Uno de los grandes aciertos de “Agents of S.H.I.E.L.D.” es que sus episodios de transición suelen ser piezas cargadas de diversión, entretenimiento y con un clara capacidad de sorpresas. En el caso de “Let Me Stand Next to Your Fire”, cuarto episodio de la cuarta temporada de la serie de ABC, tenemos un ejercicio para recopilar y unir todos frentes previamente presentados. Sabemos que estamos en una entrega manifiestamente fantástica que viene a rebufo de la introducción de “Dr. Strange (Doctor Extraño)” dentro del encaje del Universo Cinematográfico Marvel y, por extensión, nos hallamos ante esa habilidad del espectáculo de hilvanar todos los largometrajes dedicados al mundo de Los Vengadores. Si bien los inhumanos fueron una pieza que ha servido para catalizar ese nuevo planeta plagado de seres con poderes, ahora llega el turno de Ghostrider y el Darkhold. Tanto fantasmas como demonios son la nueva carne para disfrutar de una premisa que también ha dejado en la recámara a los amos que tiran del collar de los Watchdogs (Perros Guardianes). “Let Me Stand Next to Your Fire” llega para reunificar todos esos frentes y también presentar oficialmente a AIDA entre conspiraciones contra los inhumanos y dar cierto sentido científico a algunas de sus parcelas fantasiosas. Otro de los focos de interés es la relación actual de Fitz y Simmons como una línea de evolución del propio espectáculo y el carisma que despiertan sus personajes. Esos nerds se merecen disfrutar al menos del amor… aunque justicieras en apuros puedan comportarse como la mayor de la okupas. Daisy está tan desesperada y herida que únicamente Simmons puede ayudarla en tan complicados momentos. Ambas van a ser las encargadas de destapar tanto esa conspiración como de recordarnos que aquella que fue Skye, antes de conocer su verdadero nombre, sigue siendo una hacker para una serie que ha reutilizado al personaje como una vigilante con superpoderes. ¿Conseguirá darle Simmons tanto atención médica como el apoyo que necesita para hacer frente a los Watchdogs? Repasemos el episodio.
Ver de vuelta a Daisy trabajando junto a Simmons nos lleva a revelar, entre documentos empapados de sangre, que alguien ha hackeado a SHIELD para hacerse con los datos los inhumanos e iniciar esa caza sin cuartel para acabar con todos ellos. Como Simmons no puede ayudar de manera voluntaria a la ex agente de la agencia debido a los protocolos, Daisy decide hacer una pequeña ‘trampa’ apuntando a su amiga con una pistola. La confianza da asco. La posición de poder dentro de SHIELD de Simmons beneficia que el plan de Daisy para hackear a la propia agencia sea más sencillo. De este modo, ambas mujeres son capaces de conocer el próximo objetivo de los Perros Guardianes… y no es otro que James aka Hellfire. ¿No es casualidad que su guiño la temporada pasada al Motorista Fantasma ahora vaya a dar sus frutos? La cuestión es que su plan para alertar a uno los inhumanos protegidos por SHIELD (y que irónicamente trabaja en una tienda de fuegos artificiales) llevará a Simmons y Daisy a descubrir que James es el traidor que desea la aniquilación de los suyos. Todo lo que pasó por culpa de Hive hizo crecer su odio y desde su reloj localizador aquella mano negra que dirige a los Watchdogs pudo hackear a SHIELD. Daisy y Simmons descubren la verdad demasiado tarde aunque los poderes de Quake y unas balas de la agente científica consiguen alargar el suspense y darnos dosis de acción… ¿Podrán salir de esta o Hellfire desea acabar con ellas de un modo explosivo?
El otro foco de interés de “Let Me Stand Next to Your Fire” son las pesquisas de Coulson y Mack para sacar información a Eli Reyes, que actualmente se encuentra en prisión y nos deja claro que el mundo es un pañuelo (empapado de lágrimas satánicas en el Darkhold). Eli es el tío de Robbie y no creo que sea casualidad que ambos estén emparentados junto al hecho de ese pacto con el demonio que realizó el que ahora es el Motorista Fantasma. Eli está relacionado con la investigación y el incidente del Laboratorio Momentum de Energias Alternativas donde unos científicos jugaron a ser dioses… El episodio desea conectar a Coulson y Mack con Robbie para que tengamos una persecución entre el coche de Ghost Rider y Lola que se resuelve con la inteligencia de aquel que fue el director de SHIELD. No hay nada como el camuflaje y escudo de un Quinjet para frenar (literalmente) incluso al coche del Vengador Fantasma. Y aquí llega la primera jugada argumental del episodio que pasa porque Robbie esté solamente unos minutos dentro del módulo de contención. A Coulson no le interesa desperdiciar su bala más letal y llameante para frenar una amenaza fantasmal imparable. El fuego ha de ser apagado por fuego y el objetivo de Robbie Reyes, al fin y al cabo, es el mismo que el de SHIELD. Es hora de hacer un trato con el diablo y que éste descubra toda la información por parte de su tío Eli. La Dra. Lucy Bower es la responsable de todos los males y sus intenciones pasaban por construir un generador de partículas cuánticas que permitieran generar materia de la nada. Es obvio que todo salió mal y solamente Eli y el esposo de Lucy (Joseph) sobrevivieron. Precisamente Lucy visitará a su marido en coma para ‘sacar’ (fantasmalmente hablando y en plan película de Serie B) toda la información sobre la ubicación del Darkhold de su cerebro… La idea es que sea precisamente Robbie aquel que por su nueva alianza con Coulson llegue a dar con el paradero de Daisy y Simmons y hacer frente a Hellfire en una esperada batalla por el poderío de esa cadena en llamas… Escapando de los nuevos villanos de la serie y dándonos un brillante colofón explosivo repleto de fuegos artificiales veremos también que Couslon ha sido capaz de hacer que Robbie controle el instinto asesino del Motorista Fantasma y que éste deje vivo a James. Al fin y al cabo, al inhumano le va a joder más seguir con vida… Es hora de todos los reencuentros y que Coulson sepa que contar con Quake y Ghost Rider supone un hándicap para tratar de lidiar y frenar a aquellos que desean hacerse con el Darkhold. Hablamos de palabras mayores cuando ni siquiera Whitehall, Cráneo Rojo o Nick Fury pudieron encontrar tan preciado libro maldito…
Por parte de la recuperación de May los escritores tienen la excusa perfecta para introducir a AIDA y perfilar esas últimas pruebas de la propia asiática para ejercer una especie de test de Turing similar a la propiciada en “Ex Machina”. Todo funciona a la perfección, incluso bajo las mentiras piadosas de AIDA a Coulson, hasta que por allí aparece Simmons y detecta al androide sin armas mucho ruido salvo su propia confidencia con Fitz. Sabemos que Simmons tendrá que comentarle muchas novedades al ‘jefe’ y que todo ese material dará sentido a “Lockup” (4x05). A esperar toca pues…
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