Páginas Bastardas

lunes, 9 de junio de 2014

Juego de Tronos (4x09) The Watchers on the Wall: La Batalla del Castillo Negro

Llegamos al final de “Juego de Tronos” y estamos ante el momento perfecto de comenzar a analizar la (mejor) temporada (hasta la fecha) de la serie estrella de HBO. Una serie que ha marcado récords que la sitúan en esa zona fandom con la que siempre ha viajado en paralelo en compañía de The Walking Dead. Ambas surgieron como dos adaptaciones inconcebibles fuera de la televisión por cable (¿se imaginan las mismas como series de The CW?) y si la transformación catódica de los cómics de Robert Kirkman tuvo más dificultades en ese ‘juego’ de despachos, ejecutivos e incluso showrunners, finalmente las dos ficciones se han convertido en dos de los aciertos e incuestionables referentes de sus respectivas cadenas. Mientras que AMC ha encontrado su gallina de los huevos de oro, las intenciones de HBO respecto al material de George R.R. Martin siempre fueron de fidelidad incluso en tiempos en los que se planteaba el rodaje del piloto. Una fidelidad que, no obstante, hemos comprobado que incluso se ha puesto en debate cuando así lo ha necesitado la evolución de la historia y ese ‘empaquetado televisivo en bloques de 10 capítulos’ de las novelas publicadas. Mientras el propio autor ofrece una muerte horrible en su próximo libro a aquel fan que done más dinero y tenga como mínimo 20.000 dólares a libre disposición de una causa benéfica, la cuarta temporada de “Game of Thrones” llega a su inminente cierre con “The Watchers on the Wall”. El noveno y penúltimo capítulo de la cuarta entrega del drama de HBO nos trae además de nuevo a Neil Marshall a la dirección tras su aportación en la propia serie en Blackwater” (2x09). Si tuvimos ya un clímax dentro del universo de la propia adaptación en la Batalla de Aguasdulces, ¿qué ocurrirá con la Batalla del Castillo Negro?

Creo que el único punto criticable de esta excelente temporada de “Game of Thrones” (la polémica no cuenta ya que se ha demostrado que es otra de sus armas virales) es la imposibilidad de adaptación de ‘Tormenta de Espadas’ con esa marcada desigualdad de los arcos argumentales que afectan al conjunto. Muchos podrán ceñirse a que los personajes aparecen y desaparecen o a esa lentitud sembrada con elipsis en afrontar su destino, pero por encima de todo se hallan las matemáticas. No es posible que un personaje que tiene 50 páginas de protagonismo ocupe el mismo espacio que otro que tiene 250. ¡Es imposible! No hay guionista en el mundo que pudiera igualar el ritmo de tramas incomparables. ¡No lo hay! ¡No cuestionen esta sobresaliente temporada con argumentos, por lo tanto, ilógicos! Los guionistas han hecho un sobresaliente trabajo con la adaptación y los añadidos para tratar de equilibrar la evidente y, recordemos, matemática desigualdad. También resulta difícil olvidarse de The Mountain and the Viper” (4x08) y sobre todo de su final en el que de nuevo George R.R. Martin dejó claro que todo aquel que se haga fan de los nuevos personajes de la serie, por carismáticos que sean, acabará sufriendo en silencio su pérdida. El duelo a muerte entre La Montaña y Víbora Roja se saldó con esa constante habitual en el discurso del provecto escritor: todos aquellos que quieran ser héroes a través de sus causas nobles en Poniente hallarán una brutal e impactante muerte. La venganza y justicia de Oberyn Martell fue su debilidad… como de muchos protagonistas que han ido cayendo página a página, capítulo a capítulo. Los idealistas Stark ya han sido ferozmente castigados por el afilado acero narrativo del giro argumental de R.R. Martin y hemos vivido la transformación de los supervivientes de la noble familia que ha sido la impulsora de todo el hilo principal de la saga. Poco o nada nos interesan ya las aventuras de Rickon Stark (y Osha) a tal fin y, tanto el material literario como la propia serie, nos revelan la evolución de tres personajes como Sansa, Arya y Bran que se está pronunciando en la presente entrega. Ellos son el futuro de la serie pero, de momento, son secundarios de una historia que monopolizan las intrigas de Desembarco del Rey y las grandes batallas en ciernes que pivotan alrededor de los planes de invasión de ese Rey-Más-Allá-del-Muro (Mance Rayder). Una invasión que realmente enlaza con el bastardo de Ned Stark. De nuevo, los Stark en todos los puntos cardinales del continente. Un continente, recordemos, en peligro. La ya debilitada Guardia de la Noche es la única opción de Poniente y cuentan con la presencia de Jon Nieve pero sabemos que ese detalle no basta. Conocemos que Stannis Baratheon, a través de Melisandre y Davos Seaworth, es su única posibilidad de ayuda. Una ayuda que la Guardia de la Noche desconoce, pero que sabemos que es prácticamente insostenible que lleguen allí a tiempo… ¿Podrá aguantar, por lo tanto, los hermanos de Jon Nieve una embestida por ambos frentes del Muro?

