Fortitude: Un misterio demasiado frío

Serie de TV

“Fortitude”

Reino Unido

2015

Sinopsis (Página Oficial):

Un evento oscuro erosiona a un pueblo remoto del Ártico en este imperdible original thriller. 

Crítica Bastarda:

—¿Es un buen sheriff o un mal sheriff?

»Bueno, nadie lo sabe.

—¿Por qué no?

»En Fortitude, hay dos reglas fundamentales. Debes tener un techo sobre tu cabeza, y debes ser capaz de autoabastecerte, por lo que sigue. Todo el mundo tiene trabajo. Nadie es pobre, así que no hay robos, y no hay crimen. Todo el mundo siempre es feliz. ¿Entonces no hay nada que él pueda hacer? Así que nadie sabe si es un buen sheriff o un mal sheriff.

Desde el primer capítulo de “Fortitude” la sensación es de atravesar un gélido misterio que no llegamos a comprender… Un asesinato, secuencias grotescas y, por supuesto, osos polares capaces de devorarte y deshuesarte como una aceituna. Volvemos a esa moda de una comunidad tranquila —cuyo escenario revela una paz salvaje y belleza peligrosa— que se ve sacudida por un asesinato. El hielo se resquebraja y la niebla glacial nos impide ver esa crónica de ese hombre que se tambalea. Vamos directos a comprobar si Dan Anderssen es un buen o mal sheriff, en resumen. El mundo ya no es feliz, hay crímenes, los secretos y las mentiras afloran… El concepto del show de Sky Atlantic no es nuevo y llega después de “Top of the Lake” y “Broadchurch”. Da la impresión de que cada cadena quiere disponer de su propia ficción y drama criminal al servicio con un forastero —como el detective inspector Eugene Morton— inmiscuyéndose en esos asuntos que la comunidad trata de resolver por su propia cuenta. Y no digan ni mencionen una versión ‘dark’ de “Insomnio” de Christopher Nolan antes que “Twin Peaks”… porque su vertiente policíaca bascula con un thriller (sobre)natural que trata de aunar elementos de “La cosa” de John Carpenter con una infección y virus cronenbergiano. ¿Hay, entonces, algo nuevo sobre el hielo?

Hay otras capas en “Fortitude” en ese grupo de científicos que estudian la biología del Ártico y que se convierten inmediatamente tanto en sospechosos como en elementos esenciales para desvelar al asesino y responsable del crimen como explicar esa vertiente vírica y no tan sobrenatural como inicialmente pudiéramos pensar. Respecto a los residentes, rápidamente nos ubican en asuntos políticos e intereses en proyectos turísticos que pueden venirse abajo debido a esa muerte violenta que se convierte en el epicentro de la ficción. Los personajes tienen sus propios conflictos, secretos y demonios y la serie es un policíaco que trata de crear su esencial y atractivo universo en esos doce primeros episodios. Toda esa mezcla y líneas, de seres que huyen de ellos mismos en esa frontera emocional y física, nos remite a otra fauna de supervivientes y animales solitarios. La serie creada por Simon Donald iba a contar con Starz como productora aunque finalmente todo se torció como complicaciones y cambios en el rodaje. Seguramente a la cadena de cable no le importe haber perdido “Fortitude” y tener (a cambio) a “The Missing”. 

Interesaría más como un policíaco en Islandia como alegoría de un crimen en otro planeta, con ese escenario tan alejado de nuestro mundo y conectado esa idea con una amenaza… que ciertamente esconde en esos fósiles prehistóricos un contrapunto sobre la verdad, como si en ese pueblo quisieran dejar enterrado su pasado y evolucionar a un futuro. Ese pasado está maldito tal y como nos refleja esa trama de un niño que enferma y al que le suceden otros eventos más trágicos. Ese choque entre la verdadera naturaleza de un mundo cada vez más alienígena sería un fondo perfecto sobre ese escenario en el que los osos polares superan al número de personas. Al fin y al cabo, ellos son los auténticos nativos de ese ecosistema en el que los seres humanos son los colonos y exploradores. Desconozco si ese glaciar que se derrite, revelando el cadáver perfectamente conservado de un supuesto animal prehistórico, es una alegoría sobre los peligros del cambio climático o una concepción metafórica mayor sobre los peligros fatales del pasado. Falla algo. Todo me resulta tan gélido como críptico en el mal sentido de las palabras. Digamos que el show rara vez está a la altura de la atmósfera impuesta con esos créditos y 'Peeling Off The Layers' de Wildbirds & Peacedrums. No me atraen ninguno de los personajes pero no hablo de una atracción como concepto de cercanía —ante arquetipos solitarios y ariscos— sino de cierto magnetismo para quedar atrapado en sus historias. Puede que los fans de Verónica Echegui tengan material: se baja las bragas a la media hora del primer capítulo doble... Un inciso: técnicamente en el minuto 37. En el tercero mete la mano de su amante para que palpe su potorro y en el cuarto a su adúltero semental le pegan una somanta de hostias en la ducha mientras seguramente se masturbaba pensando en ella. Y, para colmo, el gran trauma de su personaje es precisamente una violación con asesinato. En esa habitación de hotel hay mucho vicio, pecado y perversión, desde luego. ¿Merece entonces la pena “Fortitude” o no? Ha sido renovada para una segunda temporada y en sus últimos episodios surgen varios giros para dar sentido a la prolongación de la historia. En la serie la verdad se paga con la vida y la muerte de algunos personajes principales y el destino de los mismos implica algunas incógnitas, aunque todo el tema del contagio esté prácticamente explicado de cara a un gran epidemia en la próxima entrega. La triste y gélida realidad es otra: cuenta la leyenda del creepypasta que si buscas «Fortitude boring» tu ordenador o smartphone explotará en cuestión de segundos al ser incapaz de procesar tanta información…

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