Nada de lo que creen importante, importa. Esto no es especial. Esto está sucediendo infinitas veces en infinitas realidades.
Ya nos avanzaron que estábamos ante la temporada más oscura de “Rick y Morty” y “The Rickchurian Mortydate” ha aportado la suficiente cuota de complejidad dentro de una entrega marcada por apuestas originales y un claro eje familiar. El divorcio de Beth y Jerry marcó los tiempos para que un viaje circular se complete en el ‘season finale’. Dan Harmon y Justin Roiland ha ideado un capítulo de despedida que podrá defraudar a algunos seguidores por algunos de sus giros de guion y proposiciones pero, sin embargo, sirve para apuntalar a la perfección todo lo ofrecido en esta entrega de diez episodios. Posiblemente todo quede sintetizado en esos postcréditos finales en los que el Sr. Caquita de Ojete (Mr.PoopyButthole) nos avisa que tendremos seguramente que esperar mucho tiempo hasta la cuarta temporada de la serie de Adult Swim. Existe siempre un precio a pagar dentro de los márgenes creativos y en la actualidad hemos tenido algunos capítulos que conforman ya parte lo mejor que hemos visto en “Rick y Morty”. Esta entrega ha estado marcada por la muerte y los cadáveres, como si dentro del multiverso la vida careciera de sentido al estar limitada por un caos reinante y vigente. Nada de lo que creamos importante, importa. Esos efectos nos llevan a pensar en un plan B de Rick Sanchez para ‘retener’ a su familia en la realidad en la que habita. Quizás tenga su propia colección de clones con los que evitar lidiar con la pérdida de sus personas más queridas y la propia serie sea una farsa en la que veamos, tal y como demostró “Morty's Mind Blowers” (3x08), las tomas ‘buenas’ de numerosos intentos fallidos y desastrosos. ¿Es todo una gran representación de Rick Sanchez para quebrar la cuarta pared y construir su propia serie de aventuras para alimentar su ego? Repasemos “The Rickchurian Mortydate”.
Si algo queda claro es que Rick es el ‘DIOS’ del universo presente aunque los delirios de grandeza no son ajenos en ese gran e infinito cosmos. Y sobre todo el autodescubrimiento a lo “Westworld” cambiando androides por clones… Quizás sea todo una gran broma o, sin embargo, tal vez no. He ahí la grandeza “Rick y Morty”. El episodio sirve, además, para dar un sentido a la reconciliación de Jerry y Beth y que el nuero de Rick sea el gran vencedor de la temporada; como si fuera ese factor y variable que nunca va a poder controlar del todo. En “The Rickchurian Mortydate”, Rick y Morty son llamados por la Casa Blanca y el mismísimo Presidente de los EEUU para lidiar con un monstruo alienígena que habita en los túneles sexuales de Kennedy. Pero, sobre tal proposición, Rick revela que nunca ha deseado ser la marioneta de nadie y decide revelarse ante el halo de simpleza de la misión. Ese punto de giro sirve para pulir un enfrentamiento entre un molesto presidente y Rick y Morty. Toda esa disputa y la elevación de violencia nos van a regalar un completísimo imaginario de acción posible mientras, en paralelo, se desarrolla un arco argumental para los Smith.
“The Rickchurian Mortydate” juega con esas dos tramas (dramática y acción) para que comprobemos el estado emocional de Beth y que quede aterrorizada pensando que es un clon. ¿Será asesinada por Rick en el momento en el que sea consciente de sí misma? ¿Es realmente Rick el gran villano de la familia? Ese recurso sirve a Dan Harmon y Justin Roiland para unir nuevamente a Jerry y Beth debido a la simpleza absoluto y total de su esposo. Incluso veremos que Rick se queda solo en su batalla por un selfie con el Presidente de los EEUU cuando Morty decide iniciar su propio camino al lado de su familia. Los propios personajes de “Rick y Morty” siempre han dado pistas —en su autoconsciencia de estar atrapados en una serie de animación— y Beth nos avanza que parece que vamos a volver a la primera temporada de la serie en una versión algo más racionalizada y moderna del asunto. Es obvio que la idea general es dejarnos atrapados en esa duda: ¿los Smith son clones? La mirada inquisitiva de Rick Sanchez sintetiza ese misterio en el que los créditos iniciales nos dan alguna pista sobre esa elección de Mortys del genio protagonista del espectáculo. Rick, además, al ir armado a esa cabaña en la que su familia se había ocultado, nos deja esas dudas todavía más latentes. Rick Sanchez siempre ha resuelto sus líos desde la violencia y el absurdo (como vimos en la trama que le enfrentó al líder del mundo libre) y desconocemos hasta qué punto no va a acabar sustituyendo a su familia entre episodio y episodio. La paranoia, al fin y al cabo, se ha impuesto en los temores familiares como elemento dramático. Clones o no, “Rick y Morty” ha jugado bien sus cartas en su ‘season finale’ con un episodio que deseaba sorprendernos y que pudo no haber convencido a algunos feligreses. La intención no era acabar por todo lo alto sino, no obstante, dar sentido y coherencia a los nuevo episodios previos. Rick es el ‘DIOS’ supremo del espectáculo y, tal y como demostró, es capaz de salvar al mundo… o destruirlo en el proceso.
A continuación, todas las reviews de la tercera temporada de “Rick y Morty”:
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