In Memoriam
Antes de centrarse en “The Watchers on the Wall” es momento de hacer un inciso ya que todo el mundo que ha visto la parodia de un RPG de 16-bits, sobre la primera temporada de “Juego de Tronos”, recuerda el dialogo entre Catelyn Stark y su victorioso (por aquel entonces) hijo Robb:

— ¡Madre, hemos derrotado a los Lannister! Fue una batalla ciertamente épica.
— Es una lástima que no pudiera verla.
— Es verdad, fue una pena que nos quedáramos sin presupuesto hace ya tres capítulos.

Para compensar esa ‘elipsis’ por necesidad llegó “Blackwater” (2x09) que conecta también con el presente capítulo: mismo director, vocación absoluta al servicio de la batalla olvidando el resto de personajes y tramas e incluso siendo la primera vez en la serie en la que no tenemos N-A-D-A de Desembarco del Rey y los Lannister… La Batalla del Castillo Negro se estaba gestando a lo largo de toda la temporada y sabíamos que la cita con Ygritte, Tormund, los caníbales thenitas y compañía después de matar (o comerse) a todo aquello que pulula en los alrededores, era una cita fija. Más que batalla estamos ante un asedio brutal en toda regla, pero Neil Marshall tiene un libreto en sus manos que le permite bascular entre el drama, la acción, la épica, la tensión y sobre todo el amor… porque recordemos toda la historia que une tanto a Ygritte como a Jon Nieve… y también a Samwell Tarly con Gilly. Ese cruce de historias va a servir a “The Watchers on the Wall” como perfecta presentación partiendo del ‘coño’ pelirrojo de Ygritte, que va a ser cuestionado por Styr. La frase de la ex del bastardo «Esta vez, somos nosotros los que hacen la cacería» y, sobre todo, «Jon Nieve es mío» marcan los tiempos iniciales. Realmente la conexión la establecen tantos las conversaciones de Sam y Jon como Gilly, a la que vemos en el fondo como una sombra que huye hacia el Castillo Negro. Sam incluso tuvo tiempo en todo ese prólogo de mantener una charla existencial sobre el amor y la muerte con el maestre Aemon en la biblioteca sobre sus sentimientos alrededor de Gilly. «El amor es la muerte del deber», le recuerdan. La llegada de Gilly con su bebé va a posicionar a los espectadores ante una historia de amor y protección, que será interrumpida por el sonido del cuerno que nos avisa también de que los salvajes se disponen a atacar. Sam será el hombre que necesita Gilly, escondida en la despensa, pero también aquel que debe cumplir con ese ‘deber’ que señalaba Aemon. Aunque lamentablemente cuando promete que no morirá, después de un apasionado beso, saltan nuestras alarmas. ¡Oh, Dios mío! ¡Ningún personaje en la serie ha sobrevivido a esa frase más de 24 horas! ¡Incluso algunos murieron antes de 24 minutos! ¡Oh, Dios mío!


