Me gusta imaginar que “The Big Bang Theory” nos habla en sus diálogos y argumentos como si estuviera sentada en el diván explorando sus traumas y conflictos. La sitcom de CBS conoce el éxito al dedillo pero su octava temporada está formalizándose como la más floja que se ha emitido hasta el momento. El problema es que la competencia la puede comenzar a dejar como un florero en las alfombras rojas al servicio de los vestidos de Kaley Cuoco o alguna nueva nominación esporádica de Jim Parsons. “The Fortification Implementation”, vigésimo episodio de la presente entrega de ‘Big Bang’, llega para lanzar nuevas y tremendas dudas. No sabemos si los guionistas ante la muerte de Carol Ann Susi —y la consecuente defunción de Debbie Wolowitz— han replanteado las tramas alrededor de Howard Wolowitz. La idea es retomar el concepto y emociones sobre su padre con la llegada de un familiar inesperado… Puede que sea un ejercicio de re-escritura del show sobre la marcha pero el problema es que, de momento, no está funcionado y se desconoce si funcionará porque prácticamente ya nada funciona salvos excepciones y una pequeña terna de episodios. Es hora de repasar un capítulo que nos deja claro que las imágenes animadas de internet deberían llamarse ‘jifs’ y no ‘gifs’ aunque ya con Vine el formato haya evolucionado hacia el vídeo… animado. Es hora de recapitular las sensaciones que nos ha dejado “The Fortification Implementation”.
Tres tramas y tres frentes abiertos. Sheldon queda completamente deprimido conmocionado al descubrir que invitaron a un grupo selecto de científicos a un simposio para el fin de semana que se hará en la antigua casa de Richard Feynman. ¿El problema? Que él no está en la lista… pese a ser un científico de élite. El Dr. Cooper es insoportable como persona y ser humano y es precisamente el consuelo que le queda para satisfacer esa posibilidad que inquieta su alma: puede que no sea tan bueno ni aporte a la física nada más allá de una sitcom de éxito mastodóntico e internacional de 10 temporadas con un personaje para el recuerdo de la televisión del Siglo XXI. Pero por ESO no te dan un Premio Nobel… De momento, 1 Globo de Oro, 4 Emmys y 2 Critics Choice Television Awards… La cuestión es que, de nuevo, “The Big Bang Theory” da la impresión de leerse y ese físico que desea que un gran meteorito asole a toda la competencia pudiera plasmar los deseos de Chuck Lorre y Bill Prady de desquitarse de todas esas grandes comedias (y dramedias) que han dejado a su show en paños menores y fuera casi ya de cualquier invitación a codearse con la élite. ¿Deberían esforzaren por ser mejores? Al igual que Sheldon nos queda su berrinche de un bebé maléfico sin pañales y con la novia más compresiva y virgen de la historia de la ciencia. ¿A grandes remedios, grandes males?
El papeleo con la casa de Debbie ha provocado que el abogado de Howard tuviera que buscar a su padre para que firmara supuestamente la concesión del título de propiedad. Howard no quiso saber nada de él: ni verle, ni hablarle, ni siquiera conocer su paradero. El problema es que la otra familia que tiene Sam Wolowitz no ha sido ajena a tal situación. Josh (Matt Bennett) aparece en ese dulce hogar para conocer a su medio-hermano… sin ninguna intención oculta, aunque debiera ante tanta laguna argumenta. ¿Y dónde está Emily? Estudia oceanografía en San Diego y la trama es floja e insípida salvo en sus recursos del pasado para revivir el sexo que tuvo Howard con un robot… o mano mecánica. Los guionistas van a utilizar el vicio en el ADN familiar para confirmar que Howard se alegra de haber encontrado a su hermano y puede que sea el punto de partida para el reencuentro paternal. NO NOS IMPORTA. ¡Queremos de vuelta a la mano mecánica! “The Big Bang Theroy” debería cambiarse el título por “Rugrats: Aventuras En Pañales” con Penny haciendo de Angelica Pickles. ¿Son todos los personajes bebés egoístas? Más o menos… El odio de Sheldon acaba haciendo que vuelva a ese diván y regresión hacia su infancia y retomando cómo su hermano y hermana le negaban la entrada a esos fuertes que construían en el salón. El Acuerdo de Relación va a encontrar sus resquicios en falsas sonrisas y una suspensión… ¿indefinida? Poco interesa el duelo de fuertes y saber si Fuerte Knox, Fuerte Ticonderoga, Fuerte Sumter y Fuerte Cómodo McCobijas era el mejor y más completo. Llegamos a la revelación… y avance de tortuga. Qué suenen los redobles. Ese poderoso salto en la relación se halla en esa primera fiesta de pijamas entre Sheldon y Amy. El problema sigue siendo el mismo: la calificación por edades. Ni para todos los públicos, ni para mayores de 13 años con algunas escenas podrían ser muy intensas para los espectadores más jóvenes. No, nos vamos a un para todos los públicos con una advertencia para las familias con bebés y niños pequeños. Me gusta que de “The Big Bang Theory” sepa leerse a sí misma pero no me gusta las lectura en sí, ¿se me entiende? Lo dicho: ¡queremos de vuelta a la mano mecánica para que ayude a Sheldon a montar su virginal yegua!
Las apariciones de Wil Wheaton en ‘Big Bang’ suelen aportar situaciones divertidas y, ahora, que es íntimo de todos los chicos (incluso ex compañero de reparto de Penny) decide ‘utilizar’ a la rubia para un podcast acerca de ‘Monosino Serial 2’. Me gusta más su título original: Serial Ape-ist 2. Penny, en su idiotez habitual, pensaba que esa cosa de nerds era un acto del inframundo que no escuchaba nadie pero la realidad es más gratificante. Miles de personas lo escuchan en directo y acertadamente el show va a reciclar las ansías uterinas de Penny por convertirse en actriz y estrella. La cuestión es que la intervención en el podcast de Kevin Smith, prestando su voz, va a reactivar esos sueños en forma de audición. Leonard pasa a la defensiva para proteger el corazón de su futura mujer pero la realidad es más envenenada: Penny gana el doble que él. La mitad de su vida en la escuela, un doctorado, deudas pendientes por los préstamos universitarios… y su ex gorrona vecina camarera al final fue la más lista de todos ellos. ¿Las rubias son tontas? Los nerds, ciertamente, son los tontos y menos ahorradores debidos a pagar sus vicios más caros que la heroína. Con el éxito de “Sharknado” —y por extensión de la saga ‘Serial Ape-ist’— es interesante que Penny quiera volver a ser la reina de la interpretación del cine cutre… ¿Incluido una nueva película de Kevin Smith? ¿ESE era el chiste del episodio o no me he enterado bien?
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