Con “The Edge of Mystery” (2x08) y “A Little Song and Dance” (2x09) “Agent Carter” se acerca definitivamente a su final tras la quema de ABC de sus últimos capítulos y la desidia y falta de interés de los espectadores estadounidenses. Tal vez esa forma de programar el desenlace por parte de la cadena no sea lo que merece una serie tan elegante y distintiva que se distancia del todo a aquello que se emite en la televisión generalista al otro lado del charco. Posiblemente se ha notado que los arcos argumentales para la presente entrega han tenido que adaptarse a una duración de diez episodios frente a los ocho de la primera temporada, aunque no es el motivo real del fracaso en lo que ratings se refiere. Vayamos a divisar la realidad de un show que nació como una serie limitada y que, finalmente, dará pistas sobre “Doctor Extraño” y su Fuerza Oscura. En este par de nuevos capítulos vamos a tener bastantes giros respecto a Whitney Frost y Jason Wilkes tras ese cliffhanger, que dejó hospitalizada a Ana Jarvis después de recibir un disparo en el estómago de la monstruosa villana. Que nadie se asuste porque la encantadora mujer de Edwin Jarvis va a sobrevivir aunque su secuela no va a ser similar a la de Felicity Smoak en “Arrow” sino que no podrá tener hijos debido a las consecuencias de una complicada operación y cirugía. Desconozco hasta qué punto “Agent Carter” está articulando una despedida de Edwin, recreando en ese flashback la primera vez que Jarvis recibió una llamada de Peggy pidiendo un favor y la confirmación a su esposa que no era otra ‘mujer más’ de Stark. Ese toque de distinción en los libretos también se modula en la secuencia en la que Rose recibe los objetos para el cuidado de la convaleciente Ana por parte de Jarvis. Más tarde descubriremos que ese elemento que causó la conmoción de Rose era el propio testamento escrito a mano de Jarvis, como si la propia indecisión ante el destino de la serie se viera también aquí reflejado. La idea también es que veamos a un Jarvis más vengativo y violento frente a esa monstruosa amenaza mientras que Peggy Carter se erige como bastión moral de la justicia y va a tener que sufrir las decisiones de otros hombres a su alrededor… Prepárense porque vamos a tener curvas.
En “The Edge of Mystery” (2x08) tenemos muchas decisiones egoístas de los personajes masculinos. Jarvis está dispuesto a arriesgar su propia vida (y la integridad de sus compañeros) con tal de resarcirse de Frost. El resto del equipo (Sousa, Thompson y ese toque de humor a través del Dr. Samberly) decide rescatar al Wilkes, que va a sufrir una transformación de héroe a pseudo-villano gracias a la intervención de esa diabólica científica que desea reconducir a su homónimo afroamericano al descubrimiento de ese regalo que no maldición. Evidentemente en el trato están las famosas barras de uranio que permitirían a Frost crear la anomalía y brecha entre esos dos mundos… Peggy hace su jugada a la perfección y el rescate es satisfactorio aunque no cuentan con un cambio de bando del científico, capaz de apuntar a Peggy con una escopeta y facilitar a través de los sentimientos de Sousa su ‘liberación’ y descubrimiento del paradero del uranio del deseo. No va a ser el único palo que va a recibir Carter… que aquí revela de nuevo la gran interpretación de Hayley Atwell ante el egoísmo de los hombres a los que ama y le rodean, dejando entrever que Sousa es el único afín aunque también su ingratitud respecto a la ‘posesión’ de Peggy le hace perder el rumbo moral. “The Edge of Mystery” (2x08) tantea con el suspense, el drama y el humor gracias a ese gánster que interpreta Ken Marino. Todos esos elementos acaban conduciéndonos a los villanos reproduciendo el incidente tras hacerse con el uranio y los ‘buenos’ utilizan un cañón de rayos gamma capaz de anular e incluso destruir a esa ‘Zero Matter’. Wilkes comienza a escuchar las voces de las que Frost le hablaba y será ‘llamado’ por ese otro mundo al que se dirige levitando. Frost no puede tener todo en la vida y no será la elegida… Al menos, Manfredi ofrece un contrapunto romántico. Jarvis irrumpe para disparar a quemarropa a Madame Máscara pero evidentemente sus poderes lograr regenerar sus tejidos. Carter y Jarvis será golpeados para dejarles inconscientes y los planes de Frost son dejarles con vida para así manipular a Wilkes que regresa, tras el impacto del cañón de rayos gamma, de ese otro mundo oscuro con el que tanto están jugando los guionistas para dar pistas sobre “Doctor Extraño”.
