Terror en el abismo (AKA Shark Attack 3: Megalodon): Megaglotón y los tiburones de la fibra óptica

“Terror en el abismo”

Título original: “Shark Attack 3: Megalodon”

Director: David Worth

EEUU

2002

Sinopsis (Oficial):

Una serie de ataques de tiburones se han producido en la tranquila metrópolis de Ciudad del Cabo. A causa de una empresa que pretende unir los continentes a través de fibra óptica, las continuas explosiones y diferentes trabajos bajo el agua hace despertar el terror del fondo de los mares. El profesor Nick Harris, investigando sobre el caso, encuentra un diente muy raro. Tras consultar a la paleontóloga Cataline Stone descubren que pertenece a un prehistórico ancestro del tiburón blanco actual llamado Megalodón, y que puede llegar a medir 15 metros. Los peores augurios se confirman cuando el doctor Nick es testigo de cómo una cría de tiburón de 7 metros ataca una embarcación. La pesadilla no ha hecho más que empezar...

Crítica Bastarda:

• Olvídese de que “Terror en el abismo” esté considerada una de Las 50 Peores Películas del Siglo XXI.

• Olvídese que contenga una de Las 15 muertes más divertidas (y cutres) de la historia del cine.

• Olvídese de que el bueno sea el malo de “Arrow”.

• Olvídese de preguntas estúpidas del tipo: ¿Si Megalodón se come a unas 15 personas por bocado que no han hechos sus necesidades no significa que Megalodón se está comiendo MIERDA multiplicada por 15? ¿Y puede digerir aquí el mega-tiburón-prehistórico tanto la ropa como los móviles sin que sufra un cólico nefrítico o una indigestión? 

• Olvídese de las 2.558.998.469.476.697.469.166 billones de críticas, notas y comentarios negativos que tiene la HOBRA MAESTRA. 

• Y, por supuesto, olvídese del contenido de esas burlas despectivas que han insultado esta obra magna del género tiburonero donde los personajes tienen que (a duras penas) lidiar con un pezqueñín Megalodón para que luego llegue mamá Megalodón (Oh, wait… SPOILER) a repartir choped-pork… o comerse el choped-pork… que en este tipo de películas ez lo mizmo la hez que la ez. O el OMG con el Oh My God (agarrándose la cabeza para evitar la pérdida de neuronas). 

Realmente aquello por lo que hay que alabar la película de David Worth es porque avecinaba ya a principios del Siglo XXI que los tiburones de la fibra óptica acabaran por devorarnos a todos (y nuestras fibras). Los datos serán arrebatados a bocados e internet llegará a su fin. 

A ella también le comieron al fibra

No, David y “Shark Attack 3: Megalodon” están terriblemente menospreciados porque nos encontramos ante una obra visionaria de una visionario rodada en Sofía, Bulgaria, antes de que alguien fuera a rodar allí cine que no fuera porno. Y visionario de verdad, no esos que Hollywood califica en cada trailer antes de un inminente blockbuster. No, David Worth fue todo un visionario. Sabemos que la red, como el mar, están plagados de tiburones que tratan de morder nuestra conexión de internet y devorarnos nuestras entrañas y velocidad. La envidia, la hambruna, el joder al prójimo como deporte nacional son causas habituales para que los tiburones ataquen a conciencia en nuestra fibra y la película nos da pistas de aquello que tenemos que hacer para combatir al mayor depredador marino que también quiere comerse a los mayores depredadores terrestres… Realmente los monstruos aquí no están fosilizados sino que la carnaza somos los pobres consumidores: los proveedores son tan cabrones como los tiburones que tratan de comerse nuestra fibra. ¿Qué hacer si te roban tu fibra ya sea a bocados de tu conexión por WIFI? Olvídese del filtrado de MAC y esas chorradas porque “Shark Attack 3: Megalodon” nos brinda nociones básicas de supervivencia. Fíjese en todo y cuando descubra qué tiburón le está comiendo la fibra hago lo mismo que los protagonistas de esta cinta memorablemente mierder. ¡Introduzca al tiburón que le quiere comer su fibra (óptica o no) un pedazo pepino por su boca gritando un <<TORPEDO FUERA HIJO DE FRUTA>>! Tenga en cuenta que en ese peligroso mar lleno de fibra óptica y alta velocidad hay más tiburones hambrientos. ¡Esté preparado con su pepino y torpedo! 

¿Megalodon? ¿Perdona? Dirás, ‘Megaglotón’

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