Páginas Bastardas

viernes, 24 de octubre de 2014

Jane the Virgin: Reformulando la telenovela

Serie de TV
“Jane the Virgin”
EEUU
2014

Sinopsis (Página Oficial):

Cuando Jane era una joven muchacha, su abuela la convenció de dos cosas: las telenovelas son la forma más superlativa de entretenimiento y las mujeres deben proteger su virginidad a toda costa. Con 23 años en el presente, la vida de Jane ha convertido de repente en algo tan dramático y complicado como las telenovelas que ella siempre ha amado.

Crítica Bastarda:

Mientras las cadenas tratan de buscar un producto latino que pueda enganchar (y engañar) a todo tipo de público(s) —con múltiples consecuencias trágicas y previas… salvo que Cristela diga lo contrario— y Will Ferrell ha quedado atorado en el fracaso tras tratar de hallar la parodia perfecta de la telenovela en “Casa de mi padre” y The Spoils of Babylon, The CW ha germinado el producto más sólido y perfecto para arraigarse como fenómeno televisivo. No es ninguna coincidencia que pese a las estupendas críticas la audiencia haya preferido quedarse con la pulpa, con esa pretendida carcasa de telenovela integrada en una cadena adicta al delirio y excitación uterina más intrascendente e inmediata. “Jane the Virgin” es uno de los estrenos más interesantes del otoño catódico estadounidense y aunque han existido prejuicios de los telespectadores más temerosos de la superficialidad de la cadena y malas reacciones de ese público que quería una nueva Star-Crossed, la propuesta protagonizada por Gina Rodriguez da impresión de asentarse gracias al boca-oreja que la quiere proyectar como el cruce de “Ugly Betty” con “Pushing Daisies”.


La premisa es tan simple como absurda, amparada tanto en los consejos de la abuela de la protagonista para proteger su flor [«Cuando pierdes tu virginidad, nunca puedes volver atrás»], sumándole el aliciente de que una adicta a las telenovelas acabe protagonizando una. “Jane the Virgin” se dedica a meter en una coctelera todo tipo de clichés del género que trata de parodiar, desde un prisma de homenaje, con un narrador y una estructura autoconsciente de capítulos. Inseminada por error —por la hermana del donante, lesbiana y cuya amante es su madrastra— su virginidad quedará a flor de piel cuando descubre que el ex playboy y heredero del hotel donde trabaja —y padre del que espera su hijo— fue aquel desconocido que protagonizó ese beso del pasado que nunca fue capaz de olvidar… aunque ahora esté casado con la villana del culebrón. Para colmo, su estrella favorita de telenovelas es en realidad su padre, con quien su madre ha vuelto a tener contacto recientemente, y su prometido —que es detective con un posible pasado turbio— investiga a la mujer del padre del hijo de su futura esposa, que mantiene una aventura con el mejor amigo de su marido y que aparece brutalmente asesinado al cierre del segundo capítulo. Si siguen todavía aquí después de haber leído todo el anterior párrafo, “Jane the Virgin” es su serie y nuevo ‘guilty pleasure’.


No hablen de bebés sino de batidos, al ritmo del hit de Kelis, como la nueva textura sobre la chorrea una comedia refrescante que se concibe desde un milagro inmaculado, desde el imposible argumental. Se trata de trazar la marca de esa burla a la realidad y sellar la parodia sin caer en el insulto sobre material original. Apartada de un contexto creíble, “Jane the Virgin” utiliza el mismo acercamiento al género que How to Get Away With Murder para tambalearse conscientemente entre el impostado ridículo, la exageración deliberada y subjetiva y el kitsch más ‘bizarro’ que ofrezca un contraplano emocional dentro del drama más sentimental y afín al espectador. Para dar con la diana del proyecto basta con citar un nombre: Benjamin Silverman, uno de los productores de la exitosa versión americana de “The Office” y también del remake del culebrón colombiano “Yo soy Betty, la fea”. Su adaptación de la telenovela venezolana “Juana la virgen” (2002) desestima el terreno religioso y la integración social sobre el cuerpo del pecado, para gestionar su encanto mediante el inabarcable corazón e ironía de su protagonista. Gina Rodriguez lleva sobre sus hombros una serie en la que realidad el resto de personajes se sienten encantados de ser un cruce de galanes, sufridores, villanos y caricaturas de un mundo que retuerce su credibilidad en imposibles y consecuentes giros de guión. Tal vez “Jane the Virgin” nos hable entre sus burbujeantes travesuras (re)leyendo el género y (re)formulando la telenovela, que la vida es culebrón y el culebrón reflejo de la vida… aunque la nueva serie de The CW nos confirme que todo depende del narrador que cuente la historia. Y el de “Jane the Virgin” sabe cómo tomarse la vida (y la telenovela) con humor y esa pizca necesaria de corazón, ironía y color.


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