En “A Little Song and Dance” (2x09) el prólogo hace referencia a su título, utilizando la inconsciencia de Peggy Carter para plasmar un musical onírico de Broadway que revele le desconcierto y dudas de la heroína. En realidad, esa secuencia colorista y alegre esconde el conflicto del personaje principal, acentuado por una discusión con Jarvis en el que sale a relucir que todo aquel que rodea a Carter muere. En ese territorio también los productores puede utilizar cameos de la primera temporada como Angie (Lyndsy Fonseca) y dar una vuelta de tuerca al propio tono y género de la serie, aunque deje entrever la oscuridad de la que se está apoderando el contexto del personaje. Interesa precisamente no ver la facilidad con la que Carter y Jarvis escapan del camión donde son transportados sino su mecánica para enfrentarse a sus decisiones pasadas. El egoísmo, el lado más funesto de toda aventura y, sobre todo, el lamento de ambos por aquellos que han caído o han sufrido por su causa. Tras la catarsis, Jack Thompson cobra especial protagonismo al salvar a Sousa y al Dr. Samberly con una alianza con Vernon Masters para acabar definitivamente con Frost. ¿El problema? ¡Nadie avisó a Peggy desatando su furia sobre esa víbora corrupta que ahora dirige el SSR! Aplicando el lema de los enemigos de mis enemigos son mis amigos, Thompson esconde una agenda oculta en sus acciones al revelar la traición a Frost para acabar con dos pájaros de un tiro bajo la seducción y ganarse un puesto del Consejo de los Nueve. Su idea es entretener a ambos para cambiar el dispositivo de rayos gamma por una bomba a control remoto y destruir el lugar con ellos dentro… sin importarle Wilkes o cualquier otro daño colateral. El paso al lado oscuro de Thompson contrasta con los intentos de Carter de hacer lo correcto e incluso salvar a Wilkes, que cada vez está más cerca de ceder al poder de la Materia Zero que alberga en su interior… Nada, no obstante, va a suceder como esperaban todos. Sousa y Samberly neutralizan el campo de acción del interruptor de la bomba de Thompson y éste no se lo va a tomar demasiado bien generando el inminente enfrenamiento con Carter. El problema es otro. Wilkes declinó la ayuda de Peggy y se dirigió al enfrentamiento directo con Frost y ésta, mientras tanto, no destruyó a Vernon Masters con sus poderes sino que desea moldear al mundo a su forma. Poco importa la bomba y la doble traición porque Wilkes irrumpe en el lugar para explotar… literalmente… haciendo que el fundido a negro confirme ese tono más oscuro de la propuesta, propulsando todo hacia el season (y series) finale. De momento —y a la espera de las respuestas que nos ofrezca “Hollywood Ending” (2x10)— estos dos nuevos capítulos destacan por su notable puesta en escena y sus planteamientos dramáticos en lo que dirección se refiere gracias a estupendos encuadres que comprimen esas emociones tan rocambolescas que estamos viviendo. Aunque creo que todo se resume en ese genial «¡Haz lo que diga Peggy!» porque, al fin y cabo, ella es la absoluta diosa de una serie infravalorada hecha a su medida y estilo.
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