Director: Vincenzo Natali
Canadá
2013
Sinopsis (Oficial):
Lisa y su familia están muertos, pero ella es la única consciente de su situación. Día tras día revive la víspera de su decimosexto cumpleaños, sabiendo que esas fueron las últimas horas que pasó entre los vivos. Alienada, empezará a investigar las causas de este bucle espectral. Además de ser una original aproximación al relato de fantasmas, Haunter supone también un notable cambio de registro para la joven Abigail Breslin.
Desconozco si Vincenzo Natali quería utilizar “Haunter” como una alegoría del género atrapado en una suma de clichés que se repiten uno y otro día, como cada película que pasa por el calendario y, en realidad, es lo mismo con un ligero y nuevo matiz. La película nos presenta a Lisa (Abigail Breslin), que se levanta la misma mañana, un día antes de su cumpleaños con los mismos gestos y detalles por parte de su madre, padre y hermano pequeño. Nada ha cambiado y es consciente tanto de su situación como la de su familia y ciertamente no quiere saber aquello que está sucediendo pero es empujada a descubrirlo… tal vez demasiado tarde: el público lo había intuido desde el minuto uno.
La incapacidad de sorprender pudiera engendrar una parodia y paralelismo sobre la crisis y aislamiento del género pero, finalmente, Natali decide sumergirse junto a su heroína en un tour y recital de lugares comunes. Lejos parecen quedar ya “Cube” y “Cypher” y el aburrimiento que puede generar el director en la propia audiencia es proporcional al ofrecido en su propia película. El puzle se recompone rápidamente en la mente de la audiencia pero visualmente el director de “Splice: Experimento mortal” no dota de una atmósfera opresiva la obra y se dedica a repasar los hallazgos de “Los otros” o “Insidious” entre cientos de déjà-vu que inmortalizan el conjunto con tonos anodinos e infantiles.
Salvemos el gusto musical de Lisa y la nostalgia que pueda formalizar en el espectador. El cartel, en cierta medida, nos avecina esa coherencia general de la propia película. Una casa encerrada en un tarro como parte de una colección y aislamiento interior. Así se encuentra el género de terror reciclando y lavando envases para hacerlos más cristalinos o vaporosos a concepción de un espectador que, en verdad, observa una y otra vez el mismo material. Nos quedaremos en la mera proposición ante la falta de propuesta porque se esperaba que esas manos de Abigail Breslin completaran el avistamiento original propio de un director que firmó “Cube” y “Cypher”, dos piezas de culto de la ciencia ficción de las últimas décadas… aunque le perdonemos por su participación en la segunda temporada de “Hannibal”.
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