Páginas Bastardas

martes, 5 de abril de 2016

El infiltrado: The Night Manager

Miniserie de TV
“El infiltrado”
Reino Unido / EEUU
2016

Sinopsis (Página Oficial):

Hugh Laurie (“House”) y Tom Hiddleston (Los Vengadores, Thor) protagonizan “El Infiltrado, un apasionante thriller de espionaje basado en la novela homónima de John le Carré. La serie muestra las peripecias de Jonathan Pine (Hiddleston), quien tras incorporarse al servicio de inteligencia británico, deberá infiltrarse en el círculo de confianza del peligroso traficante de armas Richard Onslow Roper (Laurie). Dirigida por Susanne Bier, ganadora de un Oscar a la Mejor película de habla no inglesa (“En un mundo mejor”) y producida por AMC, BBC One y The Ink Factory, la serie cuenta con un reparto excepcional, con actores como Olivia Colman (Broadchurch), Tom Hollander (“Piratas del Caribe”) y Elizabeth Debicki (“El gran Gatsby”).

Crítica Bastarda:
Pretendo infiltrarle en su operación. Le daré una historia que nadie podrá desmontar. Estará tan metido que temerá no poder volver a salir. Le exprimiremos al máximo y no pasará una hora sin que tema por su vida pero cazará a ese hombre… Le cazará por Sophie Alekan, le cazará por su país y le cazará por el dueño de ese libro. 

Usa talla 47 y está dispuesto a dejarte sin bragas a las primeras de cambio. El sujeto (del deseo) responde al rostro y cuerpo de Tom Hiddleston y seremos testigos de las excusas chorras que muchas inventan para que su ropa interior se desvanezca en un torrente de lujuria. Y aquella que esté libre de pecado que tire del broche de su picardías… Concepto sexual (y marketing colateral con culo) aparte, podemos entender “El infiltrado” como una cuidada producción que cuenta con todos los alicientes para despuntar en la televisión de nuestros días: el sello de BBC, un material originario con forma de superventas, la distribución internacional de AMC, la dirección de Susanne Bier, el guion de David Farr (Hanna) para dar el idóneo envoltorio, el reparto encabezado por los magnéticos Hiddleston y Hugh Laurie… Esa es la teoría, aunque en la práctica la adaptación de John le Carré llega en un momento en el que Homeland ha ocupado con sus ramificaciones todas las parcelas prototípicas de nuevas series emergentes con tiralíneas creativas que van desde el pasado (“24”) al presente y también futuro (The Americans). Y si sumamos a “Scandal” oHouse of Cards como mutaciones exploitation de dramas políticos ―con muchas veces tonalidades de thriller― “El infiltrado” aterriza para prácticamente no aportar nada, aunque la calidad de proyecto sea su mejor defensa. Se trata de un sofisticado y elaborado entretenimiento dentro de los márgenes de una producción de espionaje clásica, brindando diversos escenarios internacionales y focos de interés dramático para mantener el tipo durante sus seis episodios. Además, cuenta con Tom Hiddleston y su indudable incapacidad para evaporar ropa interior a golpe de primer plano y mirada… 


¿Es suficiente? Considero que el discurso ni siquiera es novedoso teniendo en cuenta que hemos visto personajes similares a Richard Onslow Roper en The Blacklist pero interesa el concepto que ofrece Angela Burr respecto a una barbarie provocada por gas sarín contra unos inocentes niños. Mientras que la agente de inteligencia británica vio el horror ―y da la impresión de amoldar ese vívido y traumático recuerdo a su embarazo― aquel supuesto filántropo encontró una mina de oro para enriquecerse y crear una farsa mediática para vender armas. Roper es un monstruo cuya carta de presentación es la propia máscara un villano que realmente se esconde en otros para cometer sus fechorías y delitos. Existe una leve capa de thriller y aroma clásica sobre esa venganza de un héroe que tendrá que infiltrarse en el corazón de esa bestia que realmente no va a poder ser ajusticiada por los métodos de justicia tradicionales, corrompidos hasta las entrañas por su influjo y poder. Burr es consciente de que su hijo no puede nacer en un mundo en el que tipos como Roper se salen con la suya, aunque tenga que hallar otros métodos de dudosa moral para dar caza a ese peligroso y poderoso hombre. “El infiltrado” tampoco desea plantear dilemas morales y todo resulta excesivamente maniqueo utilizando diferentes focos en esa lucha para poder gestionar una operación ante los alargados tentáculos del villano. Apartándonos de esa trama de despechados y burocracia, interesa por el contrario la concepción de los personajes femeninos como reflejos del mismo amor. Jed Marshall acaba siendo la redención por la muerte de Sophie Alekan, estableciendo el arco argumental un círculo entre ambas mujeres para que el primer acto y el desenlace se ejecuten sobre un mismo escenario. Todo vuelve al principio a que ese infiltrado acabe siendo de nuevo ese ‘the night manager’ a las puertas de ese hotel de El Cairo donde empezó (y acabó) todo. Desconozco hasta qué punto en estos tiempos de hype un reparto llamativo, un culo de categoría y una sofisticada escenificación te garantizan un éxito internacional. No creo que estemos ante un thriller con clase sino ante el triunfo de esquemas clásicos que bien pudieran ser un homenaje a Ian Fleming, queriendo la adaptación de John le Carré alejar a su héroe del influjo de Ethan Hunt o Jason Bourne. Aquí importa la inteligencia por encima de los músculos, como si lo inmaterial se opusiera a lo físico, como si ese sentido de la tragedia y la melancolía finalmente fueran el suspense sobre el que el círculo se cierra. No obstante, considero que “El infiltrado” se resume en las excusas chorras que buscan algunas para que las meta la chorra Tom Hiddleston (para que otras tengan que conformarse recreándose con el culo como premio de consolación). Y ahí la sofisticación la tienen únicamente el entrenador de glúteos y el director de fotografía. 

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1 comentario:

  1. ¡Vaya culada!
    Creo que el problema de la serie ha sido hacer tantos capítulos. El primero y el último son muy buenos y diferenciales. En medio es que no pasa nada que no hayamos visto o que vayamos a ver. Sólo la trama de Londres y el cómo dejan crecer al Dr. House ¡hubiera sido un buen nombre como villano! que además reutiliza sus gestos (sin bastón) y las adapta a poses malvadas. La ambientación del hotel de Egipto y la espectacularidad del de la montaña además de su categoría como "night manager" lo más bonito de la serie. Es muy recomendable. Tengo dudas con las amistades que tiene, eso de las bombas y los teléfonos me dejó mal cuerpo.

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