Serie de TV
“The Defenders”
EEUU
2017
Sinopsis (Página Oficial):
Daredevil, Jessica Jones, Luke Cage y Iron Fist unen fuerzas para enfrentarse a sus enemigos comunes mientras una siniestra conspiración amenaza Nueva York.
Tras las decepciones que han supuesto “Luke Cage” y “Iron Fist”, en menor y mayor medida respectivamente, “The Defenders” ha aterrizado para hallar una vía de reconciliación con la audiencia y ejercer como esa promesa de Neflix de reunir en un crossover a sus series de superhéroes. Tenemos claro que la batalla va a librarse en Nueva York desde los primeros compases pero, sin embargo, existe una clara vía de situarse en las antípodas de Los Vengadores y esa monumental y mastodóntica contienda que tuvieron años atrás en la misma metrópolis. Considero que la mejor analogía que sintetiza esta propuesta es su batalla final en las catacumbas más profundas de la ciudad que sirve para marcar el escenario y, al mismo tiempo, para trazar esas diferencias respecto a la épica grandilocuente y de masas que nunca alcanzarán nuestros protagonistas. Las hazañas de Danny Rand, Luke Cage, Jessica Jones y Matt Murdock van a quedar al margen de unos ciudadanos que van a desconocer quiénes les salvaron de una amenaza invisible y que únicamente percibieron en un terremoto. Precisamente que La Mano sea una organización supersecreta, que opera en las sombras, sirve a los escritores y productores para plasmar esa idea de superhéroes que reniegan de su condición y/o de máscaras y disfraces. Ellos, al fin y al cabo, son el alma de Nueva York tal y como se representa en esos títulos de créditos. Irónicamente los primeros tiempos de “The Defenders” vienen remarcados por ese leitmotiv en el que ya es demasiado tarde para héroes y la idea implícita es que veamos a nuestros protagonistas tratando de recuperar sus vidas tras sus gestas anteriores. El backstory, que han supuesto las series independientes, trata de asentarse en los iniciales episodios de este crossover de Netflix generando, contrariamente, la impaciencia de la audiencia ante esa promesa de que su reunión fuera lo más inmediatamente posible. Tal vez ese lastre sea más notable en una concepción de ocho capítulos en la que se desea plasmar conceptos como que la capacidad para superar las adversidades es el superpoder infinitivamente más poderoso de los personajes y que todos juntos, separadamente de sus diferencias (y reticencias), son más poderosos. ¿Y de verdad lo son?
En “The Defenders” también hay un tránsito para el desarrollo de los villanos, como si fueran igualmente de importantes que los protagonistas. De este modo, veremos cómo Alexandra (Sigourney Weaver) es desprendida de sus vestimentas y joyas, reducida de cualquier atisbo de grandeza para mostrarnos una mujer que es descendida a la más absoluta mortalidad. Es obvio que la cercanía de su muerte activa todos los mecanismos argumentales y, simultáneamente, establece esa culminación subyacente en la segunda temporada de “Daredevil” y “Iron Fist”. ¿Cuál es el objetivo de La Mano? ¿Por qué un plan y amenaza, que iba a ser invisible a Nueva York, va a dinamitar las entrañas de una ciudad para despertar la conexión de los héroes que la habitan? La Mano va tras algo que han escondido en la ciudad de los rascacielos los señores de K'un-Lun y es, en realidad, el motivo por el que surgió esa hermandad oscura con dos motivos para sobrevivir a través del tiempo: la búsqueda de la inmortalidad y el regreso a su hogar. El fin justifica los medios y la resurrección de Elektra Natchios para intervenir en su guerra, como el arma que representa Cielo Negro, supone también el descubriendo de que Nueva York va a ser sacrificado en todo ese proceso en el que también la organización necesita a Iron Fist. Podemos entender cierta conexión del personaje que interpreta Finn Jones con algún arco argumental de Hellboy pero, sin embargo, la cuestión de establecer todas esas líneas narrativas —un tanto débiles y previsibles— supone otra clase de concepto donde brilla “The Defenders”. Aunque la serie de Netflix cumple como crossover y salvaguarda su ‘hype’, pese a desplegar muchas imperfecciones, interesa que los escritores hayan utilizado estos ocho capítulos como ‘temporada’ de transición de todos los espectáculos que se integran en la misma. De esta forma, son más sugerentes sus proposiciones que resultados ya que en la propuesta se detectan las carencias de las ficciones que la componen. Podemos entender, de igual modo, que la premisa no deja de ser un tanto gratuita y absurda: si La Mano fuera la organización que dice ser, todos y cada uno de los personajes hubieran sido anulados… ya sea por policías corruptos o trabas legales/burocráticas. Y mejor no hablar de las ocurrencias de los superhéroes para tratar la crisis de Iron Fist… La materia es que la superficialidad y la inmediatez sean los ejes de “The Defenders” y que tengamos las suficientes peleas y acción para satisfacer las exigencias de los telespectadores. Es también evidente que ese alejamiento del énfasis de la franquicia cinematográfica de Marvel nos lleva al retrato de héroes más humanos y carnales, plagados de dudas y conflictos. Todo lo anterior también nos conduce a integrar a todos los personajes secundarios en las tramas para conformar un gran todo del que entendemos se verán beneficiadas las futuras temporadas del resto de series.
