La renovación de “Homeland” por una cuarta temporada por parte de Showtime
bien pudiera ser una crónica previamente anunciada para llamar la atención por encima de numerosas dudas planteadas actualmente por una de las ficciones estrella de la televisión. La serie ha perdido
espectadores, las críticas ya no son tan excelentes como antaño, muchos ya no
soportan personajes como Dana Brody y, para colmo, el cetro de poder alcanzado
con su primera entrega en los Emmys se vio perdido por la primera
parte del cierre de “Breaking Bad”
dando una previsible continuidad para el próximo año. ¿Todo está perdido? ¿Para
darse al yoga? No es que los ataques puedan mermar el potencial de una serie
que quiere mutar y crecer en su tercera temporada. “Tin Man Is Down” (3x01) mostró
posibilidades y también debilidades… que se vieron incrementadas por “Uh... Oh... Ah...” (3x02) y “Tower of David” (3x03). “Game On” (3x04) cambió las reglas del
juego pero no tan brutalmente como el arranque de su segunda y premiada
temporada. Las armas son menores y, por lo tanto, el tablero es más cerrado
salvo para cometer incoherencias o giros y “Homeland”
va a apostar por la relación de Carrie y Quinn mientras que Saul debe hacer
frente al poder de la CIA y se nos plantea el futuro reencuentro de la agente
bipolar y su amado terrorista y agente doble. El juego está servido y “The Yoga
Play”, quinto capítulo de la tercera temporada de la serie de Showtime,
debería posicionarse completamente. Es momento de repasarlo.
Un hombre de ascendencia de Medio
Oriente interpretado por Shaun Toub
cruza la frontera de EEUU en Vermont. Lleva el cartel de villano y su
presentación nos hace plantearnos si será o no Majid Javadi. ¿El relevo de Abu
Nazir a la vista? Es nuevo escenario de “Homeland”
pasa por relegar a Al-Qaeda a un segundo plano ante la inminente amenaza de
Irán, responsable del atentado en el que se incriminó a Nicholas Brody, sin
demasiado protagonismo de momento después de su afinamiento en la ‘Torre de
David’ todo sea dicho. La cuestión es saber cómo Majid Javadi (y asociados) contactará con Carrie
Mathison después de saber que todo era una estratagema para que los nuevos villanos
cayeran en la trama de la rubia adicta al jazz y al buen vino. Saul pondrá a
Quinn al día para que ejerza como ángel de la guarda de la agente de la CIA
que puede cambiar las reglas del juego en el nuevo escenario terrorista
internacional, mientras comprobaremos que deja de tomar su medicación. Saul
también tendrá protagonismo en “The Yoga
Play” al tener que ir a un compromiso burocrático a un coto de caza donde
supuestamente se oficiará su consideración para ser Director de la CIA. Lejos
de la realidad, realmente es el senador Andrew Lockhart aquel que se postula
para su puesto y robarle sus patos en plena cacería. Michael Higgins, el jefe
de personal de la Casa Blanca, confirmará la nominación y que los días de Saul
están contados. Lockhart es un político chupatintas y quiere cambiar la CIA implicando
su mecanización gracias a la tecnología y haciendo a la agencia menos
dependiente del trabajo humano. Este tipo quiere hacer un ERE fijo... Saul hará su personal brindis y declaración de
intenciones con un tipo que tendrá que lidiar (y depender) de ese personal al
que lleva toda su carrera criticando. Saul abandonará el recinto antes de la
cena y sabe que la misión de Carrie bien pudiera estar en peligro si se excede
del poco tiempo que queda (un par de semanas) antes de que Lockhart ocupe su
despacho y él tenga que salir por la puerta de atrás.
