Galavant: ‘Érase una vez’, la comedia musical

Serie de TV

“Galavant”

EEUU

2015

Sinopsis (Página Oficial):

El guionista y productor ejecutivo Dan Fogelman (“Crazy, Stupid, Love”, “Enredados”, “Cars”) conjuga y une tanto a Broadway como a Hollywood gracias a un galardonado equipo musical —el compositor Alan Menken (“La Sirenita”, “Aladdin”, “La Bella y la Bestia”) y el letrista Glenn Slater (“Tangled”)— para un espectáculo de comedia de cuatro semanas. Érase una vez un héroe gallardo, Galavant (Joshua Sasse) perdió al amor de su vida, Madalena (Mallory Jansen), por culpa del malvado Rey Richard (Timothy Omundson). Ahora, nuestro héroe caído está listo para vengarse y recuperar su arrebatado y perdido ‘felices para siempre’. Pero no duden que contará con algunos giros y vueltas por todo el camino. Las estrellas de “Galavant” incluyen a Vinnie Jones, Karen David y Lucas Youngblood.

Crítica Bastarda:

“Galavant”, nueva apuesta por la comedia de ABC, se trata de un experimento (que tampoco es tal) tanto en su sentido formal como anímico para una cadena dependiente y marcada por el éxito de “Modern Family”. Sus sitcoms desde hace años han quedado tan atadas a la fórmula familiar que los fracasos se han sucedido en tantas ocasiones que las supervivientes se cuentan con los dedos amputados de una mano. “Last Man Standing” da la impresión de haber quedado completamente agotada y “The Middle” y “The Goldbergs” apuntan a ser las únicas duraderas al respecto. El pasado otoño, únicamente “Black-ish” ha funcionado y “Cristela” —junto a esos torpes y ya cancelados intentos de formular la comedia romántica en televisión— tiene sus días contados. Podemos enlazar esta nueva proposición con su creador y “The Neighbors”, comedia familiar amada u odiada tanto por público y crítica. Duró dos temporadas y de poco le sirvió estar bajo el ala de “Modern Family”. “Galavant”, por el contrario, tampoco es un concepto arriesgado y ni siquiera novedoso. Se trata de una serie limitada de ocho capítulos que serán emitidos en cuatro noches en la misma franja horaria de “Érase una vez” y aprovechándose de su esencia y cuento de hadas. El estreno de “Into the Woods” también puede ayudar al respecto… En esta ocasión el enfoque es desde un prisma y matiz cómico respaldado por el musical. 

Planteemos “Galavant” como parte de esa receta mágica televisiva de tratar de hacer una “La princesa prometida” en formato serie y condicionarla a la fórmula Disney de “Tangled”. Hemos visto esta propuesta ya en algún capítulo temático de “Community” (más o menos) o sobre todo en su versión más disparatada y políticamente incorrecta en “Kröd Mändoon and the Flaming Sword of Fire”. La magia (como tal) brilla por su ausencia hasta que haga acto de presencia Ricky Gervais y el mundo de fantasía alrededor de ese héroe gallardo no cuenta con dragones ni efectos especiales. De momento. Vayamos directamente al cruce de “Shrek” con un culebrón barato y estereotipado donde la habitual protagonista «tan buena que es tonta» se transforma en ese superhombre llamado Galavant, de mandíbula cuadrada y pelo perfecto. Su despecho por perder al amor de su vida le va a llevar a la más profunda y absurda depresión —a base de ahogar sus penas en hidromiel— para renacer de sus propias cenizas sin saber que aquella que fue el amor de su vida es ahora la más bitch (y witch) del reino.

El show es bastante repetitivo y tampoco es original, aunque sí resulta novedoso en estos tiempos de copia-pegas o fórmulas agotadas en las televisiones generalistas. No esperen tampoco que ese humor un tanto sucio y con referencias a la cultura popular actual (tipo “Shrek”) sean arquetipos-típico-tópicos de todo cuento (musical) que se precie. Tenemos castillo, rey déspota, lujurioso y malvado aliado con el tipo más peligroso, fiel escudero y princesa de buen escote. No se ilusionen con algo profundo ni mucho menos desopilante. Ni siquiera alguna migaja a lo Monty Python… o Channel 4. Nos encontramos ante algo novedoso… para ABC, que no para nosotros porque “Galavant” no incomoda pero no aporta nada ni da demasiado pie a un hechizo mágico que nos ate irremediablemente a esas cuatro semanas en emisión. Aplaudamos el cambio de rima aunque con escaso sarcasmo y sobredosis de anacronismo pero tampoco perdamos la cabeza. Aquí falta lo más importante: un impactante hechizo y, sobre todo, un buen mago.

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