Quitemos la máscara a “The Defenders” y comprobemos que la sombra de la decepción está ahí, dejando en evidencia que tal vez “Jessica Jones” y, sobre todo, las dos temporadas de “Daredevil” tocaran techo creativo dentro del universo de Marvel en Netflix. La competencia ahora es mucho mayor. Mientras que “Arrow” ha viajado a la madurez en su quinta entrega y “The Flash” sigue explotando el multiverso, la segunda temporada de “Legends of Tomorrow” ha revelado cómo ha de funcionar un fanservice de diferentes y variopintos superhéroes trabajando juntos. Incluso en la cuarta temporada de “Agents of S.H.I.E.L.D.” se ha desplegado todo un potencial y torrente creativo difícil de superar para otras series de la competencia. Las distancias que marcaron las primeras propuestas del gigante del streaming ya son mínimas. Es innegable que el género ha evolucionado en la pequeña pantalla y se echa en falta mayor calidad y épica en el espectáculo creado por Douglas Petrie y Marco Ramirez. Aquí lo que realmente importa, más allá de esa sustancia para contentar a los fans como la pelea en el Royal Dragon o su clímax final, es establecer una solución a conflictos pendientes y dinámicas futuras para todo aquello que está por llegar, dejando la puerta abierta a ciertas incógnitas. ¿Han sobrevivido Madame Gao y, sobre todo, Elektra Natchios? ¿Cómo se salvó Matt Murdock? ¿No es curioso que el único personaje que trata de proteger su verdadera identidad sea la única víctima de toda la contienda? ¿Está condenada Misty Knight a su brazo biónico? ¿Se tomarán ese café juntos Jessica Jones y Luke Cage? Respuestas aparte, tenemos claro que Jessica por fin ha decido volver a las detectivescas andadas quitando el papel de la icónica puerta de Alias. Mientras tanto, Danny Rand ve a Nueva York como su hogar y Luke Cage da la impresión de haberse convertido en ese héroe social que se espera de él. ¿Y no podían haber hecho lo mismo en el primer episodio de sus respectivas nuevas temporadas? Ergo, ¿qué sentido entonces tiene “The Defenders” más allá de una suma de sus partes? La culminación de todos los espectáculos de Marvel en Netflix, no obstante, puede dejar un sabor de boca desigual para aquellos que consideraban que estábamos ante uno de los grandes eventos ‘televisivos’ del año. Pensemos, no obstante, en el que el fin justifica los medios y la idea de estos ocho episodios eran dar una conclusión a toda la trama de La Mano de la segunda temporada de “Daredevil” y la primera de “Iron Fist”, dejando todo prácticamente cerrado con la muerte de Stick y Alexandra a manos de Elektra Natchios; como si con el asesinato de su ‘padre’ y ‘madre’ hubiera nacido una extraña comunión entre su personaje de su vida pasada y Cielo Negro. El amor mueve montañas y Matt Murdock trata de lidiar con ese toque sensiblero dentro de los márgenes de un violento y autodestructivo baño de sangre en los infiernos de Nueva York. De este modo, podemos entender el desenlace de “The Defenders” como un carrusel de nacimientos en el nuevo orden superheróico de la metrópolis que ha servido de escenario en los espectáculos de Netflix. Todos sus protectores y defensores ya tienen un motivo para seguir su cruzada por encima de venganzas personales o problemas sin resolver. Otra cuestión es que seamos exigentes y nos hagamos una pregunta tan consecuente como oportuna en este caso: ¿de verdad que juntos han sido más poderosos? Quizás con otro guion, historia y diálogos… sí lo hubieran sido.
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