Después de “Penguin's Umbrella” (1x07), el mejor capítulo emitido hasta la fecha, “Gotham” trata de recomponer su universo con las pocas funcionales piezas que tiene a mano. Dar el protagonismo a James Gordon era inevitable para formular un policíaco que sirviera de introducción al resto de los personajes del imaginario de Batman y dotara de sentido la infancia de Bruce Wayne. Otra cuestión es que la interpretación de Ben McKenzie provoque vergüenza ajena y que el interés se encuentre en los secundarios con Oswald Cobblepot y Fish Mooney como reyes de la función. Interesa la evolución del joven Bruce Wayne y su inminente vinculación Selina Kyle, que regresa a la serie y vida de Gordon al ser arrestada por robar una tienda en plena luz del día con un buen par de ovarios. Sí, típico de la serie. También llama la atención toda esa construcción de los villanos en personajes actuales como Edward Nygma o la apremiante llegada a Gotham City de Harvey Dent. Puede que tanta sobredosis de referencia, para poder sobrevivir en el mundo viral repleto de noticias, acabe bajando con el tiempo su propio factor sorpresa. No es que sobre o falte algo, simplemente son piezas necesarias para mantener el interés de una propuesta bastante irregular que trate de camuflar su peor versión mediante sus mejores y más acertados personajes. El presente de la serie de FOX es “The Mask”, octavo capítulo de su primera temporada.
No es que estemos ni ante la mejor ocurrencia de la temporada ni ante el peor de sus desastres, aunque el chorreo de MEMEs y cachondeo catapulta la propuesta a ser una de las mejores comedias de la temporada. La trama episódica se centra en un homenaje a “El club de la lucha” en el que se suma la esencia de ‘Wall Street’ para que veamos batallas a vida o muerte con uno de los villanos más descuidados de la serie hasta el momento. A Richard Sionis (Todd Stashwick) no le hace falta esconder su colección de espadas, armas, máscara ni mucho menos sacar de la boca de unas de sus víctimas el pulgar de uno de sus empleados. Al parecer, la policía de Gotham es la más incompetente del país… ya que Sionis llevaba tiempo cometiendo sus fechorías. En realidad, es una trama para que Bullock lance uno de los discursos más barriobajeros a sus compañeros por la crisis (de vergüenza y cobardía) en la comisaría tras abandonar a Gordon en el capítulo anterior.
Gordon en el presente episodio toma cumplida venganza enchironando a uno doctor clandestino que suelen utilizar sus compañeros. Ciertamente nos regala el momento más cómico y MEME del episodio:
Por otro lado, Sarah Essen también quiere lidiar con su trauma tratando de salvar a James… aunque la situación sea tan ridícula como absurda… que encima Essen no ayuda a nada ni a nadie. En fin, vergüenza ajena en 3, 2, 1… FAIL!
Podríamos resumir los intentos románticos de la serie en ese quiero y no puedo gracias al perchero-jarrón que es Barbara Kean y sus conflictos uterinos en la crisis sentimental más idiota de las series de televisión de 2014. Que si me quedo, que si me voy… que si me quedo, que si me voy… En fin, complejo ‘Gran Hermano’. Para colmo, Gordon llama en el último suspiro para que en esas ironías del absurdo existencial Barbara esté saliendo por la puerta… dejando el sobre con sus motivos. ¿Y qué motivos? El encuadre muy bonito. Ains… ¿Es que no se ha dado cuenta Barbara que su novio estaba protagonizando la versión tróspida de “Fight Club”?
Lo de Bruce y Alfred también es para mear y no echar gota. Las críticas por la elección de Sean Pertwee para interpretar a Alfred Pennyworth estaban centradas en que parecía un matón y portero de un pub irlandés. Bien, ahora vamos a conocer a qué fue debida tal decisión. Las aventuras en la escuela de Bruce se saldarán con un bully que falta el respeto a los padres asesinados de futuro Batman. Una bofetada a ese sociópata le valió a Bruce una paliza aunque la trama argumental simplemente nos confirma que Bruce está más cabreado que Hulk. Pensaba que el joven Wayne iba a ser más cerebral para proyectar sus pensamientos y planes de un modo más inteligente y menos físico. Por ejemplo, si en esas escaleras donde fue acosado hubiera hecho un cover, bajándose los pantalones en modo cagado, de 'Don't Be A Bully' de Jonah Takalua (la mejor aportación “Jonah from Tonga”) otro gallito hubiera cantado...
