Serie de TV
“Supergirl”
EEUU
2015
Sinopsis (Página Oficial):
“Supergirl” es un drama de acción y aventura basado en el personaje de DC Comics Supergirl —prima de Superman (Kal-El)— que, después de 12 años de mantener sus poderes en secreto en la Tierra, decide finalmente aceptar sus habilidades sobrehumanas y convertirse en la heroína que ella siempre estaba destinada a ser. Con doce años de edad, Kara escapó del entonces condenado planeta Krypton con la ayuda de sus padres, al mismo tiempo que Kal-El cuando apenas era un bebé. Protegida y criada en la Tierra por su familia adoptiva, los Danvers, Kara creció a la sombra de su hermana de leche, Alex, y aprendió a ocultar los extraordinarios poderes que comparte con su famoso primo con el fin de mantener su identidad en secreto. Años más tarde, ya en los 24, Kara vive en National City y es la asistente de la magnate de los medios y fiera capataz Cat Grant. Kara trabaja junto a su amigo y técnico informático Winn Schott y el famoso fotógrafo James Olsen, que Grant acaba de arrebatar al Daily Planet para ejercer como su nuevo director de arte. Sin embargo, los días de Kara por mantener sus poderes en secreto han acabado cuando Hank Henshaw, director de una agencia de súper-secreta donde su hermana también trabaja, la recluta para ayudar a proteger a los ciudadanos de Nacional City de las amenazas más siniestras. Aunque Kara tendrá que encontrar una manera de manejar su fortalecimiento recién descubierto con sus relaciones personales, su corazón se eleva tanto como ella llevándola a los cielos como Supergirl para combatir el crimen.
Con ella llegó el escándalo… y un aluvión de críticas destructivas ya mascadas desde ese piloto filtrado, allá por el mes de mayo, que se ratificó a finales de octubre como la carta de presentación de una de las series más cuestionadas de la temporada otoñal televisiva. “Supergirl” de CBS ha comenzado a volar y, tras tres episodios emitidos, los ataques virulentos y negativos se han sucedido tratando de aminorar el ascenso de la nueva superheroína en el panorama catódico gracias a las buenas críticas de los medios especializados estadounidenses. En cierta medida, aquello que algunos indican como errores y defectos del show son al mismo tiempo sus grandes méritos y rasgos de identidad. Es momento de repasar y analizar, en definitiva, esas 5 razones para odiar (y amar) a “Supergirl” de CBS, a Kara Danvers, a Kara Zor-El:
1.- Pertenece a la generación de los superhéroes con ‘pinganillo’.
Nadie se puede quejar de haber sido engañado o víctima de un hype. Greg Berlanti y Andrew Kreisberg han ejecutado un ejercicio de honestidad y coherencia, decidiendo no arriesgar ni una milésima para su proyecto en CBS y perpetuar su legado y ya instaurada franquicia televisiva. Hay que entender la evolución de las aventuras de Oliver Queen en Star(ling) City, toda esa vinculación a la figura de Bruce Wayne y Batman en Gotham. Flecha Verde, en realidad, no se han construido completamente hasta su cuarta temporada y los designios de Mr. Queen pasaron por una mutación de justiciero sin un código moral definido hasta que irrumpió en su vida Felicity Smoak y la tecnología llegó de la mano de S.T.A.R. Labs e Industrias Palmer. Green Arrow ha construido un equipo a su alrededor del mismo modo que Batman hiciera con esa familia compuesta de infinidad de personajes donde Alfred Pennynworth y Robin se han convertido en constantes habituales. Y sí, la Bat-Family utiliza ‘pinganillo’ para estar coordinada. Si bien “The Flash” se hizo eco de todos los avances de “Arrow” estableciendo un catálogo repleto de posibilidades dentro de The CW, “Supergirl” no puede jugársela al reclamar CBS millonarios índices de audiencia que ninguna serie en la televisión generalista actual del subgénero tiene. Y aquí no sirve el colchón del cable o Netflix porque todos sabemos que si “Daredevil” se estrenase en NBC correría la misma suerte que “Constantine”. No importa la calidad, figurar en el top de los seriéfilos al cierre de cada año o ganar premios sino los datos para mantenerse en antena. La propuesta al servicio de Kara Danvers no desea desentonar en un inventario de estereotipos que provoquen la conexión y atracción inmediata con la mayor cantidad de espectadores, buscando en todo momento una revisión femenina de “Superman” y, por supuesto, utilizando dos grandes equipos a su servicio mejor que uno… Todas las mecánicas de “The Flash” —amén de que su identidad secreta figura hasta en la Wikipedia como el caso de Oliver Queen o Barry Allen— también se implementan articulando un efectivo arco argumental: la liberación de la nave de Kara de la Zona Fantasma provocó que la cárcel de máxima seguridad de Krypton la siguiera directamente hacia su nuevo planeta. En vez de meta-humanos tendremos a los peores criminales de la galaxia que ahora están más activos que nunca por culpa de la madre de Kara, ya que Alura Zor-El fue su jueza y carcelera. Y precisamente es su propia tía Astra, otra vengativa reclusa, la mayor amenaza de la ciudad que ahora protege Supergirl. Que todo quede en familia, en resumen… y, por supuesto, con pinganillo.
