Mom: ¿Una sitcom biológica o de alquiler?

Serie de TV

“Mom”

EEUU

2013

Sinopsis (Página Oficial):

Del creador-de-hits-televisivos llega la nueva y gran comedia de Chuck Lorre, una irreverente y escandalosa manera de asumir el verdadero amor y disfuncionalidad. La recientemente sobria y madre soltera Christy lucha para criar a dos hijos en un mundo lleno de tentaciones y peligros. 

Prueba de la sobriedad es su madre de que se había distanciado hace tiempo, ahora de nuevo en la vida de Christy y con ganas de compartir puntos de vista pasivo-agresivos en los muchos errores de su hija.

Crítica Bastarda:

Con el piloto de la nueva comedia de Chuck Lorre emitido y unos datos para nada espectaculares aunque sí correctos, nos queda saber si estamos ante una sitcom de maternidad biológica o simplemente de alquiler. Al igual que el fenómeno “The Big Bang Theory” fue gestándose temporada a temporada en la comedia que protagonizan Anna Faris y Courtney Henggeler nos queda saber si habita algo dentro de ese feto cómico en germinación que sorprenda al mundo una vez haya dado a luz al completo o, por el contrario, estamos ante un simple encargo comprado a golpe de talonario con fecha de caducidad. Decide la audiencia y el potencial del piloto lo delimitan un compendio de chistes groseros, políticamente incorrectos y sentimentalidad etílica a golpe de garrafón. No sé si la fábrica de bebés de la sitcom clásica de estudio aquí quiere seguir el legado de una versión femenina y maternal de “Dos hombres y medio” o seguir la pista de “Dos chicas sin blanca”. Decidirá el número de graduación alcohólica en forma de telespectadores por encima de la calidad…

Y es que, pese a estar unos peldaños por encima de los últimos estrenos cómicos de CBS del tipo “Partners”, “Mom” se ciñe al manual de las relaciones familiares disfuncionales, adicciones pasadas, diferencias (i)reconciliables y cientos de payasadas que den forma al nuevo invento. Que todo está encaminado a una exhibición de Faris y Henggeler es tan evidente como su mal gusto por hablar de sexo y drogas delante de menores de edad. Cocaína, marihuana, metanfetamina y, por supuesto, alcohol están en un menú que utiliza un restaurante como punto de encuentro laboral. Nos interesa más el componente metaficcional que propone la presencia de Matt Jones (Badger en “Breaking Bad”) haciendo su reconocible papel y el diálogo que pudiera establecer “Mom” con la recientemente estrenada “Dads”. Poco más que añadir en una serie que no admite lecturas intermedias: o te seduce su estilo e intérpretes o te parece una auténtica aberración. ¿Como la lucha interna de todo adicto tambaleándose por no volver otra vez a caer? ¿Es Chuck Lorre la nueva droga de la plebe y su perdición?

Pasemos página si buscamos realismo porque todo es evidentemente artificial en esa reescritura en clave de humor de trazo grueso de “Las chicas Gilmore” o “Roseanne” denotando que detrás se encuentra la perspectiva de un hombre. ¿Es más divertida que “The Big Bang Theory”? No. ¿Más que “Dos hombres y medio”? Posiblemente en el mismo frente cómico aunque que Charlie Sheen y Anna Faris hayan trabajado juntos en la saga de Scary Movie no significa que puedan hacer frente a los mismos chistes de sexo casual, alcohólicos y drogadictos. ¿Es algo que está en la sangre? Con el núcleo familiar presentado y destrozado más por un traumático pasado que por su disfuncionalidad, la serie prefiere posicionarse en el regreso de esa madre que quiere que su hija no repita sus mismos errores y que la deje de odiar, mientras que esa hija que ahora es madre de una hija que la odia---  no quiere que repita sus mismos errores. ¿Lío? ¡Ninguno! El trabalenguas es más simple de lo que parece y la inmadurez del conjunto puede ser tanto su sello como de su completa perdición e identificación en una audiencia de CBS… ¿potencialmente machista? Puede que ése sea el secreto si “Mom” fracasa y “Dos chicas sin blanca” se mantiene en su parrilla. No sé si el adulterio o las equivocaciones fálicas seguirán al orden del día y si el público aplaudirá las mismas por someterse bajo la palabra de un elenco muy reconocible. No obstante, parece que la referencia no irá más allá del ‘sexo oral’ y, como dice el dicho, por la boca muere el pez.