El “Episodio 14 (Part 14)” ha provocado que “Twin Peaks” regrese al rumbo más fantasioso y surreal del retorno de la serie culto. Podemos sintetizar la propuesta como los mecanismos que ha puesto en marcha la Logia Blanca para detener a ‘Evil’ Cooper de la inminente confrontación que se avecina. Vamos a olvidarnos del yin y el yang para ver todo ese contexto que se ha establecido en la presente temporada. Volvemos a Buckhorn, Dakota del Sur, para que, por fin, las líneas argumentales comiencen a interconectarse. Será el sheriff Truman el que llamó previamente a Gordon Cole para informarle de las páginas desaparecidas del diario de Laura Palmer… Los dos Cooper son una realidad aunque este capítulo trata de asentarse en los orígenes del primer caso con el que Project Blue Book comenzó su andadura allá por 1975. «Soy como la rosa azul» fueron las palabras póstumas, antes de su desaparición, de una mujer llamada Lois Duffy que realmente era el doble de otra que gritaba en un rincón de la misma habitación. Ese suceso paranormal nos acerca a la inteligencia de la agente Tammy Preston respecto al detalle en el que no existen las rosas azules en la naturaleza. Ese concepto sirve para sintetizar toda la esencia de “Twin Peaks - The Return” sobre ese mundo extraterrenal que se abrió décadas atrás por la era atómica. En “Episodio 14 (Part 14)” hay numerosa información y prueba de ello es todo lo que tiene que contar Diana respecto a su encuentro con el doppelgänger de Dale Cooper. ¿Mencionó al General Garland Briggs? Vamos a tener el giro de guion al descubrir que, en realidad, Janey-E Jones es la hermanastra de Diane aunque ambas están distancias. De este modo y con la investigación que Gordon Cole manda realizar al FBI de las Vegas sobre Douglas Jones, las ideas para integrar todos los arcos argumentales, de cara a los últimos episodios, han quedado establecidos. ¿Qué más hemos descubierto en “Episodio 14 (Part 14)”?
“Twin Peaks” sigue ofreciendo esa revolución televisiva que esperábamos de una creación de David Lynch y Mark Frost. Vamos a tener ese concepto de sketches que se van integrando con otros géneros aunque, sin embargo, la revelación es ese sueño utilizado como cauce y vía para mostrar un cameo de Monica Bellucci. Viajamos al blanco y negro y a una extraña colaboración parisina que dote de sentido la frase lynchana «somos como el soñador que sueña y luego vive en el sueño». Pero, ¿quién es el soñador? Lynch siempre ha establecido lo onírico como conexión a la psique humana aunque “Episodio 14 (Part 14)” propone ser un enlace con otro tiempo. De este modo, vamos a tener el esperado homenaje a David Bowie (al que está dedicado el capítulo) para que Phillip Jeffries haga acto de presencia y nos avise de que los pequeños detalles no pueden ser pasados por alto. En Twin Peaks también es hora de atar cabos sueltos y Chad Broxford va a ser detenido. La composición de las secuencias siempre va a ser la misma: información con las que avancen las tramas y pequeños detalles (generalmente cotidianos) que añaden un componente surreal y/o cómico. Desde los ingredientes de unos bocadillos vamos a pasar a esos bosques gobernados también con una premonitoria energía eléctrica que da la impresión de marcar un camino… La excursión de esos cuatro hombres (Bobby, Frank, Andy y Hawk) los llevará al Palacio de la Liebre, el lugar donde Briggs hacía sus escuchas en el pasado. Ese puesto fue desmontando tiempo atrás y los hombres se meterán tierra en los bolsillos siguiendo las indicaciones de ese enigmático relato que esperan sea un cuento… En un páramo encontrarán niebla… y lo que parece ser un cuerpo de una mujer desnuda. Se trata de ese personaje sin ojos llamado Naido que ayudó a Cooper en su tránsito a nuestro mundo. ¿Ha acabado en nuestra dimensión? Un portal en forma de vórtice, como el que vimos en ese descampado del “Episodio 11 (Part 11)”, se abre ante los hombres. Será curiosamente Andy aquel que viaje a la Logia Blanca para que descubramos que el enigmático hombre alto encarnado por Carel Struycken nos dé su nombre. Se trata de El Bombero… ¿Aquel que apaga el fuego?