Un problema que se ha achacado a la serie de CBS ha sido tanto su tono como los parecidos (más que razonables) con “El diablo viste de Prada”. “Supergirl” no es tan inteligente y femenina (y feminista) como “Agent Carter” y seguramente surjan más comparaciones odiosas con el estreno “Jessica Jones” en Netflix. Los productores han querido construir a la Annie Hall de las superheroínas pero han visto a su protagonista atrapada entre enredos románticos, tramas que van de lo ridículo a lo cursi y, por supuesto, subyugada tanto a su implacable jefa como a ese soniquete llamado Superman. ¡Qué mala es la envidia y el critiqueo como deporte nacional! Aunque el show trata sobre la búsqueda de la identidad e independencia de Kara Danvers, su emancipación de The CW es una carencia más que una virtud. No obstante, la intención de los productores y escritores es tratar de hallar una pulpa juvenil como en el caso de las aventuras de Barry Allen en Central City, pero puede que los resultados todavía queden tan imberbes como esos diálogos sacados de los pasillos de un instituto estadounidense. Tal vez la ironía y despotismo de Cat Grant, como esa manipuladora implacable que encarnaba Miranda Priestly en el film dirigido por David Frankel, divida a la audiencia sin que sepamos si Calista Flockhart está por el cheque o para retroalimentar a esas pelusillas de ego que pululan por su ombligo. “Supergirl” desea tener, en resumen, ese tono de acción más alegre impuesto en “The Flash” sin olvidar ciertos encajes dramáticos y oscuros que obviamente no comparte con el trágico pasado de Barry Allen, provocando que la falta de madurez nos lleve ese tono desequilibrado e irreflexivo donde dos series chocan entre sí. O, lo que es lo mismo, “El diablo viste de Prada” meets DEO (Department of Extra-Normal Operations).
Pudiéramos establecer aquí una mezcla de los dos puntos anteriores. “Supergirl” se ha visto abocada a recurrir a clichés y lugares comunes al tener que construir un show de éxito con ratings escandalosos desde el primer día. Es peligroso estar en la cuerda floja y ciertamente se podría aclarar por qué la serie ha generando tanta antipatía por el sector más purista de DC Comics. Si bien nos encontramos ante una revisión del material de Jeph Loeb y Michael Turner, lo cierto es que estamos a la espera del auténtico potencial de la serie si sobrevive a la injuria y al descenso de espectadores que parece haberse estabilizado, aunque cueste creer que CBS mantenga al show con ocho millones de espectadores y lejos de las todopoderosos reinas de la noche de los lunes en USA: ‘The Voice’ y ‘Dancing with the Stars’. La transformación de Jimmy Olsen ha sido ampliamente criticada pero CBS desea también formular un producto con todo tipo de etnias y tampoco extraña que Hank Henshaw (Cyborg Superman) sea afroamericano. Es posible que el casting para mucho haya arruinado la historia desde el comienzo y que los nerds se transformen en modelos de pasarela en escenarios de diseño puede que pase factura. Supergirl, al fin y al cabo, siempre ha querido imponerse como una figura femenina y ejercicio de mercado desde su nacimiento como fue aquella versión juvenil de Superman llamada Superboy. La orientación (y target potencial), por lo tanto, es un público adolescente y preferiblemente femíneo, siendo algo implícito en ese personaje que siempre ha rehuido de la oscuridad. Que nadie espere, en definitiva, una Wonder Woman o una versión oscura de Kal-El bajo ínfulas nolanistas. Kara Danvers vive también atrapada entre esa reivindicación del feminismo y la búsqueda de su identidad como superheroína siendo en cierto modo guiada por otros roles fuertes como Cat Grant o su hermana de leche Alex Danvers. Aunque la idea del show ha sido estructura su primera temporada alrededor de trece episodios, CBS puede que amplíe el número de capítulos si regresan esos índices de audiencia que obtuvo en su piloto. En “Supergirl” también se nota (para mal) figurar en la parrilla de «la cadena de los procedimentales» y sus villanos episódicos ayudan tan poco como el nulo suspense que generan personajes como Henshaw o Maxwell Lord, lejísimos de ese gran acierto que ha supuesto en “The Flash” el gran Dr. Harrison Wells y la implementación del multiverso a la propia mecánica de la serie. Los efectos especiales tampoco destacan. ¿Esta niña no vuela bien porque lleva tiempo sin ‘desempolvar’ su capa o es culpa de los asistentes que se encargan de sus cables? Posiblemente “Supergirl” viva atrapada en ciertos temores y falta de carisma y profundidad, exactamente como le ocurre su protagonista, esperando volar todavía más alto que un comienzo cercano al indeciso zigzag.
