Finalizado una especie de extraño y tan violento como estrambótico primer acto, llega el momento de las consecuencias para todos los personajes supervivientes de “True Blood”. Los responsables de intentar dar el cierre más satisfactorio a todo el universo que forma Bon Temps, han confeccionado una pirueta pseudo-post-apocalíptica con tono de ‘survival horror’ (y olor a shit) para tratar de dejar lo más ‘limpio’ posible el asunto. Sookie se queda sin demasiadas opciones para complementar su corazón y la suma de muertos en estos cuatro primeros capítulos supera con creces a aquellos finiquitados temporadas anteriores. Es hora de comprobar si “Lost Cause”, quinto capítulo de la séptima y última entrega de “True Blood”, se asienta en sus desvaríos y fallidas proposiciones. De momento, futuro tienen Deborah Ann Woll, que se convertirá en el primer y gran amor de un superhéroe en “Daredevil” o Alexander Skarsgård, que será Tarzán para seguir poniendo cachondas a su concurrido número de seguidoras. Repasamos “Lost Cause”.
Después de una gran bomba de muertes que asola Bon Temps a golpe de horda de vampiros infectados por la Hepatitis V, que nadie espere un funeral triste y un gran luto sino todo lo contrario. ¡Van a hacer una gran fiesta en casa de Sookie! Yuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuhu! Un momento, ¿una fiesta? Corramos un ‘estúpido’ velo y centrémonos en lo único que, al parecer, nos debe importar… que no es otra cuestión que seguir los pasos de las aventuras de Eric y Pam para dar caza a la bitch de Sarah Newlin. Recuperar a Ginger y que tenga uno de sus ataques con sus característicos gritos habituales, forma parte del único encanto que le queda a la serie para saciarnos. El resto provoca vergüenza ajena. Willa no quiere unirse a Eric y Pam sino a la tontería y gilifloll-heces de los humanos que campan con sus dramas en ese pueblo de mala muerte condenado a la estupidez y nuestro martirio. A cambio de información, Eric librera a Willa y así descubre —vía por la hija del ex gobernador— que Sarah tenía a una hermana vampiro que vive en Dallas.
Mientras Sookie descansa de tanto darle al potorro y al cotorro en esta temporada, Lafayette junto con James, Jackson y Jenny se proponen a dar una fiesta para todo el pueblo mientras nuestras neuronas golpean el suelo cual fuerte tormenta. Se trata de darle un ‘fuck you’ a la muerte y celebrar la vida. Sí, sí. Evidentemente “Lost Cause”, rebautizado desde un título inicial “Return to Oz”, va a centrarse en la parte emocional y conflictiva de los personajes para que avancen en ese vodevil de muertes y simpleza cerebral que conforma esta última entrega. Entre cornamentas y folclóricas, los guionistas insisten en Lettie Mae y su conexión con Tara desde el más allá para que ‘drogue’ al reverendo Daniels y que se persone en la fiesta para sacar a golpe de cuchillo la sangre de Willa… Sookie interviene a tiempo después de que su pepita der oño aumente de tamaño con tanta lectura de pensamiento positiva. ¿Y qué pasa en ese culebrón veraniego?
—Andy pide matrimonio a Holly. OMG, la serie acaba con una boda como un culebrón cutre y de toda la vida…
—Bill regresa a sus recuerdos de su pasado mortal (que no interesan a nadie) para hallar que la integración es una realidad y que los sacrificios sirvieron para algo incluido el suyo… aunque a nadie le interese, repito.
—Arlene se emborracha y sigue mojando sus bragas por Keith.
—James y Jessica tienen diferentes posicionamientos respecto a la fiesta y Lafayette se convierte en el pañuelo de lágrimas perfecto para descubrir que el sexo anal formaba parte de la vida del vampiro. Jessica descubre la ‘penetración’ y Jason se convierte en el ahora paño de lágrimas perfecto para que ambos acaben fornicando y el culo de Ryan Kwanten haga acto de presente. A Violeta se le queda la misma cara de tonta que a la audiencia con esa conversación tan metafísica sobre la felicidad por parte de Lafayette y ‘la roja’.
—Nicole sigue con su bombo y no entiende a la gente de Bon Temps. Nosotros tampoco y llevamos siete temporadas, así que relaja la raja reina mora.
Seguimos con lo único interesante de la serie que no es otra cuestión que seguir a Eric y Pam localizando a la hermana chupasangres de Sarah, Amber, que también está infectada por la Hepatitis V. Sarah siempre acudió a sus padres cuando se encontraba en un aprieto y éstos se encuentran recaudando fondos en la ciudad. Sí, Pam nos recuerda que son republi-cunts… Ocultados por el maquillaje y pese a las medidas de seguridad, Pam y Eric se infiltran en la fiesta mientras que Sarah contacta con su madre en los baños. Los yakuzas hacen acto de presencia para masacrar a todo aquel que se cruza en su camino incluido el padre de Sarah. Nancy, la mamá del objetivo de la ira yakuza, también es abatida y Eric hace acto de presencia para cazar a su presa. El problema es que al ver a los yakuzas —y también tener asuntos pendientes que ya vimos en capítulos anteriores— libera a Sarah y acaba con ellos dejando descompuesta también nuestra mandíbula. ¿Ha escapado Sarah? ¿Ha podido llegar muy lejos en diez segundos? Poco importa… sino que Eric se encuentra en la fase 2 de su enfermedad y descubrimos que Bill al salir de un baño un tanto gratuito también está infectado por Hepatitis V. Yo no quiero mirar a nadie, pero Sookie eres una pedazo bitch más chunga que la mona de “Estallido”. Sí, sí huele la camisa de tu lobo. Sí, sí.
Historias Bastardas Extraordinarias by Maldito Bastardo is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Lea antes los Mandamientos de este blog.