“The Family Tools”
EEUU
2013
Sinopsis (Página
Oficial):
Jack Shea (Kyle Bornheimer) nunca ha tenido mucha
suerte cuando se trata de su trayectoria. En la academia de policía, se disparó
accidentalmente… En el ejército, le disparó accidentalmente a alguien más… y en
la escuela del seminario tampoco marchó muy bien cuando empezó a sugerir peleas
de puños basadas en la Biblia.
Jack se verá obligado a poner sus sueños, en constante evolución, en punto muerto cuando su padre, Tony (J.K. Simmons), sufre un infarto y se ve obligado a retirarse de su negocio de manitas en su ciudad natal. Ahora, armado con grandes sueños, herramientas eléctricas y un asistente holgazán llamado Darren (Edi Gathegi), Jack se convierte en el nuevo señor Jiffy-Fix.
Pero todo no va a ser tan fácil: Jack tiene una tendencia a morder más de lo que puede masticar y su padre siempre está supervisándole sin ayudarle... Jack únicamente puede relajarse con un poco de ayuda de su familia, incluyendo a su contundente y abierta tía Terry (Leah Remini), su primo adolescente Mason (Johnny Pemberton) y la hermana pícara de Darren, Stitch (Danielle Nicolet). Todos juntos podrán hacer que su padre finalmente pueda sentirse orgulloso de Jack.
Las últimas
sitcoms de la ABC podrían hacer
plantear a sus responsables cierta reorganización de planteamientos y futuros
objetivos. De acuerdo, tienen “Modern
Family” como estandarte de la sitcom a nivel de calidad/premios/público
desde 2009… pero, ¿qué más ha ofrecido al mundo del humor catódico desde
entonces? ¿“Suburgatory”, “Don't Trust the B---- in Apartment 23” o “Happy Endings”? “Malibu Country”, “How to Live with your Parents (for the Rest of your Life)”, “Vaya vecinos”, “Uno para todas”… muestran
los argumentos de la actual sitcom, como variaciones de la misma historia de
siempre. Ya en “Retired at 35”
(2011) nos planteaban la vida de treintañeros con sus padres jubilados. La
reciente sitcom que protagoniza Sarah Chalke plantea regresos similares y “The
Family Tools” no es una excepción: el legado y catarsis familiar como motor
de situaciones cómicas, por parte de un hijo que tiene que heredar el negocio
de un padre que nunca le ha apoyado y sentido orgulloso de nada de lo que ha
hecho en la vida. Volvemos a tener una sitcom familiar en la que los personajes
deben encontrarse consigo mismos… por vigesimoquinta vez en la misma cadena en
los últimos años. ¿Por qué la ABC no aplica el argumento de sus
series cómicas a sus ejecutivos creativos antes de que la comedia se torne a
auténtico drama?
Más allá de una simbiosis de Repara-Félix Jr. de “¡Rompe Ralph!” a la comedia familiar, la nueva serie de la ABC y sus discretos datos inaugurales vuelven a lanzar la enésima indirecta a la cadena: ¿realmente saben aquello que quiere la audiencia? Si no ha funcionado “Ben y Kate”, entre otros innumerables ejemplos recientes, ¿por qué iba a funcionar “The Family Tools” si no tiene ninguna herramienta nueva que ofrecer? El tono continuista y la línea creativa recta impuesta por las nuevas series nos remite directamente a la técnica de Amazon: ofrecer una serie de pilotos y que sus usuarios elijan aquellas series que florezcan. En la variedad, efectivamente, está el gusto… aunque me temo que Kyle Bornheimer no gana para disgustos.
La
originalidad aquí está en punto muerto desde su concepción. Se trata de una
adaptación de una comedia de situación británica y el cúmulo de lugares comunes
es tan contraproducente como pestilente: ni divierte ni inspira (ni aspira) a
ningún futuro televisivo y, por supuesto, tampoco agrada por mucha sonrisa y
buena intención. Un arsenal de herramientas y unos personajes tan
estereotipados que acaban siendo invisibles son una de las peores cartas de
presentación que recuerdo. La inanición de novedad se paga normalmente con afilados
clavos ardiendo a los pies de la propia audiencia… y en la televisión actual ya
sabemos aquel que salta por el precipicio catódico no es telespectador sino la
propia ficción.
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