The Girlfriend Experience: ¿Fría, aburrida y pretenciosa o sugerente e inteligente?

Serie de TV

“The Girlfriend Experience”

EEUU

2016

Sinopsis (Página Oficial):

Después de “The Knick”, el cineasta Steven Soderbergh produce esta nueva serie que sigue a una joven estudiante de derecho que descubre el mundo de las ‘escort girls’. Está inspirada en la controvertida película del mismo título dirigida por el mismo Soderbergh y protagonizada por Sasha Grey. Christine Reade (Riley Keough) compagina sus estudios de segundo año de derecho con su trabajo como becaria en una prestigiosa firma de abogados. Mientras se esfuerza por destacar en un mundo empresarial despiadado, superficial y competitivo, Christine descubre a través de una amiga un mundo mucho más excitante: el de las Girlfriend Experience (GFEs), jóvenes de compañía que se encargan de proporcionar una relación de intimidad sexual y emocional a cambio de un alto precio. Prostitución de lujo, en definitiva. Christine se siente rápidamente atraída por la sensación de control y el deseo de intimidad que le otorga su nueva posición, la excitación de lo que es secreto y tabú, haciendo su vida privada más atractiva que su lado más convencional. Sin embargo, pronto se ve absorbida por un juego de identidades que podría volverse en su contra. Protagonizada por la joven Riley Keough (“Magic Mike”), “The Girlfriend Experience” es incómoda, provocadora y rompedora, pero no pretende juzgar, sino simplemente mostrar una realidad: la de una chica que vive su sexualidad sin tabúes ni sentimientos de culpa y decide ganar dinero como chica de compañía. La situación se complica cuando esta doble identidad le empieza a pasar factura. “The Girlfriend Experience” está escrita y dirigida por Lodge Kerrigan (“The Killing”, “The Americans”) y la actriz y guionista Amy Seimetz (“The Sacrament”, “The Killing”, “Upstream Color”). 

Crítica Bastarda:

“The Girlfriend Expierence” aterriza en el universo catódico dentro de la actual moda de adaptaciones de largometrajes a la pequeña pantalla y en este territorio podríamos analizar las posibilidades del film de Steven Soderbergh en formato episódico, iniciándose de su propio precuela, aunque tal vez llegáramos al escollo que supone trasladar un material ya presente en la británica “Secret Diary of a Call Girl” y capturar la esencia de la siguiente pregunta: ¿qué nos aporta realmente el nuevo drama de Starz? La creación de Lodge Kerrigan y Amy Seimetz ha establecido el suficiente interés para que nos fijemos en una cuidada producción a la que pudiera colgarse tanto la etiqueta de «serie intrascendente en la que no pasa nada» como la de «joya de culto que figurará en los tops televisivos del año». ¿Dónde está la atracción, pues, del asunto y la posibilidad desequilibrar la balanza? Tal vez el envoltorio sea tan sugerente para esos espectadores que busquen la presencia del estilo del director de “Keane” y un espectáculo dramático que rehuya del efectismo y giros locos de guion en tiempos del ShondaLand y el cliffhanger como recurso televisivo elemental. Creo que “The Girlfriend Experience” está formada sobre dos series que se retuercen en ese leitmotiv que retrata la comunión del deseo y el poder, la intimidad como secreto con la personalidad que revelamos al mundo, como si se entablara un diálogo entre la lujuria y la adicción al control sin que sepamos quién es realmente aquel que maneja los hilos. Esa seducción es afín a la propia propuesta y sus imágenes, tratado de reclamar en sus diálogos tanto la inteligencia como una muestra de calidad que genere el suficiente deseo al otro lado de la pantalla, que haga ‘comprar’ ese objeto del deseo que se proyecta. ¿Estamos ante una de esas series en las que tendremos nuestra recompensa si seguimos pegados al otro lado de la pantalla hasta el final? ¿O, por el contrario, será el nuevo detector de hipsters tras “The Leftovers”? Porque, ¿qué sentido tiene seguir con una ficción si no hay flechazo ni amor a primera vista? 

No sé hasta qué punto nos encontramos ante un discurso que trata de entablar un dialogo entre el capitalismo (y la cultura empresarial) con el sexo. Considero, por el contrario, que “The Girlfriend Experience” no pone nada fácil entrar en su mundo, remachando incluso las propias reticencias del espectador frente al tema que retrato e incluso a ese universo de las adaptaciones televisivas de largometrajes. La creación de Kerrigan y Seimetz trata de sobrepasar los planteamientos formales y narrativos del film de Soderbergh para construir el propio crecimiento personal de su heroína en el que mantener una doble vida se convierte en parte de un imposible. Mientras que el personaje que interpretaba Sasha Grey se recreaba en el vestuario y detalles de los hombres que contrataban sus servicios, el personaje de Riley Keough esquiva la descripción de sus emociones, alejándonos más si cabe de su indescifrable interior. Alejada de la ética, Christine Reade ha acabado siendo una carcasa no exenta de sentimientos que no nos muestra y, tal vez, el espectáculo de Starz se enfrente también a su pretendida e impuesta frialdad que revela muchas veces el rostro de su actriz. Quizás en tiempos de impacto y giros de guion, la nueva propuesta producida por Steven Soderberg nos esconde esas dos series que aquí pueden encontrar muchos. La primera es la pretenciosa, aburrida y la decepcionante y la segunda la tan sugerente e inteligente como su calculadora y fría protagonista, una mujer que aspira a lo más alto y quiere tener controlado todo (y a todos), incluida a sí misma. No obstante, aquello que nos deja claro, por activa y por, “The Girlfriend Experience” es que todo tiene un precio. Y en esa perversa dualidad y parábola se sintetiza una serie con tanto potencial como hueca y fría grandilocuencia y sofisticación. Usted elige porque usted, y solo usted, es el cliente.

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