“The Misinterpretation Agitation” (8x07) bien pudiera actuar como ese oasis que supuso “The Scavenger Vortex” (7x03) en la séptima temporada de “Big Bang”. Hagamos un pequeño recordatorio en esa anterior terna de episodios flojos y/o mediocres y el recuerdo de los fans sobre capítulos como “The Romance Resonance” (7x06), “The Thanksgiving Decoupling” (7x09) o “The Locomotive Manipulation” (7x15). Fueron episodios bastante irregulares pero con añadidos importantes en el noviazgo de Sheldon Cooper y Amy Farrah Fowler pasando, irremediablemente, al imaginario de esas bragas mojadas de sus seguidores. “The Prom Equivalency”, octavo capítulo de la octava temporada de “The Big Bang Theory”, se antoja como fundamental en esa estirada relación —por necesidades del guión— entre Amy y Sheldon. El Dr. Cooper confesará su amor en ese «Yo también te quiero» que dejará a Miss Farrah Fowler al borde de la taquicardia y el ataque de pánico. El sexo y desvirgamiento, al parecer, para final de temporada… o la que viene… o la siguiente. No importa, esto es TBBT. Es hora de repasar “The Prom Equivalency” desde el punto más imparcial y objetivo, recuerden.
El capítulo desvela que la sitcom de CBS ha quedado como un catálogo de instantáneas, condenada a esas fotos que despierten la simpatía de la audiencia sobre personajes que ya forman parte de la familia seriéfila… aunque el panorama esté ahora mismo al nivel de los desenlaces de “True Blood” y “Dexter”. El problema es que “The Big Bang Theory” tiene todavía toda la presente entrega y dos temporadas en plena caída cuesta abajo y sin frenos, en plena mediocridad creativa —salvo excepciones o ráfagas de talento y chistes acertados esporádicos— que debería formalizar un estudio sociológico sobre esa audiencia que ríe las gracias sin gracia al son de las risas enlatadas. El juego de parejitas es el material sobre el que se recrea “The Prom Equivalency” y los guionistas van a insistir en esa línea argumental de interés sobre la sustitución de Howard por Stuart que ha necesitado Debbie Wolowitz para paliar el síndrome del nido vacío. El quiero y no puedo sumada a la brutal envidia de esa relación incestuosa amparada en el amor y odio, llega a un nuevo capítulo al salir Stuart con Jeanie (Kara Luiz), esa prima (segunda) con la que se acostó Howard en su adolescencia. La tragedia en esa limusina que les lleva a la azotea del piso de Sheldon, Leonard y Penny está asegurada…
Descubrir que el gibón es el único miembro de la familia de los simios que no está clasificado como un gran simio nos importa tanto como al propio gibón. La introducción marca el paso a las aventuras y planes de las chicas, que es realmente lo importante ya aquí. Penny tiene trabajo y nuevos trajes, dejando en el salón ropa doblada para sorpresa de Amy y Bernadette. Sorpresa por estar doblada, claro. El camino hacia la madurez de Penny, después de siete temporadas siendo camarera en busca de su sueño como actriz, empieza a consolidarse. Su relación con Leonard también es estable y ambos forman ya una perfecta pareja que no necesita de música para bailar. Han conectado, por fin… y al otro lado de la pantalla se mojan bragas y se suspira al soliloquio de «Oooooooooooohhhh». En resumen, ÉSE es el nivel actual de “The Big Bang Theory”. El apunte sobre el vestido de Penny deja paso a las otras fantasías de esas nerds que nunca disfrutaron del baile de graduación. El grupo va a volver a tener una nueva ‘Prom Night’ y segunda oportunidad para superar sus viejos traumas en esa azotea perfecta para bodas, bautizos y comuniones. “The Prom Equivalency” es ante todo un episodio mediocre, sin gracia ni en los chistes referenciales a “Carrie”, “Nunca me han besado” o “Pesadilla antes de navidad”, ni en los diálogos macabros de Emily Sweeney o el violento encuentro de Howard con su prima segunda con la que tuvo relaciones sexuales. El capítulo, en realidad, se resume en la frase de Sheldon tras un ataque de pánico y refugio en su habitación: «Yo también te quiero». Repitan conmigo: «Oooooooooooohhhh».
El Dr. Cooper conocía los rituales del baile de promoción y que mucha gente pierde la virginidad en la noche del baile. Sheldon todavía no está preparado para dar ese paso pero reconoce sus sentimientos ante su novia. ¿Vomitamos ya? No, queda lo mejor: esas instantáneas perfectas para Pinterest o Instagram que definen el actual estado de ‘Big Bang’ en esa pose superficial de photocall y parejitas. Olvídense de que Debbie Wolowitz tenga a Stuart como su perrito/amante/hijo faldero y que con una llamada de celos provoque que abandone a su cita en plena sesión de fotos. Olvídense de que Howard siga sin superar sus traumas pasados y sustitución presente. Olvídense de que ahora mismo Penny, Leonard, Raj y Emily son meros complementos de diseño. Olvídense de “The Big Bang Theory”… porque lo importante es que Amy quiere a Sheldon y Sheldon quiere a Amy. Hubiéramos preferido un parásito cerebral, la verdad. «Oooooooooooohhhh».
Voy a repasar mentalmente más cosas que me han podido gustar:
Mmmmmmmmmmm
MmmmmmmmmmmMmmmmmmmmmm
Mmmmmmmmmmm
MmmmmmmmmmmMmmmmmmmmmm
Mmmmmmmmmmm
Mmmmmmmmmmm
[...]
Mmmmmmmmmmm
Mmmmmmmmmmm
Mmmmmmmmmmm
NO, nada más.
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