Mance Rayder prometió el mayor incendio que el Norte hubiera visto en su vida y la verdad es que se lo han currado. ¿¡Cómo prendieron fuego a un bosque nevado!? ¿¡Y con ese frío!? Lo dicho: se lo han currado y yo me cagaría vivo. Sam, por el contrario, va a calmar los temores de Pyp sobre sus propias experiencias mientras que Alliser Thorne se encuentra en lo más alto del Muro preparándose para el inminente asedio. Alliser es consciente de que tuvo que hacer caso a Jon y sellar los túneles, pero Janos Slynt es el consejero más ‘mierder’ que tenía a mano. Y, recordemos, que en “Juego de Tronos” ser lo más ‘mierder’ o lo más ‘hijo de fruta’ te garantiza mayor tiempo de vida. La amenaza va a ser visible con miles de salvajes, mamuts y los gigantes sobre los que Neil Marshall se va a recrear bastante. El problema no sólo viene del Norte sino del Sur, ya que la otra puerta va a ser asediada también por los hombres de Tormund. Alliser decidirá defenderla y dejar a Slynt a cargo de la protección del Muro para hacer que millones de espectadores griten de absoluto terror. ¿Están jodidos? ¡No, están muertos! Jon tomará el mando gracias a una maniobra de Grenn para hacerle ‘bajar’, por una falsa orden de Alliser, a defender la Puerta Sur del Castillo Negro. Jon ya es el ‘boss’ y respiramos tranquilos… Es hora de volver a lanzar más flechas de fuego sobre los salvajes mientras que los escaladores en el Muro inician una andadura que ya conoce el propio Jon. No es el principal problema. El problema, en realidad y más que las hordas de salvajes, son los gigantes y ese P-E-D-A-Z-O de mamut que no entra del todo en un plano general. Los gigantes van a colocar un arnés tanto en la puerta como en el gigantesco monstruo para así destrozarla y facilitar una vía directa de acceso. Es momento de la épica, de cubos de aceite explosionando, de flechas lanzadas por gigantes para instantes ‘WTF!’ y MEMEs y evidentemente de discursos antes de grandes batallas: «Cien generaciones han defendido esta fortaleza. Jamás ha caído antes. No caerá esta noche». La verdad es que Alliser es buen líder pero su problema fue fiarse de un pedazo troll cobarde como Slynt y hacerse enemigo de uno de los ‘prefes’ de la audiencia. La cuestión es repetirse el mítico «¡No pasarás!» de Gandalf al Balrog. Una y otra vez. Una y otra vez. 


Mientras que la Guardia de la Noche se enfrenta a los thenitas y los otros salvajes ya en el patio…
Nosotros nos comemos las uñas. 

Mientras que Ygritte lanza más flechas que balas Rambo…
Nosotros nos comemos las uñas. 

Mientras que Tormund se pone en modo ‘crazy (and God)’ a reventar todo aquello que se cruza en su camino…
Nosotros nos comemos las uñas. 

Mientras los cuervos suben y bajan gracias al pequeño Olly…
Nosotros nos comemos las uñas.

Mientras que Grenn y sus hombres se enfrentan al gigante Mag el Poderoso, que logró abrir la puerta y acceder al largo pasillo de acceso al Castillo…
Nosotros ya nos comemos los muñones a falta de uñas. 

Y mientras el cobarde de Slynt se refugia en la despensa donde se encuentra oculta Gilly…
Nosotros gritamos con nuestras sangrantes manos en la cabeza: ¡H-I-J-O—D-E—F-R-U-T-A!


Jon también tiene que enfrentarse a su destino y bajar a defender el patio del Castillo Negro, ya que Alliser fue herido por Tormund en un apasionante combate que mantuvieron ambos. Pyp morirá en los brazos de Sam por una de las flechas de Ygritte pero logrará hacer frente a un thenita con una ballesta cargada en el último suspiro. ¡Aguanta Sam, aguanta a la furia de George R.R. Martin! ¡A-G-U-A-N-T-A! Sam también liberará a Fantasma por orden de su amigo para que el lobo huargo ayude a desequilibrar una batalla, que se va a centrar en la lucha brutal entre Styr y Jon Nieve y que decidirá un martillo dentro del catálogo de muertes violentas de la serie. Es momento de reencontrarse con el amor y esa flecha ‘a seis pulgadas’ del corazón de Jon Nieve. Ygritte apunta a su tambaleante pasión y precisamente a ese corazón, pero Jon no parece preocupado por la situación sino todo lo contrario, como si entendiera la respuesta del destino ante aquello que concibe como el amor. Será otra flecha aquella que dictamine la resolución de la secuencia. Una flecha lanzada por un peculiar Cupido… directa también al corazón de Ygritte. Ese Cupido es el pequeño Olly, que siguió los consejos de Sam de agarrar un arma y defender el Castillo Negro y hacer de Orlando Bloom en “Troya”. Y, recuerden, que acabó como Legolas Jon se derrumba sobre aquella única mujer a la que amó y acuna a Ygritte mientras recuerdan su pasado y la imposibilidad de detener el tiempo en esa cueva donde se fundieron el uno con el otro y donde, momento de DOS ROMBOS, Jon Nieve probó el sabor del famoso chocho salvaje y pelirrojo. Ygritte muere y “Game of Thrones” debería firmar un convenio ya con Kleenex® y Trankimazin©… ¡O una funeraria! (†) ¡O lanzar helados con sabores de los difuntos y difuntas! Este verano se lleva el Calippo de fresa de La Víbora Roja y el cono salvaje de naranja de Ygritte.


