La cuarta temporada de “Homeland” ha revelado sus credenciales, su potencial y nueva identidad. Ahora es el momento de elegir un posicionamiento sobre aquello que hemos ganado y perdido dentro de la evolución de dos entregas que la situaron en ‘El Olimpo’ de las series de televisión y una tercera que incentivó todo tipo de críticas hirientes. Seamos francos, Dana Brody se ganó a pulso su condición de odio por parte de millones de ‘haters’ que convirtieron a “Homeland” en su objetivo predilecto. La realidad, no obstante, es que la serie estrella de Showtime perdió el peso en cuanto referencia a Emmys/Globos de Oro/Listas de lo mejor del año por medios especializados… y ese largo etcétera. Estamos ya asentados en su cuarta temporada, Carrie Mathison quiere reinventarse sin Nicholas Brody y la ficción busca un reemplazo entre ese juguete roto que representa Peter Quinn y la nueva incorporación interpretada por Suraj Sharma (Aayan Ibrahim). No es su única arma sino replantear un escenario y lucha entre la CIA y el ISI con una conspiración de fondo y un juego de replicantes gracias a Carrie y un nuevo fichaje encarnado por Nimrat Kaur (Tasneem Qureshi). Los tejemanejes de los servicios de inteligencia van generar todo tipo de situaciones de suspense, intriga y giros argumentales. Olvídese de la paranoia y entramos en la moralidad como nuevo esquema que se amolde al dramático. Esta es la nueva “Homeland”, tómela o déjela. Es hora de repasar “About a Boy”, quinto capítulo de su cuarta temporada.
El asesinato coordinado de Sandy Bachman (Corey Stoll) —víctima de su contacto secreto que le proporcionaba información de objetivos terroristas pero, al mismo tiempo, intercambiaba su valioso material clasificado con toda clase de agencias de inteligencia— ha provocado una cadena de sucesos, donde Carrie es la nueva jefa de estación de Islamabad y tiene un equipo propio (secreto e independiente con una Fara aprendiendo la profesión) que ha investigado tanto a Aayan Ibrahim —el sobrino de Haissam Haqqani y el objetivo de la CIA, que provocó la muerte de numerosos civiles en ese ataque coordinado por Carrie tras el chivatazo del contacto de Sandy— como al agente que está utilizando el ISI en sus trabajos de campo, el matón Farhad Ghazi. Saul se encargó de menear el avispero… y olvídense de una imagen estereotipada de los servicios secretos paquistaníes. La nueva generación de espías son jóvenes y sexys como Tasneem Qureshi (Kaur) y Aasar Khan (Raza Jaffrey) y también inteligentes. Vimos cómo Tasneem presionaba a la ‘rata’ que le daba la información a Sandy, el Profesor Dennis Boyd (Mark Moses) y esposo de la embajadora Martha Boyd (Laila Robins). Tasneem tiene una misión para Dennis mientras que Carrie desea captar y reclutar al joven Aayan al quedar descubierto que su tío sigue con vida y era aquel al que quería dar los medicamentos. Hay una gran conspiración sobre un fondo con tintes de cine negro y espías mientras los dos servicios de inteligencia despliegan las piezas de su peculiar partida de ajedrez. “About a Boy” va narrar sus avances sin olvidar esos personajes como John Redmond (Michael O'Keefe) que pueden ser claves en el desarrollo de la historia.
