca mueren».

Todos los caminos de la segunda temporada de “Legends of Tomorrow” conducen… a un sobresaliente season finale. La serie de The CW ha descubierto, por lo tanto, que la suma de sus partes no solamente ejerce como un resultado total sino que es capaz de elevar su propio conjunto. A lo largo de esta entrega hemos visto ciertos movimientos en los que los podemos entender que la ficción es un «work in progress» en el que se están adaptando numerosas piezas del resto de espectáculos de The CW. Aquello que puede funcionar (Reverse-Flash, Damien Darhk y Malcolm Merlyn) sirve a los escritores para ir añadiendo elementos y variables que, tal vez, puedan convertirse en constantes o simples valores pasajeros a una ecuación. De este modo, una de las decisiones más cuestionadas (o acertadas, según se mire) ha sido quitarse temporalmente uno de esos supuestos valores seguros: Rip Hunter. En realidad, aquello que hay que plantearse es saber qué aportan cada uno de los protagonistas al espectáculo y qué sentido ha tenido su viaje emocional y dramático a lo largo del show. Quizás ver al comienzo de “Aruba”, decimosexto episodio y último de la segunda temporada de “Legends of Tomorrow”, nos revele que esas piezas en un montaje tengan una coherencia interna y conjunta. ¿Qué ha ocurrido en ese capítulo cuyo nombre es el destino idílico de Mick Rory y que revela la incapacidad de tomarse en serio de la propia serie?

Miremos todos esos eventos de la temporada como una condición en la que posiblemente queden respuestas pendientes. ¿O es que nadie se ha planteado todavía el comienzo que originó todo? En cierto modo, hay dos comienzos. El primero fue originado por Rip Hunter para atraer a las ‘leyendas’ a su propia misión para cambiar el futuro frente a la negativa de los Maestros del Tiempo (e inició una inesperada cadena de sucesos). La otra llegaba con el cliffhanger del anterior season finale, “Legendary” (1x16), en el que la presentación de Rex Tyler daba a paso en “Out of Time” (2x01) a otro tipo de historia que da la impresión que todavía no ha sido contada. ¿O se ha explicado cómo Mick Rory envió al pasado a Hourman para advertir a las leyendas en 2016 de que no subieran a la Waverider? Vayamos a las aventuras de “Aruba” en el que el equipo tiene que juntarse en ese futuro distópico en S.T.A.R. Labs y descubrir esa nave en miniatura que escondía a Rip Hunter. La tecnología de ATOM tiene la culpa y, tras los prologuémonos y alguna secuencia divertida con Darhk (Vader), nuestros protagonistas se embarcan en un viaje sin retorno y en el que son conscientes de que tendrán que ser ‘borrados’ para evitar paradojas.

