Páginas Bastardas

sábado, 4 de noviembre de 2017

5 monstruosas razones para odiar la segunda temporada de "Stranger Things"


[CONTIENE DOLOROSOS SPOILERS] Tras una review de la temporada devorada por Leticia Sabater y un repaso a cada uno de los nueve episodios, es hora de llevar a “Stranger Things” al mundo del revés. ¿Ha pensado alguna vez qué opinan los ‘haters’ de la serie de Netflix? ¿Y por qué tenemos que aceptar el soniquete popular de que «la segunda entrega ha sido mejor que la primera»? Viajemos, por lo tanto, al territorio del odio y el desprecio como experimento para comprobar por qué amamos la propuesta creada por los hermanos Duffer. La razón es que no todo han sido aplausos en el universo. ¿Podría hacer el ejercicio de enfrentarse a sus demonios y observar toda la animadversión que ha despertado la exitosa y alabada propuesta por público y crítica? No todo es de color de rosas y existen personas que han considerado esta segunda temporada de “Stranger Things” como una completa pérdida de tiempo y una basura total. ¿De verdad que está dispuesto a descender a los infiernos de “Random Things” y las cloacas del rencor indiscriminado? Incluso en el ‘mondo condena’ hay límites. Dudo que incluso los ‘haters’ puedan meterse con la carcasa que ha impuesto el espectáculo de Netflix. De hecho, consta encontrar una crítica negativa respecto a sus implícitas referencias y adornos pop de los 80. El problema más bien podría ser cómo se ha afrontado la forma desde el fondo de la cuestión e incluso Entertainment Weekly ha sido el único medio norteamericano en cuestionar la entrega. Darren Franich sintetiza el fracaso y sensación de «usar y tirar» en el emparejamiento que realiza la hermana de Lucas con He-Man y Barbie: la célebre mezcla no deja de remarcar el consumismo implícito en esos iconos y que el guiño a su comunión no renuncia a camuflar ese tono de nostalgia (sobre todo con el protagonista de “Masters del universo”). Tal y como remarca Daniel Krauze en su reseña para El Financiero, podríamos pensar, por lo tanto, en estos capítulos como si fueran “Aliens: El regreso” de James Cameron: aquellos a los que no convenció del todo la obra maestra de Ridley Scott se sintieron atraídos por la falta de sofisticación, la acción y ruido de la secuela. Pero, sin embargo, ambas críticas no han sido en absoluto destructivas ni completamente negativas. El terror está ahí fuera, en internet. ¡Ése sí que es el mundo del revés! No perdamos más el tiempo y pongámonos en el lado ‘hater’ de esa otra monstruosa dimensión paralela. He aquí cinco monstruosas razones para detestar (la segunda temporada) de “Stranger Things”:

1.- “Stranger Things” siempre fue una mala serie sobrevalorada por un hype irracional. 

Por favor, no más nostalgia de liquidación a la carta. ¡Por favor! Esta serie es un relato barato de Stephen King hecho serie. Bajo el alegato de la etiqueta «homenaje» muchos se creen que vale todo y justifican este engendro con trucos de feria facilones. Bien, ni “Stranger Things” es original y simplemente su éxito se basa en saber explotar piezas contemporáneas y anacrónicas bajo ese tufo de refrito y tributo con ánimo de lucro. Los hermanos Duffer simplemente se han limitado a plagiar toda clase de relatos y novelas de King de la manera más superficial y monótona posible bajo una revisión insultante de E.T., el extraterrestre con “Verano azul”. Que ninguna cadena quisiera comprar esa serie durante años es normal. ¡Es muy mala y no hubiera sobrevivido en una cadena generalista emitiéndose semana a semana! Pero, ahora, lo malo triunfa y el mérito de la propuesta fue llegar en el momento indicado: a la gente se le acabaron sus argumentos para criticar las consideraciones a los 80 tras Super 8 de J.J. Abrams. La dura realidad es que todos esos «guiños» y «homenajes» son una simple coartada para enmascarar la falta de talento y la historia histeria de Winona Ryder. ¿Por qué exagera tanto su papel? ¿Qué le ha hecho el mundo para sobreactuar tanto y tan mal? Lo voy a decir alto y claro: este espectáculo es solamente un montón de basura. ¡Lo dice internet y el mundo se fía de todo lo que se dice en internet! Ah, ¿qué dicen que también es buena? Pues hay gente que dice que es horrible. ¿A quién creemos entonces? ¡Pues a las víctimas y las minorías! O sea, “Stranger Things” es un BODRIO. Me lo creo, lo compro.


2.- La segunda temporada es aburrida, con escasas ideas y poco interesante.