Las primeras filtraciones de Melissa Benoist transformada en Supergirl ya supusieron una división y dicotomía entre los seguidores potenciales del espectáculo. ¿Tenía el suficientemente carisma para interpretar a una superheroína? Tras los tres primeros capítulos considero que es una decisión muy acertada pese a que su personaje esté constantemente inmovilizado por clichés uterinos y falta preocupante de química con otros personajes masculinos. Esta Kara Danvers es entusiasta y tan encantadora como un vídeo viral protagonizado por un lindo gatito estableciendo ecos de los logros de Grant Gustin metiéndose en la piel de Barry Allen. ¡Les queremos ver juntos en nuestras pantallas! También la protagonista sabe sacar sus garras aunque sigamos pensando que todavía se quedó en la edad del pavo, siendo muchas veces tan escasamente inteligente como peligrosamente confiada en un mundo de tiburones. Entendemos que los guionistas quieren trazar el viaje a la madurez del personaje que interpreta Melissa Benoist y su reivindicación de su feminidad en un mundo de hombres y prototipos de héroes masculinos, siendo su propio primo Superman parte del conflicto por hacerse valer y hallar su personalidad. Otra cuestión es que Melissa Benoist pueda remitir a parte de la audiencia a su personaje de “Glee”, Marley Rose, y esperen que Supergirl coja el micro y se ponga a hacer un cover de ‘Womanizer’ de Britney Spears. Kara Danvers encaja más en el molde de modosita-insegura-virginal y una de las grandes incógnitas del show es si ha mantenido relaciones sexuales previamente. ¿El himen de la heroína es indestructible… o no? ¿Hay que ponerse un condón kryptoniano para poder atravesar tan infranqueable barrera? Y, sobre todo, ¿qué opina de todo esto Leticia Sabater?
Tratada como la mayor inmundicia jamás estrenada, cuesta creer la palabra de esos supuestos portadores de la verdad. ¿De verdad que es la peor serie de superhéroes jamás emitida en televisión? Puede que a muchos les guste enviar a “Supergirl” a la Zona Fantasma es una opinión personal y, por lo tanto, respetable. Otra cuestión es que tratan de vender, a base de descalificaciones, que estamos ante un show infecto cuando es fácilmente justificable y podemos perdonar uno por uno los puntos expresados anteriormente. A “The Cape” únicamente la defendió Abed Nadir en “Community” pero hemos tenido bastantes malos espectáculos de superhéroes mucho más desacertados que la actual serie de CBS. Es cierto que cuando vimos las primeras imágenes nuestro subconsciente se dirigió inmediatamente a la parodia y sketch de Scarlett Johansson en ‘Saturday Night Live’ porque las aventuras románticas de Viuda Negra nos remitían a los clichés y peores estereotipos del subgénero ‘femenino’ con los que ahora va a lidiar Kara Danvers. Una cosa es “Black Widow: Age of Me” pero otra muy diferente (y más seria pese a su intrascendencia) es “Supergirl”. ¿Peor que “Superboy”, “Animorphs”, “Supercharly”, “Supertorpe” o “¡Luces... cámara... acción! (Super Models)”? ¿De verdad? Hay que entender que uno no nace sino se hace y prueba de ello es la mejor que han obtenido con el paso del tiempo shows como “Agentes de SHIELD” o “Arrow”. E incluso “The Flash” no empezó a despuntar hasta que aterrizó “Out of Time” (1x15) así que, en realidad, habría que hacer un juicio propicio una vez que disfrutemos de sus primeros (¿y únicos?) trece primeros episodios. De momento, nos quedamos en modo chat… como ese inenarrable encuentro y conversación que mantiene Kara con su primo Clark Kent al cierre de “Fight or Flight” (1x03). La épica y emoción condensada en frases cortas y apoyo virtual a la espera y sobre nuestras pantallas…
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