Director: José Padilha
Estados Unidos
2014
Sinopsis (Página Oficial):
En “Robocop”, nos encontramos en el año 2028 y el conglomerado multinacional OmniCorp se encuentra en el centro de la tecnología robótica. En el extranjero, el ejército ha estado usando sus drones desde hace años, pero su uso para el cumplimiento de la ley en territorio americano ha estado prohibido hasta el momento. Sin embargo, ahora OmniCorp quiere cambiar eso trayendo su controvertida tecnología a Norteamérica y lo hará aprovechando una oportunidad de oro. Cuando Alex Murphy (Joel Kinnaman)- un cariñoso marido, padre y buen policía que lo da todo en su lucha contra el crimen y la corrupción en Detroit- resulta críticamente herido, OmniCorp ve su oportunidad para construir un oficial de policía mitad hombre, mitad robot. La visión de OmniCorp es tener un RoboCop en cada ciudad y conseguir así más millones para sus accionistas. Pero nunca contó con una cosa: que sigue habiendo un hombre dentro de la máquina.
Otro remake de un clásico popular de los 80. Otro. Si no habíamos tenido bastante con la prostitución de “Desafío total” y nos imaginábamos a Paul Verhoeven comprando explosivos y gasolina, desconocemos cómo se habrá tomado el director holandés la revisión de un proyecto que fue finalmente anulado por Darren Aronofsky y reiniciado por José Padilha. Desde hace unos años estamos asistiendo a un paritorio de remakes innecesarios que bien pudieran llevar el estandarte en el último año títulos como “Old Boy” de Spike Lee y la propia cinta del director de “Tropa de Élite”. De acuerdo, podemos entender lo de “Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres” de Fincher e incluso “Déjame entrar” de Matt Reeves o “Posesión infernal” de Fede Álvarez porque tienen sus (fieles) seguidores. Aquello que nos preguntamos realmente es si tenía sentido “Noche de miedo”, “Carrie”, “Perros de paja” más allá de ese remunerado homicidio artístico. Ya puestos, “Piraña 3D” de Alexandre Aja y “Dredd” de Pete Travis han sido los remakes más estimulantes dentro del propio cine norteamericano sumiéndose en el videoclub setentero-ochentero-noventero y poniendo al día el material original gracias a una ultraviolencia tan sucia como estilizada. Son parte de un oasis en un árido desierto artístico porque pronto vendrán “Cortocircuito” y “Videodrome”. ¡TIEMBLEN!
Verhoeven era un cabronazo perverso y sabía mantener el tono mainstream con sus resortes pop y ácidos con los mass media como conducción narrativa y sátira a sus fines. La versión cyborg de Frankenstein de José Padilha utiliza a las corporaciones como los villanos del futuro que quieran implantar sus androides para realmente gobernar el mundo, siendo Samuel L. Jackson ese resorte estilístico de sus intenciones políticas con prestados de “¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú”. Creo que la imagen que definía “Robocop” (1987) era realmente la de uno de los esbirros bañado en ácido y completamente deformado siendo finalmente reventado, cual insecto, por uno de los villanos principales. Me resultaría imposible encontrar una secuencia que pudiera comprimir ese humor negro y brutalidad dentro de “Robocop” (2014). Posiblemente escogería los fotogramas de Alex Murphy (Joel Kinnaman) completamente reducido a un cráneo con una paupérrima caja torácica que late cual corazón a lo “Johnny cogió su fusil”. Y hay poco más. Demasiado poco más. Porque repasemos:
—Han cambiado las palabrotas y gran parte de la violencia con balas y explosiones para empaquetar un producto mainstream con rating PG-13.
—Quieren tener una línea satírica gracias a Jackson, Gary Oldman, Michael Keaton o Jennifer Ehle. Pero una línea que quiere ser tan afilada, cual aguijón, que al final queda completamente plana e invisible. Como ese villano que en la original encarnaba Kurtwood Smith.
—No tocan Detroit. ¿No era ya un gag para “Scary Movie 4”?
—No hay moraleja. Los drones militares ya matan niños e inocentes como daños colaterales. Solamente nos queda la hipocresía de que ellos mismos no se aplican de su propia medicina. Tontos no son…
—Y, por supuesto, los guionistas han ceñido el conflicto del personaje a un esquema familiar insertado la lucha del hombre y la máquina. ¿Lo de las pulseras rojas es reírse de la directiva cuatro? ¿Para terminar de rematar ese RoboCop que a veces parece Forrest Gump?
—Y el WTF! de los WTF!: tocar con mi guitarra española el Concierto de Aranjuez con mis nuevas manos robóticas y hacer que llore Gary Oldman.
“Robocop” no es un shoot 'em up horrible pero tampoco me parece un aceptable remake porque se nota que sigue su propia directiva interna: vender entradas a cualquier precio artístico posible manipulando, degradando y mancillado cualquier riesgo previo con fines meramente comerciales. Normal que surja la ‘robo-fobia’, normal que tengamos proyectos como “Our RoboCop Remake” creados por los propios fans como respuesta orgánica (y humana) a esos robots sin sentimientos que habitan en los despachos de los grandes estudios. La película y remake la podéis ver gratis desde la propia web de esos intrépidos cineastas que han aportado cada uno su peculiar granito de arena. A continuación su trailer, que evoca a “La hora chanante” y que la convierte en un must-see, ¿verdad?
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