“Episodio 14 (Part 14)” se centra en su vertiente más surreal y onírica y, a través de una bóveda que se ‘abre’ en el techo de la sala de la Logia Blanca, Andy va a ver los sucesos que llevaron a todos allí. ¿Qué es el extraño objeto que tenía en sus manos? Da la impresión de que El Bombero desea hablar a ese mortal de la duplicidad de Cooper e instaurar esa idea de un teléfono con una llamada por ser atendida. El peso alegórico es visible y Andy da la impresión de ver su propio futuro con una clave en ese poste con el número 6 que tiempo atrás ya apareció en la serie. “Twin Peaks - The Return” nos invita a fijarnos en los pequeños detalles que han ido apareciendo tiempo atrás y su regreso al mundo terrenal va a venir marcado por una digresión temporal. Ha pasado algo… y no recuerdan nada. El tiempo se ha revuelto. Andy ha llegado con indicaciones tanto para poner a salvo a esa mujer en la comisaría como para darnos a entender que sabe diferenciar el bien y el mal en las acciones de Chad. Vamos a vivir en esos ‘calabozos’ una nueva secuencia plenamente surreal gracias a un borracho, que tiene una herida en su cara y babea saliva y sangre, y en el que todos los presentes allí acabarán haciendo el mono como si fuera un gran manicomio. En el Gran Hotel de Twin Peaks veremos a Freddie y Jimmy juntos. Son guardias de seguridad y se nos informa que es el cumpleaños de James Hurley. Su compañero le cuenta su historia sobre ese guante que siempre lleva y que vuelve a revelar que la Logia Blanca ha tomado sus respectivas vías para algo que se avecina en ese lugar. Ese joven británico saltó en un callejón sobre una pila alta de cajas y fue absorbido por un vórtice en el aire… Obviamente el relato encaja con elementos previamente vividos y El Bombero ordenó a Freddie ir a la ferretería cerca de tu casa para comprar un único guante verde de jardinería de la mano derecha… Su brazo hulkiano desde entonces tiene la fuerza de un martillo pilón y fue enviado a Twin Peaks a encontrar su destino. Y el destino siempre llama y ofrece respuestas incluso antes de buscarlas. Puede que pasemos a un tanteo con el género de terror viendo cómo Jimmy revisa la caldera mientras se establece ese misterioso sonido del hotel como fondo y banda sonora contextual. Ese sonido que apunta hacia una puerta pero, no obstante, ese secreto quedará en la recamará lynchana para el clímax que está cerca de aterrizar. ¿Se trata de una puerta a otra dimensión desconocida?
Como “Episodio 14 (Part 14)” desea dar respuestas a muchos elementos planteados, seguiremos a Sarah Palmer hacia un bar donde pedirá un bloody mary. Un hombre, también sentado en la barra, mirará a Sarah y se acerca a la mujer. «¿Vas a beber sola esta noche?». A través de una recurrente y arquetípica secuencia manoseada en numerosas ficciones, Mark Frost y David Lynch construyen una de las escenas más surreales y aterradoras de la temporada que, al mismo tiempo, nos transporta a ese juego de opuestos planteados en la presente entrega. Si bien Laura Palmer era en su interior luz, su madre es completa oscuridad. «Menudo misterio», dice Sarah irónicamente. Y efectivamente esa sonrisa y dentadura mortal se suma al cúmulo de secretos expuestos. «¿Realmente quieres follar con esto?». ¿Cómo ha llegado exactamente Sarah a esa condición? ¿Nos tenemos que fijar en los detalles como ese ‘Truck You’ de la camiseta de ese acosador que recibió una brutal lección de justicia poética? ¿El devorador acaba devorado? ¿He ahí la conexión con esos documentales de felinos que veía en la nocturnidad de su casa Sarah? Como colofón veremos que esos encuentros en el Roadhouse dan la impresión de ser elementos casuales de personas sentadas en ese lugar. Esta vez en el relato tendremos ciertos detalles. Su madre se llama Tina… y un tal Bill llegó ensangrentado… en su casa. Vieron sangren en el suelo y en la pared… El relato falla, no nos podemos fiar del narrador, los recuerdos ya son parte de un sueño… ¿Nos debemos ceñir a los hechos? Lissie pone la banda sonora y llegan los habituales créditos antes del cierre. “Episodio 14 (Part 14)” se confirma como esa variación bastarda y fantástica (asimismo surreal) de un procedimental. Tal vez Frost y Lynch fueran conocedores de las actuales tendencias televisivas y haya pasado de la ‘soap-opera’ a las credenciales que marcan a las ficciones de esta era. Aquello que es cierto es que el sentimiento que se impone es el peligro que engendra compartir toda historia con otro y podemos entender a “Twin Peaks” como una consecución de historias entrelazadas que se van contando unos personajes a otros. Pueden que no sean del todo fiables y basen su legado en el soniquete de toda fábula y leyenda urbana: no se las cuentes a nadie, son un secreto o ya parte de un sueño en nuestra mente. Aunque, ¿quién es el soñador dentro de esta gran serie? ¿Los personajes, los creadores o nosotros mismos al otro lado de la pantalla?
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