Páginas Bastardas

jueves, 5 de junio de 2014

X-Men. Días del futuro pasado: El futuro a través del pasado

“X-Men: Días del futuro pasado”
Título original: “X-Men: Days of Future Past”
Director: Bryan Singer
EEUU
2014

Sinopsis (Página Oficial):

La última unión de los X-Men dará paso a una guerra por la supervivencia de la especie a través de dos períodos de tiempo en “X-Men: Días del futuro pasado”. Los queridos personajes de la trilogía original de X-Men unen sus fuerzas con su yo más joven de X-Men: Primera Generación, en una batalla épica que debe cambiar el pasado para salvar nuestro futuro.

Crítica Bastarda:

Podemos imaginarnos esos oscuros días de un futuro distópico en los que la diferencia ha sido marcada y prácticamente aniquilada, en los que la humanidad ha dejado de existir ante el control de sus nuevos y robóticos vigilantes. No habita esperanza en esa guerra en la que al final perdieron todos… y en los que un simple atisbo de ilusión ofrece una perspectiva para hacer pasado el futuro. En realidad, nos interesa el discurso que ofrece Bryan Singer en “X-Men: Días del futuro pasado” como parte y burla de los mecanismos del mainstrean ya que bien pudiéramos imaginarnos a esos Centinelas, carentes de sentimientos, con un traje y corbata extinguiendo cualquier viabilidad de oposición, aprovechándose de las virtudes para transformarlas en debilidades y convertir la propia vida y esencia en mero tiempo consumido. El director de X-Men” (2000) y X-Men 2” (2003) ha emprendido una misión similar a la iniciada por J.J. Abrams en “Star Trek” (2009) marcando un nuevo rumbo y punto de partida, gestionando y midiendo sus actos autorales, recopilando todo el material que ha marcado la saga cinematográfica, contradiciendo incluso sus propias imágenes, anulando las aportaciones ajenas y, sobre todo, esa decisión final de Brett Ratner en 2006. Nada funciona porque ya nada vale dentro de los márgenes de ese nuevo futuro que ya se consolida como presente. Es momento de avanzar y para ello es necesario trastocar el pasado, todo el pasado.


El revisionismo de Singer le lleva a X-Men: Primera generación” (2011) de Matthew Vaughn, donde realmente centellearon formidables elementos que ahora, el director de “Sospechosos habituales”, ha decidido recuperar y transmutar a sus propios intereses y pretensiones. Se trata de que el autor se convierta en un guía protector de la saga, que encuentre los mejores hallazgos y los someta dentro de su propio camuflaje cinematográfico para iniciar un viaje de toda esa consciencia común a un mismo y renovado cuerpo. Hábilmente la disposición escenográfica de la modulación del clímax la marca un monasterio que se ajusta a una estética ancestral y, al mismo tiempo, se ve sometida a los elementos de ciencia ficción produciendo la amalgama soñada por Singer. El pasado y el futuro quedan fusionados en ese recinto sagrado con fricciones orientales que matraquean el éxodo de la conciencia de la propia saga a una nueva entidad y película. Lobezno siempre ha sido la constante de toda la saga, aquel ser eterno y superviviente que debe marcar todo el rumbo. Olvídese de Lobezno inmortal” (2013) de James Mangold —tanto de su argumento como la escena de los post-créditos— y quédese con algunas instantáneas de X-Men orígenes: Lobezno” (2009) de Gavin Hood, aunque son innecesarias (e incluso molestas) para esta resurrección. Simplemente, “X-Men: Días del futuro pasado trata de un renacimiento que pulveriza y puntualiza anímicamente otros retornos netamente comerciales como las dos partes, de momento, que componen The Amazing Spider-Man”. La cuestión es el tacto y la personalidad, la valentía de que el déjà vu ofrezca una nueva diversidad de perspectivas con personajes y cuerpos constantes pero con un nuevo enfoque que dote de una conciencia más sabia al conjunto. El juego de espejismos está servido gracias a esas paradojas temporales que se suceden y complementan, que declaran la estructura en bloques diferenciados pero siempre satisfactorios.


La ambición para Singer es que confluyan tanto el reboot como la precuela y la secuela, que todo sea un nuevo barro moldeable y que el autor pueda ser respetuoso con la materia prima que lo originó. Toda esa falta de continuidad con las cintas anteriores incluso encajaría en la percepción de remodelar, reinventar, insertar o despezar a convicción, existiendo cierta esencia y alma de prolongación, como si el proceso de integración fuera más general que detallado y el espectador se convierta en aquel que debe rellenar sus múltiples lagunas y ausencia de explicaciones. Singer da la impresión de ser consciente de que “X-Men: Días del futuro pasado” tiene que vivir en ese circuito de blockbusters de artificial carga épica y tremendismo dramático, pero somete el conjunto a un circo de tres pistas (temporales) con todos los mecanismos propios del mainstream, albergando todo su compendio en ese espectáculo. Podemos ver la marca de “Terminator”, “Matrix” hasta “Star Wars”, dejando que el ya explotado indiscriminadamente «Yo soy tu padre» se gestione a través de Mercurio (Evan Peters) en una de las mejores secuencias independientes del conjunto, sobre la que Joss Whedon tendrá que tomar nota para Los vengadores 2: La era de Ultron. Nos interesa que el show nunca acabe, que quede focalizado a esa vinculación de Logan y Charles Xavier como la simbiosis e interrelación del corazón y el cerebro, siendo Raven/Mística aquella que posibilita la mutación del propio futuro y Magneto el eterno elemento bidireccional que desequilibre todo (y a todos). No se trata de realizar un rompecabezas a lo Orígende Christopher Nolan —pese a estructurarse en dos secuencias que abren y cierran la cinta con una distribución similar pero dimensionada finalmente hacia la épica consumada— sino del nivelado entre la nostalgia y esa distintas parcelas ordenadas basadas en múltiples referencias. Ciertamente estamos ante una autoconsciente quimera, una reflexión al espectáculo como perspectiva y disfraz… como el de esa Mística única en su especie, como el magnetismo de Jennifer Lawrence y su química con Michael Fassbender, como esa irrefrenable atracción a todo tipo de públicos que ejerce, al fin y al cabo, esta película; pasado, presente y nuevo futuro de la franquicia.

Reseña Redux publicada en Cinema ad Hoc

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3 comentarios:

  1. Lo mejor de esta película es que ya no tienes que relacionar la asquerosa X-Men 3 con el conjunto, ahora borrada de un plumazo (esa parece ser la intención) puede empezar de cero. Lástima que Hugh Jackman ya se ve viejo para su personaje que ni mandado a hacer.

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  2. no mames wey. no se dice periodo de tiempo, porque si es un periodo, se supone que es de tiempo.

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    Respuestas
    1. Hola romperecord,

      ¡Manda la queja a la distribuidora (FOX) ya que es la sinopsis de la página oficial! http://www.xmenpeliculas.es/

      ¡A mí no me llores! :P

      Saludos.

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