Páginas Bastardas

domingo, 29 de septiembre de 2013

The Michael J. Fox Show: Parkinson y otras enfermedades

Serie de TV
“The Michael J. Fox Show
EEUU
2013

Sinopsis (Página Oficial):

¡Mira quién está haciendo las noticias otra vez! Uno de los más queridos presentadores de las noticias de Nueva York, Mike Henry (Michael J. Fox, “Spin City”, “Enredos de familia”), puso su carrera en espera para pasar más tiempo con su familia y centrarse en su salud después de que le diagnosticasen la enfermedad de Parkinson. Pero ahora, cinco años más tarde, con los niños ocupándose ellos mismos de crecer y Mike, con una creciente inquietud, considera que puede ser el momento de volver a trabajar. Su antiguo jefe Harris Green (Wendell Pierce, “Treme”, “The Wire) no deja pasar la oportunidad de traerlo de vuelta en la televisión. El truco, como siempre ha hecho, es hacer que Mike pensara que fue su idea. Después de varios —está bien, muchos— intentos fallidos, la familia de Mike, ansiosos de verlo fuera de casa, por fin lograran que Green le haga salir de la misma. Ahora su plan ya está en marcha: volverá a hacer juegos malabares para poder conciliar su vida en el hogar, la familia y su carrera, como en los viejos tiempo —sólo que mejor—.

Crítica Bastarda:

La nostalgia de los regresos televisivos tuvo su batalla particular la noche del jueves 26 de septiembre con el estreno de The Crazy Onesy “The Michael J. Fox Show”. Ambas marcaron unos buenos datos dependiendo de cómo se mire el asunto. El lead-in del comienzo de la séptima temporada de The Big Bang Theory garantizó que unos cuantos (y pocos) millones de los 19 que seguían las aventuras de Sheldon Cooper cambiaran de canal para ver el regreso de Michael J. Fox. A EEUU le pone cachondos estos retornos de sus estrellas, sobre todo en el caso de una superación personal como es el caso de un enfermo de Parkinson. Me los imagino delante de sus televisores, preparados con una toallita y lubricante, dispuestos a utilizar las palmas de sus manos hasta hacerse visibles moratones. Me excita mucho dicha excitación, valga la redundancia… pero no me excita en absoluto la nueva comedia de la NBC, pese a poder tener la fórmula de la reconciliación con su audiencia en sus virginales manos. El evidente tono metaficcional y los chistes a costa de la propia enfermedad —permitidos por el propio Fox— desea que el actor busque un hueco en la imposible noche de los jueves. El infierno y el diablo son Sheldon, Penny, Leonard y compañía. Que se lo digan a “Parks and Recreation” que se comió los mocos tras ofrecer un más que notable y londinense season 6 premiere.


Todo lo anterior no exonera que tengamos una sitcom familiar con una escritura trillada y mil veces vista. Poco nos puede sorprender que la familia entera pase por el dormitorio de sus padres mientras éstos tratan de hacer el amor, por ejemplo. En tiempos de “Modern Family” todas las miradas se dirigen hacia la todo-poderosa comedia pero “The Michael J. Fox Show” coge elementos de la sitcom tradicional e incluso algún paralelismo con la parrilla de humor de NBC. ¿Algo de 30 Rock y parecidos razonables entre el personaje de Eva (Juliette Goglia) y Annie Edison (Alison Brie) de Community? La serie muchas veces resulta completamente artificial y bastante pobre y trata de sobrevivir bajo el formato de falso documental y es ahí donde se muestran sus muchas debilidades de la otra enfermedad de la que está afectada: la hija adolescente es reprendida por su profesor por mostrar un vídeo manipulado y moralmente reprochable sobre la enfermedad de su padre. Omitiendo su vertiente autorreferencial, ¿no resulta “The Michael J. Fox Show” ciertamente condescendiente con la condición de su protagonista y conducida para buscar la complicidad del público con un maquiavélico fin? En este punto resulta complicado valorar una serie que no creo que recibiera los mismos aplausos y golpecitos en el hombro si su actor principal no tuviera la misma enfermedad del personaje que interpreta. ¿Se trata de ‘dar pena’ o que el público ovacione la valentía del actor por encima de un libreto que sería abucheado en condiciones ‘normales’? La serie no es divertida, ni hilarante… ni siquiera demasiado cómica pero su tono conmovedor garantiza un público fijo y fiel que aplauda el retorno, ya que se encuentra psicológica y anímicamente conectado al actor. Sería como ver actuar (en televisión) a un ser querido: ¿qué persona maligna y bastarda se atrevería a decirle a la cara lo pésimo del asunto por encima del tremendo esfuerzo realizado?


Otros criticarán todo lo expuesto arriba y ratificarán que la serie que protagoniza Fox es todo un ejercicio de honestidad y una serie necesaria para que el gran público conozca el lado frustrante —endulzado por el formato y género de la propuesta— de una enfermedad relativamente invisible en la ficción norteamericana. Aquí podemos pararnos y ver una y otra vez ‘Larry vs. Michael J. Fox’ (8x10) de “Curb Your Enthusiasm” o conformarnos con los altibajos emocionales y que realmente el fin justifica los medios. ¿Debemos valorar, por lo tanto, a “The Michael J. Fox Show” más por sus intenciones que por sus resultados? Marty McFly conoce el asunto y perfectamente los males de su enfermedad y va a defender un material bastante mediocre con ayuda de Betsy Brandt (Marie en Breaking Bad) y Wendell Pierce (William ‘Bunk’ Moreland en The Wire). McFly cuenta con todo mi bastardo apoyo moral pero que no me pida que vuelva a sintonizar su serie tras sus dos primeros capítulos… aunque si el fallo es únicamente el mediocre material debería tener arreglo la otra enfermedad a la que está sometida la sitcom, ¿no? Si se cura esta serie, avísenme para que coja mis toallitas, lubricante y no pare de usar mis manos hasta reventarlas.

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