“Sharknado”
Director: Anthony
C. Ferrante
EEUU
2013
Sinopsis (Página
Oficial):
Cuando un
monstruo huracán pantanos de Los Ángeles, miles de tiburones aterrorizan a la
población inundada y mortífero asesino reglas mar de la naturaleza, la tierra y
el aire.
De acuerdo, “Sharknado” es todo un BODRIO fecundado
por obra y (des)gracia de The Asylum y defecado en el canal SyFy.
Superada la anterior e irrefutable verdad llega la otra incuestionable realidad:
nos encontramos ante la «película acontecimiento» de 2013 que ha engendrado
todo tipo de comentarios en redes sociales y que debería haber quedado
rebautizada como “Tiburón 33 1/3. El
insulto (ventoso) final”. Si pensábamos que “Fast & Furious 6 (A todo gas 6)” iba a ser la película más «WTF»
del año, en “Sharknado” sus momentos
más ‘inspirados’ dejan en un juego de guardería la mayor de las flipadas y fantasmadas
ideadas por Justin Lin… ¡en toda su
carrera! Anthony C. Ferrante ha
confeccionado la cinta más estúpida, gloriosa y genial para dejar congeladas
nuestras neuronas en menos de hora y media. ¡Gracias Anthony! ¡G-R-A-C-I-A-S!
La ecuación
del desastre y la ensaladilla —entre el género de catástrofes y los tiburones
de los avernos de la productora de “El
ataque del tiburón de dos cabezas” y “Megatiburón
contra crocosaurio”— ha alcanzado una de las cúspides del pensamiento
científico-cinematográfico. Basada en eventos naturales reales del tipo «si
cagas en una playa y por allí pasa un tornado, tu mojón puede acabar en los cristales exteriores del rascacielos más alto del mundo» su argumento viene (re)cargado de lógica: es
una realidad que los tornados son capaces de succionar miles de tiburones y
traerlos de las costas al interior junto a un huracán para llenar nuestras
calles de sus afilados e insaciables colmillos. ¡Es una realidad y punto! Yo siempre bajo a la calle con
una motosierra si veo que el día está nublado y les recomiendo que hagan lo
mismo. Después llega una lectura oculta que deviene en un drama social dentro “Sharknado”: los tiburones no son más
que inmigrantes sin papeles que viven duramente en el interior de un tornado y
necesitan alimentarse para poder sobrevivir. ¡No sean tan duros con ellos!
¡Usted hubiera hecho lo mismo si hubiera acabado atrapado en un ventoso torbellino privado durante días de alimentos!
Uno de los comentarios
más frecuentes desde el estreno de la ignominiosa obra ha sido que el padre de
Clark Kent en “Man of Steel” tendría
que haber sido absorbido por un Sharknado
en vez de un tornado tradicional para ver aquello que hubiera hecho el supuesto
hombre de acero. No obstante, el guionista de “American Battleship”, seguramente bajo los efectos de la cocaína
durante la escritura en una noche del libreto, no necesita superhéroes creando unos personajes geniales,
inolvidables y carismáticos —borrachos aferrados a la silla del bar, camareras que superan sus traumas a golpe de escopeta, seres uni-neuronales
con los huesos más inquebrantables de la serie B o los divorcios más
traumáticos con hijos tróspidos secretos arrojados a medida que avanza la desopilante trama—. Con Ian Ziering
y Tara Reid presidiendo el reparto, Los Ángeles son amenazados por tornados y
tiburones sedientos de sangre mientras que al otro de la pantalla el espectador
no puede evitar revolverse por los suelos de su morada cual escualo expulsado
de un tornado.
Todo podría
quedar resumido en el gran letrero de HOLLYWOOD arrasado por ese ciclón llamado
The
Asylum y aplastando a un señor que parece un clon de Santiago Segura. El mockbuster quiere dominar la meca de los
sueños y no importa el raccord ni el risible chroma key o los peores defectos
especiales de la historia de la Serie Z. Aquí lo fundamental es escupir un continuado
canto a la estupidez entre todos los clichés y bikinis posibles. Sirviéndose de
la reunión y cohesión familiar spielbergiana
ante una amenaza venida del cielo como en “La
guerra de los mundos”, Ferrante
y Thunder Levin han firmado una mastodóntica
locura con lógicas lagunas de guión: ¡la película no tiene fallos, algunas
partes explicativas fueron comidas por los tiburones! Su desenlace brutal, lírico y
completamente prodigioso es el insulto y espejo que necesitaba el mainstream para someterse a las nuevas
reglas del firmamento de esos ávidos escualos digitales cada vez más reales
llamados The Asylum.
Esperemos
que “Sharknado” sea una simple aleta
que emerge del mar catódico para salir definitivamente en su imparable e
inminente secuela. ¿Tiburones vampiros? ¿Escualos zombis? ¿Tiburones con superpóderes
después de alcanzar la estratosfera y comerse a Felix Baumgartner? ¿Sharkaggedon
con bestias marinas del espacio exterior cayendo en meteoritos? Bienvenidos al mundo
del mockbuster-motherfucker donde todo es posible. Bienvenidos a “Sharknado”, la mejor peor-película de
la presente década e incuestionable clásico del cine cutre.
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