Carrie sabe que para reclutar a Aayan en tan poco tiempo va a tener que utilizar sus venenosas armas pero, de momento, el sexo todavía no ha inclinado la balanza moral del intoxicado muchacho. Sí, Carrie es una víbora y desea que el propio Aayan —atrapado en las redes del ISI y la CIA— le revele que su tío sigue vivo como prueba de confianza. Fara y Quinn van a trazar la línea paralela a los movimientos de la operación de la CIA y ese grupo que opera con el desconocimiento de la embajada. Ambos serán los agentes que observen los movimientos de Haqqani y el ‘clérigo’ con el que fue visto. En la embajada sabemos que Dennis tiene una misión impuesta por Tasnee, con una misteriosa llave como única referencia, mientras que Saul es puesto al día por Carrie y saldrá del país. Sabemos que Saul conoce perfectamente aquello que está haciendo su discípula para reclutar a Aayan pero opta por el silencio como precio para seguir trabajando en esa adictiva necesidad. El escenario es presentado rápidamente en “About a Boy” y vamos a tener un avance en ambas sendas argumentales con muchas dosis de intriga y suspense. Queda claro que los guionistas van a formular la (gran) conspiración en la recta final de la temporada y, de momento, vamos a ir unificando sus historias. Por ejemplo, Dennis es una pieza clave para entender los planteamientos del ISI y su cambio de planes no arregla sus asuntos maritales. Martha está demasiado preocupada por la crisis de su relación (y los intentos de su esposo por abandonarla) para darse cuenta del lío en el que realmente está metido. Vamos a descubrir rápidamente que la llave que le dio Tasneem a Dennis es para acceder al apartamento de Carrie pero decide, en el último suspiro, no entrar en el interior. Sus penas serán ahogadas en alcohol y su esposa sospecha de algo… Será Redmond aquel al que Martha deposite su desconfianza y, en una charla de barra de bar, da la impresión de que la ‘rata’ pudiera confesar. No obstante, Tasneem está allí también y les interrumpe. Ella siempre va a estar allí y Redmond la identifica como una agente del ISI, dinamitando la confesión de Dennis, haciendo que utilice su borrachera y la imagen que tiene su esposa actualmente de él (de ‘loser’) para darse cuenta de que tendrá que ‘colaborar’ con el ISI. Descubriremos su misión: proporcionar a los servicios secretos pakistaníes todo aquello que puedan utilizar contra Carrie Mathison. Su hija y su medicación parecen suficientes… aunque seamos francos:
1) Si matan a la hija de Carrie, ésta lo celebrará completamente aliviada. Mandará una carta de gratitud al ISI confesando su agradecimiento y finalizando con un «Ya traté de ahogar yo en la bañera a ese bicho feo que me recordaba tanto a mi Brody, a mi HAMOR».
2) Si la cambian su medicación, Claire Danes podrá volver a hacer sus balbuceos y tener sus momentos de loca desquiciada para ganar un nuevo Emmy. Mandará igualmente una carta de al ISI confesando su gratitud y finalizando con un «Gracias por hacer lo que pedían muchos fans de la serie y mi propio ombligo. ¡GRACIAS!».
Hay otro factor que puede desestabilizar todo el asunto y no es otro que los servicios secretos pakistaníes saben que Saul fue mentor de Carrie y está siendo utilizado por ésta. Deciden hacerse con él en el aeropuerto con la ayuda de Ghazi y utilizando el doble juego del anzuelo. Saul informa a Carrie… pero está demasiado ocupada tirándose al niño de “La vida de Pi”. Comunica a Quinn del vuelo a Johannesburgo de su objetivo y tienen activos para seguirle la pista cuando aterrice… pero todo se trata de un anzuelo para engañar al anciano en los baños y regalarnos un momento Dexter Morgan. Una aguja hipodérmica dejará noqueado a Saul y le sacarán del aeropuerto en silla de ruedas como una vieja folclórica sin que llame mucho la atención con esas barbas a lo Gandalf. Esta línea argumental se va a sumar a la propiciada por ese ‘clérigo’ que sale de su residencia hacia un coche para que Quinn y Fara tengan su momento de tensión en su seguimiento. Carrie no está allí para responder a los intentos de Quinn de tener una vigilancia aérea del sujeto ni tampoco Fara puede colocar un rastreador GPS. Han perdido la pista y veremos que en el maletero del coche del ‘clérigo’ se encuentra Saul amordazado. ¿Y la víbora de Carrie? Chingando, chingando… solamente chingando, chingando, soltando lágrimas de cocodrilo en pleno orgasmo y mentiras a tutiplén. Sí, sí… Brody fue un periodista que murió cubriendo una historia. Sí, sí… periodista, el que mi chichi probó cuando era terrorista. Sí, sí. Recordemos que el planteamiento de esta nueva “Homeland” es que Carrie sea un personaje antipático y amoral y que Quinn (como otros personajes) sea ese resorte mortal que cuestione sus decisiones. Carrie justifica que haya tenido que tirarse al joven en los pocos días de margen que tenía para reclutarle y hacerlo confesar. ¡Sólo eran tres días! Su incomunicación ha provocado que el ISI tome ventaja aunque al regresar a la casa franca hallará a Aayan en la terraza y le confesará que su tío sigue vivo, que está muy enfermo, necesita la medicina que le llevó y es el único pariente que le queda. Carrie le consuela… aunque se le olvidó decirle (again) que ella fue aquella que dio la orden de masacrarlos a todos. Mala, mala, mala… víbora, víbora, víbora, víbora, víbora… y mil veces víbora. Esta es la nueva “Homeland”, tómela o déjela pero no se olvide escupir el veneno que le ha dejado Carrie en su boca antes de partir.
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