Páginas Bastardas

jueves, 18 de diciembre de 2014

Review: Black Mirror (Especial) ‘White Christmas’


El regalo de estas Navidades ha llegado de la mano de Charlie Brooker con un especial navideño que nos ha cogido por sorpresa a muchos. Con Jon Hamm, Oona Chaplin, Janet Montgomery, Natalia Tena y Rafe Spall en el reparto nos encontramos ante un capítulo de “Black Mirror” exclusivo en muchos aspectos. No se sabe si está integrado en la segunda temporada o forma parte de la tercera, si es un prólogo, epílogo o recopilatorio. En realidad, poco importa porque se trata de episodio especial a modo de telefilm con un metraje de 75 minutos aproximadamente sin anuncios. Es nuestro regalo navideño. Fin de la cita. Formado por tres tramas relacionadas entre sí, las pantallas negras vuelven a nuestra vida en plena Navidad dotando de sentido todo el envoltorio y también la crítica social habitual en la serie de antología de Channel 4. Las tres historias conectadas nos llevan de nuevo a ese humor negro, sobre la tecnología aplicada en nuestra vida y sociedad, y los peligros que entraña sumergirse ciegamente en sus aplicaciones desde nuestro entorno personal. “White Christmas” puede recordarnos a esa distopía trazada en The Entire History of You” (1x03), con una sociedad que tiene un dispositivo implantando en sus globos oculares llamado el Z-Eye y que les conecta a internet a modo de red social. No es la única conexión con el universo ‘Black Mirror’ y con ese despertar en el que observamos que Joe Potter (Rafe Spall) ha convivido junto a Matt Trent (Jon Hamm) durante cinco años en un puesto perdido en medio de la nieve. ¿Cómo llegaron allí para hacer un trabajo que forma parte de los misterios del especial? Es Navidad y Matt está haciendo la cena para ambos. Joe apenas ha hablado con él en todo este tiempo y es hora de que ambos conozcan sus secretos…

“White Christmas” es un capítulo bastante previsible y no va a sorprender al público por sus giros e incluso historia. Como suele ocurrir en “Black Mirror” importa más la moraleja de la fábula que el propio cuento y, en ese universo en el que todo el mundo puede estar conectado a internet mediante sus ojos y ese dispositivo Z-Eye, vamos a ver cómo Matt guiaba a Harry (Rasmus Hardiker) a ser un experto en ligar y echar un polvo con una desconocida. Matt no está solo y un grupo, a modo de club de voyeristas/asesores, siguen también sus pasos sin que Harry parezca conocerlo. Creo que aquí todo se resume en Matt soltando a ese grupo de depravados comentaristas un «¿Quieres ser paciente? Dios... tengamos un poco de respeto» antes de que la víctima Jennifer (Natalia Tena) consintiera tener relaciones sexuales con Harry sin saber quiénes estaban mirando detrás de sus ojos. Volvamos hacia atrás, a Harry colándose en una fiesta de empresa navideña para ligar siendo un éxito su historia del caballo y gracias al entrenamiento previo de Matt. El problema es que Harry se fija en la chica equivocada. Pasa de una rubia y es seducido por la morena, la femme fatale silenciosa, la chica peligrosa que al ver hablar a Harry con su ‘coach’ piensa que está tan loco como ella. Sí, Jennifer es esquizofrénica y escucha voces… Ha decidido quitarse la vida con su alma gemela y la copa del amor se convierte en la copa de la muerte. ¿Muy Juego de tronoscon Osha en el menú? No importa que sea previsible sino la forma de introducción de ese hobby de Matt al que era, al parecer, adicto y que le costó su matrimonio y su propia vida.