Helados aparte, quedan asuntos pendientes por resolver. Edd se quedó a cargo de la protección del Muro y nos habían ya mencionado la ‘guadaña’. Si creían que lo habían visto todo el GOT prepárense para una P-E-D-A-Z-O guadaña gigante que emerge del hielo que forma el Muro para reventar (textualmente) a los escaladores salvajes que osaron trepar. El Castillo Negro y El Muro todavía se mantienen bajo control la Guardia de la Noche. ¡Y Sam sigue vivo! ¡BIEN! ¡Y Jon tiene el corazón roto! Ohhhh. Bueno, no se puede tener todo en esta vida y que Ygritte traicionara a los suyos para ayudar a los cuervos tampoco tendría demasiado sentido después de haber asesinado con sus flechas a decenas y decenas de ellos. Eso sí, que fichen a esta niña para la tercera temporada de Arrow. Tormund es tomado como rehén mientras que los salvajes se retiran… aunque el propio Edd nos recuerde que todavía les superan 1000 a 1. Grenn y sus hombres también se sacrificaron para detener a Mag el Poderoso y es hora de recapitular y recoger cadáveres a la mañana siguiente después de la carnicería que propició el asedio. Jon sabe que han ganado la batalla pero que no podrán resistir durante demasiados días. Son matemáticas en estado puro. Su única posibilidad, por disparatada que parezca, es acabar con el Rey-Más-Allá-Del-Muro siendo un mal plan… pero el único del que disponen. Es hora de abrir la puerta, como marcaba el primer capítulo de la serie, para que Jon protagonice de nuevo una misión suicida de la que sabremos más en “The Children” (4x10), season 4 finale de una espectacular y excelente temporada de una P-E-D-A-Z-O serie. Y aquellos que no estén de acuerdo que se enfrenten al poder de la guadaña

P.D.: Si George R.R. Martin te deja vivo (véase Pyp y Grenn) van David Benioff y D.B. Weiss... ¡Y TE M-A-T-A-N! ¡Qué mielda es esta! ¿¡Quién puede sobrevivir así!? ¡Porca miseria! 

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5 comentarios:

  1. Gran critica !! Gran capitulo !!

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  2. Resumen de ayer: zasss, zasss, chaass, chass, chaass, chass, chaass, chass, chaass, chass, ¡zzzzzzzzz! ¡Puik!¡zzzzzzzzz! ¡Puik!¡zzzzzzzzz! ¡Puik!¡zzzzzzzzz! ¡Puik!¡zzzzzzzzz! ¡Puik! buuuum buuuum buuuum ¡zzzzzzzzz! ¡Puik!¡zzzzzzzzz! ¡Puik!¡zzzzzzzzz! ¡Puik!¡zzzzzzzzz! ¡Puik!¡zzzzzzzzz!¡zzzzzzzzz! ¡Puik!¡zzzzzzzzz! ¡Puik!¡zzzzzzzzz! ¡Puik!¡zzzzzzzzz! ¡Puik!¡zzzzzzzzz!, etc. ¡zzzzzzzzz! ¡Puik!, !ay mierd!!!, no, no, no por favor, nooooooooo, "You know nothing, Jon Snow", "Buaaaaa buaaaaa snif snif snif"

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  3. Lo único que temo en todo esto es que al actor que encarna a Jon Snow le está quedando grande el papel, por lo demás gran capítulo, ENORME serie.

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  4. prrrrrrrrrrrrrrttttttt

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  5. Aquí uno que, tras ver el capítulo de hoy, le da un poco más igual el destino de Sam. Un inútil en el combate como él ahí escondido mientras Pyp se come una flecha y arengando a UN CRÍO para que defienda el castillo... Me ha caído gordo, muy gordo.

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