Lo sentimos, toca hablar de Dana. Sí,
un horror… aunque esta vez su trama tiene excusa porque Jessica se personará en
casa de Carrie para hablarla de la desaparición de Leo y su hija y de los peligros
que bien pudiera tener chico… Jessica está desesperada y Carrie es su último
recurso. Además, la tipa tenía razón: su marido era un hijo de fruta talibán de la muerte. La rubia tratará de contactar con su teléfono ‘libre’ con el agente
del FBI Hall, que está al tanto del asunto de la desaparición de Dana y corta
de malos modos la conversación. Carrie tendrá que verle cara a cara pero está
siendo tanto escuchada como seguida por los hombres de la firma Bennett, Parr y
Hamilton al servicio de Majid Javadi. Carrie tendrá que evadir la vigilancia y
contará con la ayuda de Max, las clases de yoga, una doble que está más buena que la original (seguro que es la doble de culo de la actriz), la colaboración por sorpresa
de Virgil y la milagrosa intervención de su nuevo fanboy en la
figura de Peter Quinn. La cuota de tensión y sudor por el yoga está garantizada
con la llegada a tiempo de Carrie a su clase después de haber increpado a Hall en
el aparcamiento de la cafetería habitual del agente del FBI. Ya sea por intervención
de Carrie o simplemente potra profesional de la agente de la CIA, Dana
escuchará en una gasolinera el anuncio de desaparición de la pareja de
apasionados y jóvenes suicidas pero también la historia oculta de Leo y la
muerte de su hermano. Dana increpará a Leo por sus mentiras y mientras el 98%
espectadores deseaba que:
a) La gasolinera explotara.
b) Leo en un arrebato psicópata la
estrangule o la rompa el cuello.
c) Un coche se empotre contra ellos no
dejando supervivientes.
d) Un camión repleto de ácido vuelque y
el contenido caiga sobre ellos no dejando nada de la versión tróspida de Romeo y
Julieta.
e) Una furgoneta atropellara brutalmente
a Dana haciendo que explotase cual caminante de “The Walking Dead”.
f) La policía abriese fuego emulando la
muerte de Justin Bieber en “CSI”.
Al final, fue la g) de gódete hater de mielda. O sea, la chica se entrega a la
policía y vuelve a casa a llorar y a que la audiencia repita aquello que ella
no pudo completar: ¡SUICIDARSE! Dana no soporta que la mientan y nosotros
tampoco queremos mentirte y te seremos 100% sinceros: ¡TE ODIAMOS A MUERTE Y NO
TE QUEREMOS VER YA NI MUERTA! ¡LO TUYO NO LO SALVA NADIE! ¡NI EL MEJOR GUIONISTA DE TODOS LOS TIEMPOS! Bueno, pero muérete eso sí. Sin acritud Dana, que
es una serie de ficción y una simple y nada maliciosa opinión mayoritaria.
Con la intervención carriemathisoniana en la trama de Dana,
la vigilancia es retirada y Saul y Queen se preocupan. Carrie se acostará ante
la atente mirada en la distancia de Queen y tres hombres irrumpirán en su casa
para desnudarla, comprobar dispositivos de rastreos y ser llevada a presencia
de Javidi ante los rastros que encuentra Quinn (apostamos a que se quedará con
alguna prenda interior de Carrie cual fetichista y fanboy de la rubia
aprovechando el momento) y la sonrisa de Saul de haber completado su misión.
Saul, al menos, consigue alegrarse de que su chica (siempre por libre) haya conseguido el objetivo y nada haya fallado… No como su carrera o su matrimonio, claro.
Pobre Saul, no gana para disgustos… Que le den el Emmy o un Globo de Oro para
resarcirse. ¡Eso sí que es sufrimiento, no tus cuatro traumas de mielda Dana Brody! Carrie es llevada con
un calcetín de un gigante en la cabeza a la casa de Javidi que hemos visto
previamente para encontrarse con él en una habitación pequeña. Javidi es
también un tanto guasón en su presentación: «Carrie Mathison… Está en buena
forma. Debe ser el yoga». No sabemos si el comentario tiene carácter libidinoso
o Javidi va a solicitar que la desnuden para hacer un nuevo control ocular para
ver si lleva más micrófonos ocultos. Carrie está, al parecer, esposada y no puede
lanzarse al cuello del hombre por el que no pudo dejar la CIA y vivir forever-and-ever-happy-together con
Brody. Aquí está el gran fallo de esta temporada “Homeland”: si Carrie desea que Javidi muera en ese preciso momento
tan sólo tiene que ponerle al día sobre Dana Brody para que coja una pistola y
se pegue un tiro. El resto tendremos que sufrir o esperar o esperar o sufrir al próximo capítulo.
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