Stung: No pongas avispas mutantes asesinas en tu vida

“Stung”

Director: Benni Diez

Alemania / EEUU

2015

Sinopsis (Sitges Film Festival):

Los romances en el trabajo nunca son buena idea, pero Paul no ha podido evitar enamorarse de Julia, su compañera en un servicio de catering. Pero la ‘picadura’ del amor no es nada comparada con los aguijones de unas descomunales avispas mutantes que atacan la fiesta en la que está trabajando la pareja. Una punzante comedia gore, con la participación estelar de Lance Henriksen.

Crítica Bastarda:

Sobre el papel pudiéramos encontrarnos ante una joya del género al entrelazar los ‘natural horror films’ con la Serie B de las ‘monster movies’ y el influjo de esa pieza canónica de la comedia de terror: “Braindead (Tu madre se ha comido a mi perro)”. Lamentablemente “Stung”, más que no aportar absolutamente nada, es una película bastante plana, insípida y más mala que discreta. Puede que para algunos fans suponga una divertida ración de aquello que solicitaban cuando quedaron fascinados por ese póster en el que el afilado aguijón de una avispa amenaza con traspasar el globo ocular una víctima. Su trailer también dejaba claro que las señas de identidad de esta producción eran formalizar un homenaje y tributo a esas producciones de los 80 y 90. El debut de Benni Diez, en lo que a dirección de largometrajes se refiere, se trata de una propuesta que obviamente va a dividir a los espectadores entre aquellos que justifiquen sus carencias por el cachondeo y otros que esperaban algo más ‘Sharknado’ de tal icónico envite. 

La premisa es lo de menos… como esos planos personajes atrapados en una lujosa fiesta de una casa de campo asediada por unas avispas enrabietadas capaces de ‘transformar’ todo lo que ‘tocan’ en monstruos alados. Da lo mismo que sean abejas o avispas porque “Stung” cede a lo obvio con tal de establecer el escenario pretendido para confeccionar su homenaje. Entre un fertilizante de dudoso origen mezclado con hormonas de crecimiento, el show de terror mutante está servido. El film obviamente se ciñe al manual de este tipo de cintas. En la primera secuencia junto a los créditos vamos a tener la introducción de las bestias y, en la segunda, la pareja protagonista cede de nuevo a esos moldes un tanto socarrones. Y es que ver a una tipa gafapasta, que va abrigada como si fuera a viajar a Siberia, a la que se le cae la bebida encima y no duda en quedarse en sujetador —confirmando su condición de modelo de Victoria Secret— no deja de despuntar esos conceptos gratuitos. 

Atrapado en ese sumatorio de tópicos y la propia broma, el film de Diez se sumerge en una carnicería de víctimas y las credenciales del survival-horror. Y en ese terreno da lo mismo que estemos ante castores zombies, pterodáctilos tróspidos o arañas devoradoras de cerebros. Precisamente “Stung” pierde la oportunidad de convertirse en un clásico del cine cutre y se limita a formalizar un intento de cinta decente que acaba convirtiéndose en una prescindible y olvidable caricatura. Sin demasiada historia que rellenar ante una inexistente tensión y humor, nos vamos a un intento de transformar la película en gran conflicto maternal como aquel sobre el que se apuntalaba perfectamente “Braindead”. Aquí, por el contrario, ni hay bebés zombies ni mono-ratas sino chepas mutantes y la participación de Lance Henriksen. Benni Diez confirma un exploit falto de ideas, como si propia premisa le permitiera justificar sus numerosos defectos, vacíos y carencias argumentales. Todo se resume, en resumen y definitiva, en una mierda de bandeja para paliar el ataque de estas avispas tróspidas-asesinas-de-la-muerte: sabemos que no va a ser nunca suficiente y que el sketch no va a tener demasiada gracia. Lo positivo de “Stung”, por el contrario, pudiera ser su intento de tener cierta consistencia en ese molde del subgénero que quiere abarcar, estableciendo en su desenlace aquello que precisamente pudiéramos exigirle desde su comienzo… porque una invasión de avispas-vacunas era un perfecto material para una saga de The Asylum…

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