Se sea fan o hater, hay que reconocer que tanto “The Locomotion Interruption” (8x01), “The Junior Professor Solution” (8x02) como “The First Pitch Insufficiency” (8x03) (¿y lo que queda?) han conformado el comienzo más flojo de la historia de “The Big Bang Theory”. La vuelta de Sheldon Cooper tanto a las vidas de los protagonistas como a las nuestras no ha supuesto ningún tipo de revulsivo salvo sus cansinos y lentísimos planteamientos en estas tres temporadas que nos quedan… como poco. Si muchos señalábamos dónde se encontraba Emily Sweeney, la novia de Raj, este capítulo va a hacer las presentaciones oficiales y la mecánica que va a llevar dentro del grupo. ¿Podrá tolerar la dermatóloga a Sheldon? ¿Habrá roces o malos rollos debidos a ese estudio de la Universidad de Oxford, al que apunta el Dr. Cooper, sobre el precio (perder uno o dos amigos) por tener una pareja? “The Hook-up Reverberation”, cuarto capítulo de la octava temporada de ‘TBBT’ va a jugar con un elemento del pasado de la serie que no es otro que esa noche loca en la que Penny y Raj se enrollaron. ¿Qué pensará de todo eso Emily? ¿Tendremos pelea de gatas y ese tono choni-vodevil habitual en la sitcom? Repasemos pues, el último episodio basado en chistes de nalgas, pelo cual patos enfangados en petróleo y muchos (pero que muchos) cómics.
He decidido que en esta review solamente hablaré de los bueno de la actual “The Big Bang Theory”, por lo que será bastante corta. A nivel argumental, Penny siente que no ha caído bien a Emily y, después de 859 minutos pelando la pava, saldrá la verdad: Emily conoce su relación (y hook-up) con su novio y el duelo de gatas está servido. El nivel es choni a lo ‘MHYV’. Ups, que había prometido hablar sólo de lo bueno… Aunque, ¿no debería ser un halago en estos tiempos? Recordemos que Raj y Penny no tuvieron relaciones sexuales pero hicieron todo lo demás, algo que la atractiva dermatóloga no soporta. Raj tampoco es tonto y quiere montarse un trío… en sus sueños que esperemos los guionistas plasmen en un momento bollywood rememorando sus conexiones con Bernadette. Por mucho que traten de arreglarlo tanto Penny como Emily, al final, se odian. La una a la otra. La otra a la una. ¡Yo también os odio! En el buen sentido de la palabra, claro.
“The Hook-up Reverberation”, por otro lado, nos revela que la compañía de seguros no le ha dado a Stuart suficiente dinero para reabrir su tienda de cómics y, recordemos, sin la tienda de cómics no hay “The Big Bang Theory”. Los chicos quieren ayudar e invertir entre todos y surgen toda clase de ideas locas utilizando verrugas genitales y ‘secuestro’ ¿consentido? de niños con furgonetas y dulces. Que nadie se asuste ya que todo queda resumido en el diálogo entre Amy y Sheldon:
¿Puedes imaginarte cómo es que un adulto, un científico consumado, que invierte en una tienda que vende libros con imágenes de hombres volando en ropa interior colorida… podría estar desperdiciando sus recursos financieros e intelectuales?
Evidentemente Sheldon no se lo puede imaginar, del mismo modo que Howard descubrir que la Sra. Wolowitz fue aquella que invirtió en la tienda de su nuevo ‘bebito’. Los celos y el odio del judío emergen de nuevo y la moraleja de la “The Hook-up Reverberation” es que los chicos sueñan con ese lugar —donde se pueden sentar, leer cómics en paz en sus asientos cómodos y comer golosinas— pero no se han dado cuenta (todavía) de que se encuentran en el mismo. 20 minutos. Fin. ¿Más basura? El capítulo no me ha parecido tan mediocre como los anteriores dejando entrever que la tienda casposa de Stuart tenía más encanto que aquella que vemos de diseño. La fiesta en la casa del tercer cerdito, el chiste de ‘Juego de Tronos’ y el pelo similar a un pato atrapado en petróleo pudieran salvar 3 minutos de los 17. ¿Fin de la cita? Voy a repasar mentalmente más cosas que me han podido gustar...
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NO, nada más.
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jajajja
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