Community (6x03) Basic Crisis Room Decorum: Episodio 100

¿Nos asustamos o nos ponemos ya en modo paranoico? El tercer capítulo de la sexta y deseada temporada de “Community” tendría que ser una celebración para todo fan de la serie creada por Dan Harmon… y hasta aquí puedo leer. “Basic Crisis Room Decorum” ha producido un arqueo de ceja generalizado en gran parte de la audiencia. ¿Podría ser (infinitamente) mejor o tampoco podemos pedir a la comedia de culto, resucitada por Yahoo TV, mucho más a estas alturas? Los guionistas han ideado una gran crisis para juntar a todos los personajes y probar la nueva mecánica grupal de esa comunidad a la que se han unido Elroy Patashnik y Frankie Dart. Y es que Greendale vuelve a estar en peligro y un comité de emergencia se reúne en plena madrugada ya que City College va a emitir mala publicidad sobre ellos a las siete de la mañana. Tienen poco más de cuatro horas. ¿Podrán llegar a tiempo para contraatacar tal brutal anuncio? ¿Que la competencia descubra que Greendale licenció y dio un título a Ruffles, un cruce de Staffordshire Terrier, es la mayor de las burradas de una serie acostumbrada a distopías y locuras colectivas? Lo que podría ser un homenaje a ‘La perra de las galaxias’ de Francisco Ibáñez ha quedado en capítulo demasiado irregular y mucho más flojo que “Ladders” (6x01) y “Lawnmower Maintenance & Postnatal Car” (6x02). ¿Nos asustamos o nos ponemos ya en modo paranoico? Repasemos “Basic Crisis Room Decorum”.

El episodio 100 trata ese escándalo de Greendale que puede suponer un arma para la competencia. De entrada, la titulación de Ruffles no deja de ser un material surrealista y digno de un episodio de “Rick & Morty”. La cuestión tal vez era lanzarse a algo loco en ese campus en el que nadie llega a graduarse… salvo seres en cuadrupedia. «Necesitamos pizarras, corchos, portátiles. Muchos relojes con horas distintas, un teléfono rojo, un gran mapa en la mesa con pequeños tanques nazis y/o un Godzilla». El gabinete de crisis está servido y los personajes se dividen en varios frentes abiertos y Jeff saca su vena de abogado del diablo, siendo respaldado por Frankie y abriendo una división ética en Annie. Puede que “Basic Crisis Room Decorum” debería explorar otros frentes como ese vídeo porno que trata de grabar Chang en el campus de City College como parte de su plan de acción. La crítica artística de Abed no es opcional. Tal vez esa Britta caga-pantalones, con efectos de una borrachera, debería dar más juego… así como ese momento clip… O su compañía con Elroy, al que todavía no hemos cogido el punto. Entre calumnias, perras y guerras de anuncios y contrapublicidad, Annie quiere dar una lección decorosa a City College en ese juego de humillación. ¿Lo conseguirá o esa otra batalla al otro lado de la pantalla con el tele-internet-vidente está perdida?

Que el Decano Pelton mantenga un affaire con Jeff por WhatsApp y esté siendo trolleado por unos nipones, no deja de marcar ese sentido y sensación de capítulo con ideas pero irregularmente ejecutadas. Aceitunas aparte, Annie y Frankie hallan el expediente de Ruffles. La perra ‘estudió’ en Greendale pero nunca se graduó… Al fin y al cabo, ¿quién puede ir a estudiar a una universidad tan loca donde hay una asignatura dedicada a las escaleras? Greendale no tiene valor académico pero sí humorístico y dentro de “Basic Crisis Room Decorum” la mejor frase del conjunto está dedicada a esa perrita emprendedora e inteligente: «Dios mío, mira cuántas clases. Esta perra era un animal». Así que vayamos a ese dilema en el que ese anuncio de City College estaba equivocado peor no andaba desviado. Mientras que el resto del grupo se posiciona a favor de la estrategia más ofensiva, Annie desea aceptar con resignación el ataque. ¿La auto-destrucción tiene sentido? Tal vez por eso los guionistas hayan pensando en una solución intermedia para salvaguardar esa universidad de difamaciones de perros, trampas y chanchullos… El anuncio final de Greendale acepta la crítica y abofetea al mismo tiempo a la competencia. 

Ruffles es, además, una perra de ladridos tomar aunque considero que la auténtica historia del capítulo era la búsqueda en tiempo récord de tan prodigioso e intelectual can. Tampoco el conjunto encuentra una coherencia en ese decano que prefiere vivir atrapado en la mentira tras revelar el adolescente de Tokio, llamado Takashi, que no es ese Jeff con voz virtual. Si el sentido de “Basic Crisis Room Decorum” era que ese joven encontrara en todo ese absurdo el instante que diera significado a su vida para convertirse en Ioban, el líder más grande de los Yakuza, no encuentro la coherencia… O lo que es lo mismo, ese gran vínculo perdido con los grandes episodios-botella del show amparados en la relación ‘cooperativa’ de todos los personajes como “Cooperative Polygraphy” (5x04) y “Cooperative Calligraphy” (2x08). Esperemos que a la cuarta y al 101 vaya la vencida. Marca “Community”.

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