Es obvio que una de las credenciales del sobresaliente “Aruba” es el juego que dictaminan los dobles condenados a morir en plan Escuadrón Suicida. El destino es la Primera Guerra Mundial aunque el villano de Thawne parece haber leído el movimiento de sus antagonistas y evita que Ray pueda retener por mucho tiempo la sangre de Cristo. De nuevo, tenemos un homenaje un tanto extraño a Indiana Jones con Reverse-Flash quitando el corazón (en el sentido literal) a ATOM y asesinando a Ray en el proceso. En cierto modo, la gracia del season finale es que entendamos que ese equipo de leyendas del futuro son simples aberraciones que tienen que ser erradicadas por las buenas o por las malas. Y los escritores, evidentemente, han optado por esta segunda variación con algunas tonalidades de sacrificio por un bien mayor. De este modo, Thawne del futuro busca refuerzos mientras advierta a la Legión del Mal (Darhk, Merlyn y Snart) que están en problemas por el viaje de ese otro equipo de leyendas. Recordemos que Sara tiene en su poder la Lanza del Destino y es obvio que está condenada a utilizarla para reescribir la realidad tanteando con la oscuridad en su interior que la obligue a optar por cambios completamente egoístas que arruinen la línea temporal y el orden impuesto. Es un tanto evidente que los muchos encantos de “Aruba” son consolidar lo vivido en el resto de espectáculos de The CW, como si todos esos caminos tortuosos cobraran un sentido expreso. Que Sara Lance se dé cuenta de que debe aceptar hasta el final la muerte de su hermana, y que ésta ayude a asimilar tal concepto, despierta una vía y tonalidad dramática que encaja en esos múltiples mecanismos de entretenimiento de “Legends of Tomorrow” junto a esos guiños referenciales de la cultura popular como “El mago de Oz”. Otra de las vías que tiene ese juego de dobles es tanto hallar secuencias en las que las leyendas sean masacradas o simplemente se sacrifiquen y, además, que sus reencuentros ayuden a sus versiones del pasado a encaminar su rumbo. Una de las dudas que teníamos era saber qué iba a pasar con Amaya y ésta va a decidir prolongar sus vivencias con las leyendas para eludir ese destino impuesto un tanto fatídico y oscuro… pero necesario. Era obvio que uno de los grandes aciertos de la presente temporada no podía salir por la puerta de atrás aunque, por contrario, el elegido para tal fin ha sido el propio Rip Hunter. El carisma de Sara Lance ha provocado que un equipo perfectamente equilibrado no encuentre un camino correcto para reincorporar a aquel que fue su capitán. En esta serie no existen personajes intocables y si alguien no aporta algo no tiene sentido su presencia. ¿Es el adiós definitivo de Rip o los escritores hallarán una vía satisfactoria para su regreso?

Entre paradojas, tormentas del tiempp y la Waverider estrellándose continuadamente, “Aruba” juega bien sus cartas para trasladarnos a una batalla final en la que Darhk, Merlyn y Snart no pueden morir debido a su implicación en la línea temporal. Aquel que no va a tener tanta suerte es Thawne, que llegará con un ejército de clones para que Sara se vea obligada a utilizar la Lanza del Destino como aquello que es: un arma. Posiblemente aquello que salve a las leyendas, aparte de ese juego de dobles de Sara, sea la inteligencia para hacer un par de modificaciones un tanto obvias. La primera es quitar el poder de la Lanza Sagrada y la segunda es traer a Black Flash para que se encargue de derrotar y borrar de la línea temporal a ese villano que se negaba a aceptar su desaparición desde que su descendiente (Eddie Thawne) le borró de toda existencia. Su muerte nos recordará tanto a una de las tantas que protagonizó Freddy Krueger como a aquello que se produjo en el espectáculo que protagoniza Barry Allen. La Sara llegada del Doomworld acabará evaporándose en modo jedi y “Back to the Future”, recordándonos que las «leyendas nunca mueren» y que su destino es mayor de lo que todos ellos podían apuntar inicialmente. Al fin y al cabo, la serie siempre ha consistido en la aceptación. La vuelta de todos los villanos a sus respectivos puntos de partida nos lleva a engrandecer el camino de los personajes. De este modo, Sara ha aceptado plenamente la desaparición de su hermana e incluso ella misma sigue siendo la guía que mantiene avivada la antorcha que ilumina su camino. Por parte de Mick, veremos que todo su viaje emocional le ha convertido en un mejor hombre que mira ya por sus amigos y compañeros y esas limpiezas de memoria a lo “Men in Black” no hacen más que articular una historia circular (y de madurez) de cada uno de ellos. Puede que esa llegada de Hourman al pasado tenga alguna de esas respuestas que no van a llegar en Aruba sino en un nuevo aterrizaje de emergencia de la Waverider (van ya 1.595.969 esta temporada) para darse cuenta en un distópico Los Ángeles de 2017 que han roto el tiempo en sí mismo. ¿Hemos salido de un Doomworld a un filme loco de The Asylum? Tal vez las aberraciones del tiempo sean ya un objeto minúsculo del pasado y estemos ante algo mayor que esperamos con ansías para la tercera temporada de “Legends of Tomorrow”.