Este Bruce Wayne quiere repartir leches a mansalva. Sus deseos de violencia le llevan a tomar su venganza gracias al uso del reloj de Thomas Wayne, como puño americano, para dar su merecido al matón en la misma puerta de su casa. Paliza patrocinada por Alfred, que ejercerá de Chuck Norris y entrenará la bestia. En fin, más MEMEs que esto es la guerra.
El enfrentamiento entre Oswald Cobblepot y Fish Mooney cobrará otra dimensión al apuñalar la mano del Pingüino la pantera de Gotham. Fish no podrá perdonar nunca a Oswald pese a la tregua entre Falcone y Maroni, utilizando un broche que amablemente le regala su antiguo ayudante para saborear su sangre… Sí, esas gotas de sangre que se podían derramar en la paz del crimen organizado. Seguramente Fish vio “Drácula, de Bram Stoker” y se sintió tentada por probar la sangre... aunque ésta sea de un pingüino.
Toda esa otra guerra secreta entre los futuros líderes del crimen organizado de la ciudad sigue su particular partida de ajedrez. Da la impresión de que Oswald acude a su madre ya que le proporciona ideas para sus maquiavélicos planes y aspiraciones. Gertrude Kapelput, en su pensamiento de que su pequeño es acosado por los matones de colegio, ofrece soluciones lógicas a los problemas que se encuentra El Pingüino en cada dilema para alcanzar el poder. Evidentemente su sustituto en la organización de Mooney tiene que poner la oreja tanto como él lo hacía en el pasado. El secreto de de Fish es Liza AKA Greta La Gremlin y su misión es conseguir algunas páginas de El Libro Gordo de Petete de Falcone. No sabemos si Liza quiere seguir el peligroso juego, se ha enamorado de ese señor poderoso que la trata como una amante, sirvienta, cocinera y madre o no se ve demasiado en ese nuevo papel que la convierte en una versión tróspida de “Alias”… La realidad es que la trágica historia sobre la vida y milagros de Fish es tan falsa como su flequillo y El Pingüino ya sabe que una rata se encuentra cerca de Falcone. Solamente le queda saber que es de color verde y utiliza brillo de labios de kiwi. ¡POR FAVOR, que no acaben con Greta! ¡Es la mejor!
Toda esa otra guerra secreta entre los futuros líderes del crimen organizado de la ciudad sigue su particular partida de ajedrez. Da la impresión de que Oswald acude a su madre ya que le proporciona ideas para sus maquiavélicos planes y aspiraciones. Gertrude Kapelput, en su pensamiento de que su pequeño es acosado por los matones de colegio, ofrece soluciones lógicas a los problemas que se encuentra El Pingüino en cada dilema para alcanzar el poder. Evidentemente su sustituto en la organización de Mooney tiene que poner la oreja tanto como él lo hacía en el pasado. El secreto de de Fish es Liza AKA Greta La Gremlin y su misión es conseguir algunas páginas de El Libro Gordo de Petete de Falcone. No sabemos si Liza quiere seguir el peligroso juego, se ha enamorado de ese señor poderoso que la trata como una amante, sirvienta, cocinera y madre o no se ve demasiado en ese nuevo papel que la convierte en una versión tróspida de “Alias”… La realidad es que la trágica historia sobre la vida y milagros de Fish es tan falsa como su flequillo y El Pingüino ya sabe que una rata se encuentra cerca de Falcone. Solamente le queda saber que es de color verde y utiliza brillo de labios de kiwi. ¡POR FAVOR, que no acaben con Greta! ¡Es la mejor!
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