Pese a que Matt destruyó cualquier evidencia e indicó al resto del grupo de voyeurs que hicieran lo mismo, fue arrestado por ser el líder de esa sociedad secreta y su esposa le ‘bloqueó’ vía Z-Eye. Es una de las novedades del show y de ese mundo distópico. Se puede bloquear a una persona y de este modo ambos no pueden comunicarse ni verse… siendo anónimas siluetas blancas. Debido a este incidente, Matt acabó en ese puesto avanzado rodeado de nieve y sin nada aparente que hacer. ¿Qué hacen allí, por cierto? Considero que cualquier espectador adicto a la ciencia ficción y a los planteamientos de Charlie Brooker intuye de qué va todo el asunto y la nueva historia de Matt, sobre su trabajo real, confirma las sospechas. Matt se dedicaba a ‘entrenar’ a las ‘cookies’. Dicho esto —y aplicándolo a ese mundo ‘social’ basado en Z-Eye y las APP informáticas— ser una cookie en “White Christmas” es ser una copia digital de la conciencia de alguien, similar a esa información que almacena la actividad previa de un usuario. Una especie de back-up hasta ese momento de esa persona con una ‘consciencia’ propia… pero que no es humana sino informática. Para ver un ejemplo real, seguiremos los pasos de Greta (Oona Chaplin), una mujer rica a la que únicamente le gustan las tostadas de una manera precisa. Tan precisa, que recurre a una ‘cookie’ para hacer todas las tareas de la casa (completamente informatizadas) y llevar su día a día, agenda, etcétera. Digamos que aquí tenemos una variación de Her y esos sistemas operativos que hacían todas esas funcionalidades, pero aplicados sobre la propia consciencia del usuario. Para hacerlo todo más “Black Mirror” nos situarán en el punto de vista de la ‘cookie’ de Greta, que será colocada en una especie de huevo Kinder y cápsula a lo HAL 9000. Obviamente esa copia digital de Greta tiene problemas para aceptar qué es y su nuevo cometido… Matt está allí para hacerla entender y comerse mientras tanto la perfecta tostada. ¿No era más fácil hacer las cookies más informatizadas y sometidas a códigos o la gracia está en la masa?


La esclavitud tiene otro punto de vista y evolución. Si existía un subtexto oscuro en Her —con esos sistemas operativos capaces de tener miles y miles de relaciones con otros usuarios (y otros sistemas) a la vez—, en “White Christmas” veremos que a través de la gestión del tiempo digital se pueden hacer pasar semanas, meses o años en cuestión de segundos ‘reales’. La cuestión es minar a la ‘cookie’ en ese aislamiento y traumatizarla lo suficiente para que acepte su funcionalidad. Después de la dura tortura en menos de una siesta, Greta se levantará con su música favorita, disfrutará de sus tostadas perfectas y tendrá una versión de ella misma para llevar sus citas y agenda. La ‘cookie’ de Greta está completamente zombificada en ese nuevo rol y para Joe es algo asqueroso e incluso similar a la esclavitud, aunque Matt ha conseguido que su compañero hable sobre su pasado y motivo por el que llegó allí. ¿De qué va todo esto, entonces?


En esa tercera historia, veremos la relación nevada de Joe con Bethany (Janet Montgomery) y que tras una cena con su amigo Tim (Dan Li) y su novia, la pareja de Joe se muestra con muy mal humor. Por casualidad azarosas de la basura y el guión, Joe descubrirá que Bethany está embarazada y que ésta no quiere tener el bebé. La discusión está servida ya que Joe considera que también la decisión es suya y quiere tener una familia. El enfrentamiento provoca que un Joe algo borracho acabe trastornando e insultando a Beth para que ésta le bloquee. Da lo mismo pedir disculpas porque no va a ser escuchado y la comunicación en esa ‘red social’ es inviable. ¿Dónde quedaron las cartulinas con un I AM SORRY o contratar a alguien como paloma mensajera? ¡Uy, tengo un negocio para ese mundo distópico! ¡Voy a hacerme rico! Beth deja su trabajo y desparece de la vida de Joe hasta que su silueta blanca aparece de nuevo para revelar que finalmente no abortó. Joe insiste con su acoso y únicamente consigue una orden de alejamiento. Ni las cartas (analógicas) a su padre sirven de nada y decide —conociendo que Beth pasa la Navidad en la cabaña nevada de su progenitor— stalkear en la distancia. Como el bloqueo también se aplica a la descendencia, Joe no puede ver a su hijo sino a su silueta. Cada año decide ‘peregrinar’ a la cabaña del padre de Beth para ver el crecimiento de la criatura y descubrir que es una niña. Joe incluso deja regalos anónimos, pero la tragedia llega cuando descubre que Bethany ha muerto en un accidente de tren. Al finalizar el bloqueo (extensible a imágenes impresas o digitales), decide ver por fin a su hija y llevar una bola de cristal con nieve (otra pista para la resolución final). Joe descubre a su pequeña en el jardín pero al voltearse ésta halla la revelación oscura e impactante: tiene rasgos asiáticos y no es hija suya sino de Tim. Chiste negro y ácido made in Charlie Brooker. Todo encaja, nos meten los flashbacks de modo un tanto sardónico y Joe quedará tan devastado que sufrirá una de sus crisis (un tanto absurdas) y pedirá explicaciones al padre de Bethany, que manda a su nieta a la planta superior de la casa ante la amenaza. Joe acaba loco y homenajeando su papel del biólogo más bipolar de la historia del cine de ciencia ficción enPrometheus”. En el enfrentamiento con el padre de Beth lo golpea con la bola de cristal asesinándolo. Joe entra en pánico y deja la casa, convirtiéndose en un indigente hasta que la policía lo detiene. La hija de Beth, al quedar incomunicada allí, decidió buscar ayuda… pero no llegó muy lejos con la nieve tan pesada y densa que rodeaba la zona. Candidata al Premio Darwin del Año (Versión Kids). Joe admite ser responsable de la muerte de dos personas inocentes y llega el punto de giro…


