Introducidos ya en la nueva línea temporal de “The Flash”, tras el ‘flashpoint’ que ha vuelto a trastocar la vida de Barry Allen, es hora de que el superhéroe vuelva a enfrentarse a esos cambios que realizó con su nuevo viaje en el tiempo. La cuestión es que el regreso del Dr. Harrison Wells y Jesse Wells (ya transformada en velocista y ejerciendo como Jesse Quick) supone un idóneo catalizador tanto para confeccionar un arco argumental que ofrezca algo de acción y velocidad, así como revele los conflictos y problemas a los que se enfrentan todos los personajes. Sabíamos que tanto Wally como Jesse fueron afectados por la materia oscura en esa réplica del incidente de S.T.A.R. Labs que vimos en “Rupture” (2x20). Mientras que Wally desea tener el don de la supervelocidad y no lo ha conseguido, los Wells van a regresar a Tierra-1 tras descubrir que Jesse está destinada a convertirse en Jesse Quick… muy a pesar de su padre. Ese material también sirve para despuntar el conflicto existente en la relación entre Iris y Barry, como si esta nueva línea temporal la hija de Joe estuviera más interesada en el hombre de carne y hueso que en The Flash. La idea es que todos acepten, menos Caitlin y Wally, sus propios dones de meta-humanos y traten de anularlos o de promoverlos para hacer el bien. Aquí irrumpe Magenta (Frankie Kane) dentro de ese concepto para formular la lucha interna entre utilizar los superpoderes para sus intereses personales, por oscuros que parezcan, o tratar de buscar la luz y pasar página respecto a sus dramas pasados, por duros que éstos puedan parecer y resultar. “Magenta”, tercer episodio de la tercera temporada de “The Flash”, quiere asentar los anteriores y mencionados conceptos para que también vayamos descubriendo todos esos cambios que conforman la línea temporal que tanto nosotros como Barry tenemos que aceptar a partir de ahora. Repasemos el capítulo.
El resumen más corto del episodio sería el siguiente: Wells no desea que su hija tenga poderes, Wally desea tener poderes, Caitlin odia tener poderes, Iris no tiene claro si ha de iniciar una relación romántica con Barry o The Flash. En cierta medida el regreso de los Wells desde Tierra-2 supone que ambos se enfrenten a los cambios producidos en la línea temporal tras el ‘flashpoint’. Tanto Harrison como Jesse no se han visto afectados ya que regresaron, a través del multiverso, a su universo paralelo antes de que Barry iniciara el ‘flashpoint’. Su punto de vista, por lo tanto, es el mismo que el nuestro protagonista y, como suele ser habitual en la serie, todo ese material va a ser utilizado respecto a una vía un tanto cómica. Después de los ‘desprecios’ de Wells sobre Barry por su nueva imprudencia, pudiéramos establecer que todo el arco argumental de “The Flash” se establece sobre los efectos a las acciones del superhéroe para proteger a los suyos. Barry fue utilizado por Eobard Thawne para generar una nueva línea temporal que le permitiera tanto recuperar sus poderes como regresar a su tiempo. Para detenerlo y no aceptar un trato con el demonio, generó una singularidad que abrió las puertas al multiverso y a un nuevo y peligroso enemigo: Zoom. Para recuperar todo aquello que el miserable y psicópata velocista le robó, cambió el pasado para producir un ‘flashpoint’ y crear sin darse cuenta una nueva línea temporal junto a un supervillano que es capaz de dar poderes a aquellos que los tenían en esa otra vida paralela. De nuevo, aquella que fue destruida por las acciones de hacer/deshacer de Barry Allen. Y ahí, desde luego, entra Kid Flash. ¿Recuperará sus poderes Wally West a través del Doctor Alchemy? Sea como fuera, Barry es el responsable de sus peores pesadillas y ese el material con el que trabaja la serie de The CW. Su nueva meta va a ser, por lo tanto, aceptar los cambios de esa línea temporal y, además, arreglar todos los problemas que ha desatado abriendo la puerta a ese fantasma (?) capaz de entrar en Iron Heights y asesinar impunemente a sus esbirros si éstos le fallan… Tal y como comentaba en la pasada review nos falta contexto para establecer esos nuevos cambios de la línea temporal sobre el ‘flashpoint’. ¿O desde cuándo tienen las instalaciones necesarias en la prisión para encerrar a los meta-humanos que son un peligro para la sociedad? ¿De verdad podemos confiar en un lugar que es menos seguro que S.T.A.R. Labs o los guionistas han optado por el nuevo comodín de esta temporada para evitar un debate sobre un Guantánamo en una serie que es desea ser un simple y funcional entretenimiento? Sea como fuera, los ‘tiempos’ han cambiado y es hora de aceptarlos.
