Páginas Bastardas

miércoles, 18 de junio de 2014

Murder in the First: El Asesino de la Mamada

Serie de TV
“Murder in the First”
EEUU
2014

Sinopsis (Página Oficial):

“Murder in the First” sigue a los detectives de homicidios Terry English (Taye Diggs) y Hildy Mulligan (Kathleen Robertson) mientras investigan dos asesinatos aparentemente no relacionados. El misterio se profundiza, sin embargo, cuando se enteran de que ambos asesinatos tienen un denominador común en un niño prodigio de Silicon Valley (Tom Felton).

Crítica Bastarda:

Si lee un texto, crítica, post (o lo que sea) sobre “Murder in the First” que mencione que se ha acabado el procedimental, que sigue la moda de True Detective o Fargoes, sencillamente, shit de encaje y postureo de cara a las modas recientes. Aquí no hay novedad sino necesidad. No es que la antología siempre estuviera presente en la televisión norteamericana o, recordemos, que ya tuvimos nuestra dosis de “Murder One” allá por los 90 y en tiempos de Telecinco y ausencia de internet. Espero que, por lo tanto, nadie se rasgue las costuras con que TNT haya decidido sumarse a la ‘moda’ de ofrecer una serie que retrate un caso por temporada teniendo en cuenta que nada le ha funcionado los últimos años. La cancelada King & Maxwell pudiera ser el ejemplo perfecto para revisar esa formulación del procedimental, que podía oscilar entre el policial o una serie de abogados con un arco argumental para su única temporada con una conspiración gubernamental. Ni siquiera todo ese conjunto con rostros agradables a la audiencia (Jon Tenney y Rebecca Romijn) funcionó y antes de que se puedan desgastar sus exitosas Rizzoli & Isles y “Major Crimes”, TNT ha decidido apostar por una pequeña revolución como paso previo a “The Last Ship” y “Legends”.


Que nadie espere tampoco encontrarse en “Murder in the First” una nueva “Broadchurch” porque la rápida orientación de la serie policial se dirige hacia la pareja de detectives protagonista. Hildy Mulligan (Kathleen Robertson) encaja en el perfil de mujer divorciada atractiva con hija buscando una nueva pareja que realmente no existe. Salvo que se saquen algo de la manga con el personaje femenino, Terry English (Taye Diggs) es el protagonista más potente. Tiene una mujer muriendo de cáncer en su casa y que le pide que se evada de tan funesto ambiente trabajando, aunque la propia situación —entre el miedo y dolor— le convierta en una persona violenta e inestable. También se suman visiones de su futura difunta esposa apareciendo en distintos encuentros y que en el cierre del primer capítulo va a culminar con la noticia de su muerte junto un cliffhanger anunciado. A la espera de confirmar si funciona tal decisión narrativa —¿no hubiera sido mantener ambos arcos argumentales abiertos hasta la resolución?—, tenemos dos asesinatos que abren y cierran el primer capítulo y que se dirigen hacia la sombra de la sospecha un joven icono de Silicon Valley como centro de sospechas. ¿Si les cuento que las víctimas son su padre biológico toxicómano y su atractiva amante azafata se llevarán las manos a la cabeza pensando en un telefim barato de sobremesa?


El único interés, ante tan anodino conjunto, bien pudiera ser la dirección de Thomas Schlamme, siempre buscando en todo momento obstáculos en los planos que afectan a los detectives protagonistas. El resto, me sobra. Que si me sirven vino en mi jet privado y viene una turbulencia para que mi camiseta que vale más el sueldo de la tripulación se manche de vino y tengamos una metáfora de sangre y la inestabilidad del protagonista. Que si me pongo a humillar a las azafatas a las que meto mano, arrojándolas las camisetas sudadas y despidiéndolas en pleno vuelo. Que si soy el joven talento más guapo (y menos friki) de Silicon Vallley. Que si digo frases de telenovela del tipo «Yo me ocuparé de ello» para que a las dos secuencias siguientes la azafata haya muerto desnuda por necesidades del guión… Que si dejamos de ver “Murder in the First” por ese terrible maltrato que hace de las azafatas y nos dejamos de tantas tonterías. ¿Y el sospechoso? ¿Es malo? ¿Es bueno? ¿Esos ojos azules y cara de niñato (hostiable) esconden un asesino? ¿Se ha ganado tantos enemigos como en el el cartel de La red social este Mark Zuckerberg de un desfile de moda del Carrefour? ¿Se puede ser más obvio? Los guionistas de “Murder in the First” siguen la norma de meter a muchos sospechosos a base de miradas ‘asesinas’. ¿Será el piloto? ¿Será la ayudante (seguramente fangirl) de ese genio de Silicon Vallley? ¿Será el asesino el espíritu de Steve Jobs por nombrar su nombre en vano? ¿Voldemort, tal vez, para vengarse de Draco Malfoy? La pregunta, no obstante y visto lo visto, es otra: ¿nos importa?


NOTA: El segundo capítulo confirma todo lo indicado en la reseña y que esta serie es exclusiva de marujas o de los fans de la ropa interior de Kathleen Robertson. Que el asesino vaya a ser denominado 'El Asesino de la Mamada' y que el episodio acabe con el personaje de Robertson consiguiendo el ADN de Draco Malfoy a golpe de succión (¡de saliva y chicle, no se asusten!) demuestra el nivel de 'Salvame diario' de la serie de TNT.

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