Páginas Bastardas

martes, 7 de junio de 2016

The Catch: Shondaland, Shondaland, Shondaland…

Serie de TV
“The Catch”
EEUU
2016

Sinopsis (Página Oficial):

“The Catch” es la nueva serie creada por Shonda Rhimes (“Anatomía de Grey”, “Scandal”, Cómo defender a un asesino) que mezcla con extraordinaria dinámica el thriller policial con el drama romántico y toques de novela negra en torno a una potente protagonista femenina, Mireille Enos (“The Killing”), que da vida a una investigadora de posibles fraudes a compañías de seguros y cuya vida da un giro cuando su prometido desaparece con dos millones de dólares de su cuenta bancaria. Completan el reparto Peter Krause (“A dos metros bajo tierra”) en el papel del estafador Kieran Booth, Sonya Walger (Perdidos, “Parenthood”) como Zoe Taylor, Alimi Ballard (“Hombres de honor”, Fast & Furious 5) como Evan Derringer, y Jay Hayden (“Battleground”, “Mentes Criminales”).

Crítica Bastarda:

Cuenta la leyenda urbano-catódica que si te pones delante de un espejo y dices tres veces «Shondaland» Shonda Rhimes aparecerá a tu espalda para susurrarte al oído alguna indecencia y engancharte automáticamente a su nueva serie.

Y toda regla (y leyenda) tiene su excepción. 

Vayamos a descifrar el éxito (?) de “The Catch” y esa comunión establecida entre ABC y Shonda Rhimes por establecer una habilidadosa franquicia televisiva en la parrilla de una cadena encantada de contar con la creadora. Aparentemente con su nueva aportación, más desde la rúbrica de su productora que desde la autoría, el estilo sigue en su sitio, ya que la serie que protagonizan Mireille Enos y Peter Krause se ciñe a un juego de sofisticación entre pantallas divididas y ritmo a golpe de montaje y banda sonora. Esa carcasa trata de ser parte de un reclamo para ver a gente ‘inteligente y lista’ lidiar con todo tipo de contratiempos equilibrando su ingenio con sus emociones personales. El problema es que ni ese cruce un tanto imposible de Aaron Sorkin escribiendo un libreto para “Dinastía”, teniendo a “Atrapa a un ladrón” de Alfred Hitchcock en mente, acaba de funcionar. Interesa mucho que el conflicto emocional se establezca a través de un cuadro (‘Alone Together’ de Maria Kreyn) siendo el rostro de Benjamin Jones (Krause) el de ese hombre que se fusiona al de la obra, escondiendo su auténtica y sentimental alma al público y compartiendo su calor frente a la mujer que ama. Incluso el propio título del retrato es más sugerente y alegórico que el elegido para representar a la serie, siendo esa soledad conjunto la mejor síntesis del germen más jugoso de la propuesta. 


Por el contrario, olvídese de cualquier concepto hitchcockiano entre esas líneas de glamour y suspense que se solapan y transforman en la crónica anunciada de una peligrosa atracción entre una investigadora de fraudes, que dirige en una sofisticada y prestigiosa empresa de seguridad, y un experto timador. En los márgenes de ese fogoso combustible el territorio Shondaland acaba imponiéndose en esas licencias un tanto ridículas, superficiales y conscientemente cómicas, como si el material acabara parodiando el género que retrata y en especial a “El secreto de Thomas Crown”. Pensemos que citar y/o relacionar series de televisión con «guilty pleasures» debería estar prohibido y, sobre todo, en el cosmos de Shonda Rhimes, donde el pasatiempo muchas veces se confunde con la adicción por un placer culpable. Por el contrario, “The Catch” no deja huella siendo irónicamente la propia trampa de ese universo de la creadora de Cómo defender a un asesino acaba acusando sus propias y caricaturescas licencias, ampliando el truco que tenemos delante de nuestras pantallas. Precisamente nos encontramos ante un espectáculo que únicamente tiene la rúbrica de su estudio, siendo creada por Kate Atkinson, Helen Gregory y Jennifer Schuur y seguramente siendo influenciada por el material de la propia Atkinson (“Case Histories”). “The Catch” tantea también entre el procedimental con los casos de los clientes y de los objetivos del grupo de timadores donde opera el misterioso Mr. X, alejando en sus estructuras ese auténtico génesis representado en el cuadro de Maria Kreyn. ¿Y hay algo más aparte de esa sugerente, peligrosa y fundamental atracción entre sus protagonistas?


“The Catch” no es “Scandal” ni cuenta con una Annalise Keating salvadora sino que su elegancia viene de la mano de la madurez revelada en su reparto, como si el show de ABC deseara ser un homenaje al buen vino a través de la edad de su castin. Lamentablemente aquí todo es fachada y parte de esa carcasa que establece tanto su puesta en escena como montaje entre pantallas divididas y un soundrack afín. Tal vez su alma sea demasiado anacrónica para un público contemporáneo y esa cápsula actual no evita ver que el producto que vende es un simple placebo a esa enfermedad y adicción originada por las más certeras producciones de Shonda Rhimes. ¿He ahí la trampa y el juego de referencia con el propio título de la serie? Christopher Hall nunca existió y la implícita autenticidad de la ficción pasa por ese juego de un cuadro que es una réplica y, al mismo tiempo, reniega de su naturaleza y originalidad. He ahí el propio peligro y vinculación de esos dos personajes que, al menos, han cumplido el objetivo de la renovación para tratar de seducir y engañar (?) a nuevas víctimas. ¿Estamos realmente ante todo un timo? Póngase frente a un espejo y repita conmigo: Shondaland, Shondaland, Shondaland…

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1 comentario:

  1. Me preguno si nos espera un funesto futuro televisivo inundado de series estilo Shondaland?

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