Si analizamos “Magenta” como episodio veremos que trata de ser más una entrega dramática y emocional que realmente un capitulo plagado de la acción que podíamos considerar si tenemos en cuenta que tenemos a The Flash y Jesse Quick en el menú. La idea es confeccionar un libreto sobre los orígenes de la nueva superheroína y que su padre acepte sus poderes para que ésta se enfunde próximamente en su nuevo traje. Aquí también aterriza el concepto que origina y arrastra Frankie, que se transforma en Magenta para hacer frente a su padre maltratador. Sus problemas de personalidad producen ese enfrentamiento entre un ángel y un demonio o, lo que es lo mismo, el propio conflicto interior de Frankie se traslada a la lucha que van a establecer Alchemy y The Flash en la presente temporada. Uno va a crear monstruos con superpoderes y el otro va a tratar de abracen su ‘mortalidad’ impuesta por el flashpoint. En el caso de Magenta veremos cómo es capaz de levantar, gracias a sus poderes muy similares a los de Magneto, un gran buque para dejarlo caer sobre el hospital en el que se encuentra su padre… junto a Iris y muchísimos inocentes. No esperen que todo se resuelva por la violencia y la acción más allá de que Barry y Jesse tengan que unir sus fuerzas para evitar el desastre. La idea es que un poco de psicología barata y manuales de autoayuda ofrezcan una salida para que Frankie controle a Magenta y haga lo correcto. No olviden sus pañuelos para secarse las lágrimas. La joven podrá rehacer su vida de este modo y el resto de personajes aceptar sus conflictos y dramas… aunque sabemos que todo los arcos argumentales alrededor de Caitlin Snow y Wally West están todavía por despuntar. Esperemos, eso sí, que Wally no cometa más actos suicidas para ver si de ese modo despiertan sus poderes… ¿No sería lo suyo que Barry compartiera cómo los consiguió en la otra línea temporal o tendrá que ser el gran villano de la temporada el que haga de maestro de ceremonias y utilice al joven a sus intereses y maquinaciones? “Magenta” también quiere seguir desarrollando la mecánica entre Julian Albert y Barry Allen sin que sepamos cómo se tomó el analista e investigador haber sido salvado por The Flash de una muerte segura. ¿Tenemos al primer sospechoso de la temporada o el fanservice (Draco Malfoy) ha sido colocado aquí para tomarnos el pelo con una futura broma al respecto? En realidad, el episodio nos habla sobre los peligros del uso de superpoderes y que todo gran poder conlleva una gran responsabilidad. Sin contar con toda esa pulpa romántica del nuevo romance (3.0) entre Iris y Barry y que la joven acepte que está saliendo también con The Flash. El deber siempre llama… y no todos los cambios de esta línea temporal han sido para mal. ¿O no fue una brillante idea el botón de alarma en los móviles de los protagonistas? Nos sabemos el guion y el manual y es coherente que el espectáculo de The CW tenga que pasar por este punto de giro para llegar a otras cuotas mayores y esperadas por los televidentes. Toca esperar pues y también que aceptemos a “Magenta” como un disfrutable lugar de transición. De momento, Corre, Jesse, corre.
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