Scream Queens: Cuando la sangre se convierte en chicle

Serie de TV

“Scream Queens”

EEUU

2015

Sinopsis (Página Oficial):

La Universidad de Wallace es sacudida por una ola de asesinatos relacionada con la muerte de una alumna veinte años atrás durante una fiesta en la casa de Kappa Kappa Tau, la fraternidad femenina más elitista del campus. El asesino comete sus crímenes vestido con el disfraz de la mascota de la universidad, El Diablo Rojo, y se ensaña especialmente con las chicas de KKT, que se encuentran en pleno proceso de selección de candidatas. “Scream Queens” es una nueva serie y comedia de terror de Ryan Murphy, Brad Falchuk e Ian Brennan, productores ejecutivos de “Glee” y “American Horror Story”.

Crítica Bastarda:

Bienvenidos al reino (y tienda de golosinas seriéfilas) de Brad Falchuk y Ryan Murphy —incorporando de nuevo a Ian Brennan— para dar sentido a ese trazo de carmín y sangre que abarca desde “Glee” a “American Horror Story”. “Scream Queens” llega como burla que se retroalimenta tanto del género como del homenaje más superficial a la cultura popular. Hemos quedado atrapados en esa crónica de ‘mean girls’ fashionistas adictas al postureo, de conspiraciones y venganzas tejidas con un halo malicioso y rosa, en clichés y estereotipos reciclados y vendidos como marca de diseño. La intención de esta nueva antología de terror es añadir la comedia como complemento de moda y someter al espectador a una orquestada broma macabra en los quince capítulos que compondrán su primera temporada. Vayamos a la fraternidad femenina de Kappa Kappa Tau (KKT), donde las implacables Chanels han marcado las distancias clasistas respecto a un campus universitario que va a ser asolado por un asesino en serie vestido como la mascota del lugar… si sobreviven primero a las decisiones de su gran antagonista: Cathy Munsch, la lasciva y calculadora (?) decana a la que no se les escapa nada (ni nadie) interpretada por Jamie Lee Curtis que regresa al género. Ese elitista y sanguinario (a su manera) club exclusivo va a ser forzado a tener que aceptar a cualquier chica que quiera unirse a su fraternidad… siempre que consiga subsistir tanto a las novatadas de las Chanels como a las exigencias de su implacable Reina (Emma Roberts). Grace Gardner (Skyler Samuels) irrumpe en Kappa Kappa Tau para sentirse cerca de su difunta madre y honrarla, una antigua miembro de la Hermandad que murió cuando su hija tenía apenas un par de años. Grace apenas conserva recuerdos y se ve empujada a seguir los pasos de su progenitora al comprobar el monstruo en el que se ha convertido KKT por culpa de las Chanel. ¿Blanco y en botella? O, mejor dicho y para esta ocasión, ¿chicle de diseño envasado con sabor a sangre y ramalazos ácidos de lima-limón? 

En esa universidad y cosmos, no hay nada normal, desde ese resplandeciente y letal ‘Diablo Rojo’ hasta una serie de misterios generados por un crimen veinte años atrás. ‘Waterfalls’ de TLC —y un parto sorpresa por un invisible embarazo no deseado— puede convertirse en la mayor y más asesina arma homicida del slasher. “Scream Queens” se ciñe a líneas argumentales un tanto previsibles como esa broma sobre White Mammy que acaba formulando una variación slasher de “Sé lo que hicisteis el último verano”. Kappa Kappa Tau está repleta de secretos y muchos giros locos (y absurdos), comenzando pronto a llenarse de cadáveres bajo el yugo de ese ‘diablo’ que deja constancia de la esencia y olor a azufre en esa universidad. Estamos en el infierno, divirtámonos. Plagada de ‘celebrities’ y cameos, nadie está a salvo del afilado cuchillo de Ryan Murphy y compañía para diseccionar clichés y estereotipos, para burlarse sardónicamente de fans sordas de Taylor Swift con halitosis —o de las películas de Michael Bay— y así conceptuar esa masa elástica que conforma una crítica social acerca de la lucha de clases con un discurso que abarca desde la xenofobia hasta el sexismo pasando por la homofobia. Los guionistas están dispuestos a todo para articular su parodia al subgénero y lugares comunes, rociando de ácido cualquier icónica belleza como marca de ese conjunción de brutalidad post-moderna y comedia autoconsciente con toques kitsch. “Scream Queens” no quiere llegar tan lejos como “Scary Movie” pero sí desinhibirse de las ataduras más serias de “Scream”, entrelazando una extraña comunión con “Escuela de jóvenes asesinos” en tiempos en lo que los excesos burlescos de “Cómo defender a un asesino” han estigmatizado la televisión de nuestros días. 

La sangre y el slasher se hicieron goma de mascar y, con ese chicle en la boca, la serie de FOX desea masticar compulsivamente todo tipo de referencias para inflar un globo que explote en cara de la propia audiencia. En el personaje de Ariana Grande y su muerte en el piloto del show se reflejan las pulsaciones de la juventud actual, capaces de reanimarse y regresar de la misma muerte para lanzar al mundo su último tuit. Las redes sociales y las aplicaciones de mensajería se han convertido en un potente e infalible desfibrilador, siendo ese ‘Diablo Rojo’ un recordatorio de sus pecados en la vida terrenal y un posicionamiento tanto de la maldad de los guionistas como de su ironía para retratar al género y despedazar cualquier tótem sobre el que éste pudiera sostenerse. “Scream Queens”, no obstante, es fiel a su condición. Es una golosina, está concebida como un producto de consumo que sirva como ‘guilty pleasure’ a la comunidad seriéfila, haciendo del exceso su actitud chiclosa que enrede al espectador en ese arsenal de ácida ironía exploit-revisio-fashio-nista. Mientras que el destello del cuchillo de “Scream” pretendía cegarnos como esa fugaz inmediatez de los slashers, en la serie de FOX vemos reflejado el ego de esa juventud, su divino tesoro. Muere joven, deja un bello cadáver mutilado o sobrevive para ser aún más famosa. Es cierto que puede que la jugada no sea tan redonda como les gustaría a Brad Falchuk, Ryan Murphy e Ian Brennan, siendo imposible tomarla en serio por su auto-consciente tono, pero desembocando en un ideal y distinto pasatiempo ante las sobrias miradas góticas de la actualidad televisiva. Es hora de mascar y mascar, de recrearse en esos globos de chicle ensangrentando… aunque sepamos desde el principio que ese sabor a fresa ácida se irá posiblemente tan rápido como un clon sordo de Taylor Swift.

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