Resulta que Matt estaba haciendo de Matt con una ‘cookie’ de Joe. Previsible. La esperanza de Matt es que sus dones y experiencia en ese terreno le salvaran de sus delitos pasados. La confesión provoca que Cookie-Joe tome consciencia de que el verdadero Joe está entre rejas y que su silencio provocó a la policía, al fiscal y al juez actuar de este modo. Matt consigue su libertad pero será añadido a un ‘registro’ por el que será bloqueado por todo el mundo automáticamente y su silueta roja revelará al resto que es un delincuente sexual. En el exterior no sabemos el tiempo que durará vivo… o si alguien decidirá tomar la justicia con su mano. Poco importa. Es Navidad. El destino de la ‘cookie’ es peor, siendo dejado encendido durante la Navidad y haciendo que mil años pasen cada segundo. Veremos su sufrimiento inamovible con banda sonora de ‘I Wish It Could Be Christmas Everyday’, viendo el cuerpo de la hija de Bethany en el exterior, torturado por sus crímenes por toda una gran eternidad. ¿Pueden suicidarse las ‘cookies’ con tan tremendista infierno personal? Nunca lo sabremos… en esa Feliz Aterradora Navidad made in “Black Mirror”. O podemos pensar parafraseando a Matt: Está hecho sólo de código, no es real. Que le jodan. Usted elige entre la esclavitud o someterse al análisis de la vida como simple información virtual. Usted elige o eso cree.


Hay muchas referencias a todo el universo “Black Mirror” (I_AM_WALDO, por ejemplo o a Victoria Skillane de White Bear) y ciertamente no son casualidades sino complementos de Charlie Brooker para dotar de simbolismo y significado este especial navideño. “White Christmas” se aparta del sentimentalismo de esta época del año para convertir la Navidad en algo arisco, molesto, penetrante y amenazador. La tecnología nos puede convertir en esclavos (más esclavos) parece decirnos Brooker. Podemos llegar simplmente a ser siluetas sin fondo ni rostro, fantasmas y parias de la sociedad. El gran mérito, como siempre, es que esa distopía tenga un gran cúmulo de conexiones y referencias con nuestro entorno real, que esa ciencia ficción sea aplicable desde cierto punto de vista si pensamos en las Google Glass o en una consciencia digital. Todo lo que sucede en “White Christmas” es bastante previsible pero precisamente el mérito es la concesión argumental sobre una múltiple lectura moral. Smartintelligence resulta mucho más viable que Skynet y ese hecho incomoda a la audiencia, a esos esclavos actuales de la tecnología e internet. Sus historias humanas e incluso tópicas, que hemos visto al otro lado de la pantalla, son el vehículo perfecto para el cometido de Brooker, que hará a partir de este momento que la blanca Navidad sea más negra, árida y desoladora que nunca. Feliz infierno blanco y virtual.

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6 comentarios:

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  2. Capitulazo! Ayer también escribí un post sobre el episodio en mi blog. Lo dejo por si tenéis curiosidad ;)

    http://seriesanatomy.blogspot.com.es/2014/12/feliz-navidad.html

    Saludos y felicies fiestas!

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  3. Me gustó bastante el capítulo, en su principio fue un tanto rebuscada la trama, pero la tercera historia englobó todos los hechos, no es de los mejores capítulos pero tiene guiños interesantes y como dices concuerdo en lo de la reflexión.

    Saludos.

    Chdnk

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    1. COMENTARIO SIN SPAM: Me gustó mucho el capítulo, y para hacer una buena aportación, vean Silicon Valley 2, es una serie de la misma temática.

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