Si analizamos los temas de los que trata la segunda temporada de “Stranger Things” comprobaremos que la originalidad brilla por su ausencia. ¿Cómo podría serlo en una serie basada en clichés y copias baratas a la carta sin sentido del ridículo? Segundas partes nunca fueron mejores y esta entrega no ha sido una excepción. Para empezar, tenemos los mismos personajes y escenarios y todo ello con menos ritmo y pasión. Aquí apenas existe humor y el espectáculo ha puesto el piloto automático para una audiencia autocomplaciente. El eje central argumental es bastante flojo e insulso. Lo sabemos porque el Azotamentes no ha dado el juego suficiente ni sostenido la temporada con la posesión de Will. Si estos nueve episodios han podido mantener el tipo ha sido por unas historias secundarias de relleno con momentos completamente risibles y absurdos. ¿Es que alguien se cree todo lo que sucede con personajes como ese periodista friki o ese hermanastro sacado de “Pasión de gavilanes”? Mucho juego de luces y maquillaje para Once pero poco guion con el que salpicar las tramas. ¿Es que la ineficacia de los escritores se resuelve con cliffhangers para paliar las deficiencias de protagonistas planos? En la primera temporada todo giraba alrededor de un gran misterio pero en esta segunda parte no hay suspense en absoluto. ¿Y la evolución de los personajes? Steve es un idiota integral y el resto de la pandilla actúa de manera suicida constantemente. Dustin, por ejemplo, adopta a una cría de ‘xenoformo’ como si fuera un perro de “Resident Evil” que pudiera amaestrar. Lucas le va a la zaga enamorándose de una niña cuya familia pertenece al Ku Klux Klan. ¿Están todos tontos o qué? Pues sí, incluido esos escritores que tan de un modo simplista desean alargar la sombra del éxito con una sombra asesina-monstruosa-de-la-muerte. En esta desastrosa ocasión, solamente tenemos algunas tramas hilvanadas sin mucha inspiración con algunos golpes de efecto para enamorar a las masas adictas a los trucos de feria y los homenajes ochenteros. Y no hay más. No, no hay más.


3.- Los nuevos personajes secundarios apestan (salvo si son carne para demoperro). 

Dudo que exista una sola persona en el mundo que sea capaz de defender los nuevos personajes secundarios de la segunda temporada de “Stranger Things”… salvo como carne para demoperro. ¿Bob? ¡Demasiado pánfilo! ¡A la cazuela! ¡ÑAM, ÑAM, ÑAM! ¿Max? ¿Pero qué ha hecho esa niña salvo provocar un ataque de nervios a la pobre Once y marcar el récord en el ‘Dig Dug’? ¡A la cazuela! ¡ÑAM, ÑAM, ÑAM! Ay, no… que está blindada por ser la «novia» de Lucas. ¡Otra horrible etiqueta a la colección! ¿Billy? ¡Por favor, este tiparraco a la cazuela directamente! ¡ÑAM, ÑAM, ÑAM! El único que hace algo válido y útil es Dr. Owens y para dar un certificado de nacimiento de pega valía cualquiera que pasara por allí. Lo dicho: ¡A la cazuela! ¡ÑAM, ÑAM, ÑAM! Y el resto de secundarios-secundarios ya saben su destino: ¡A la cazuela! ¡ÑAM, ÑAM, ÑAM!


4.- Tiene el peor capítulo de la serie (con datos objetivos en la mano). 

No pienso perder el tiempo en este irrebatible punto. Todo lo que afirmo es un hecho. ¡Lo dice la ficha de Imdb! ¡La peor nota de la historia de “Stranger Things”! ¿¡Cómo alguien en su sano juicio puede justificar todo eso!? Yo sí lo justifico: un claro intento de meter por lo bajini a los fans el germen de un spin-off de la serie de Netflix. Tiempo al tiempo… ¿Colará después de todas esas furibundas críticas recibidas? Un momento, ¿no es absurdo afirmar que la segunda temporada ha sido mejor que primera si tiene el peor episodio de la serie hasta el momento? Por favor, un poco de coherencia. Gracias. 


5.- Argumentalmente es una tontada preadolescente.

Esta temporada ha sido imposible de ver. ¡Es normal que mucha gente apagara su televisión al tercer episodio! Pensemos en que todo se resume en un grupo de (pre)adolescentes pajilleros que se quieren echar novia y sufren un infierno durante nueve episodios para conseguirlo. Los perros fálicos devoradores y los anos escupidores de gas no son opcionales. Vimos que Max simplemente fue el material masturbatorio de Dustin y Lucas. Presenciamos cómo los escritores maltrataron a la audiencia convirtiendo la relación de Once y Mike en una versión cutre deEl diario de Noacon algo de ciencia ficción y X-Men: primera generaciónpor medio. Y luego están las tensiones sexuales por aquí y por allá que sabemos dónde y cómo van a acabar. ¡En el pecado! ¡PECADO! ¡Y por supuesto no falta un baile de instituto americano para que se refrieguen los sexos impúdicamente! ¡Ave María purísima! ¡Qué bochorno! ¡Qué vergüenza! Me tengo que aferrar a mi rosario y rezar fuertemente por todos los pecados y pensamientos impuros que se realizaron en esta temporada de “Stranger Things”. Luego vienen los embarazos precoces y nos extrañamos… ¡Menos quejarse y menos poner a los niños esta serie que aleja a los menores del camino del Señor! ¡Esta pandilla tiene un demonio en sus pantalones! ¡Salve a sus hijos! 

¡No les ponga “Stranger Things”! ¡NO LO HAGA!

¡PECADO!

SHAME! SHAME! SHAME! SHAME! 


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4 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Me metí en un agujero y un ano venido de otra dimensión se tiró un pedo en mi cara. Son los efectos secundarios de los gases del hijoputa del demoano. Gracias por la preocupación. ^_^

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  2. plagio: pero de los buenos.
    Ideas pobres: sí, es lo mismo que la primera.
    Personajes secundarios: por debajo de lo esperado.
    Tiene el peor capítulo: sí y qué?
    Argumento pre-adolescente: sí, desde la primera temporada fue así.

    Aquí el truco está en traer los ochenta, generar suspenso en cada capítulo y por supuesto Winona.

    Es de las mejores series que he visto.

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