Páginas Bastardas

viernes, 29 de agosto de 2014

Intruders: Qui Reverti

Serie de TV
“Intruders”
EEUU
2014

Sinopsis (Página Oficial):

Del escritor y productor ejecutivo Glen Morgan (“The X-Files”) llega “Intruders”, que se centra en una sociedad secreta dedicada a perseguir la inmortalidad mediante la búsqueda de refugio en los cuerpos de los demás. La serie dividida en ocho episodios sigue la escalofriante historia paranormal contemporánea ubicada en el temperamental noroeste del Pacífico, tejiendo una fascinante y compleja red de drama. Como extraños sucesos, aparentemente sin relación comienzan a suceder, múltiples líneas argumentales —una esposa desaparecida, una asesino que cubre sus crímenes, un niño a la fuga— comienzan a entrelazarse para revelar un conspiración que cambiará para siempre nuestra comprensión de la naturaleza humana. Producido por la BBC Worldwide Productions, la serie se basa en el material del novelista británico Michael Marshall Smith de ‘The Intruders’. 

Crítica Bastarda:

Después de copiosas malas críticas tanto de la prensa especializada como seriéfilos y público en general, es hora de hacerse una pregunta: ¿el fallo de “Intruders” está en el fondo o la forma? Es difícil explicar el secreto de componer, conseguir y transformar una serie en un acto de culto y celebración. En el caso de la serie creada por Glen Morgan todo nos lleva a su propio pasado y vinculación con “Expediente X”, ese referente icónico televisivo que ha seguido vigente gracias a sus descendientes como “Fringe”. Si la serie que protagonizaban Fox Mulder y Dana Scully ejerce de gravedad, da la impresión de que The Leftovers marca alguna de sus órbitas. No hay parecidos aparentes aunque ambas se basen en novelas y quieran hablarnos del alma, ‘un puñado de elegidos’ y cómo afecta a los mundanales mortales quedar apartados de otros planes divinos. Evidentemente son la cara y cruz de una distinta moneda, pero los aciertos de Damon Lindelof se convierten en carencias Morgan en esa compensación de drama, misterio y ese thriller conspiratorio que rodea “Intruders”. Mientras que la adaptación de HBO utiliza un pretexto religioso/existencial a modo de mcguffin para propiciar un drama intimista a través de una familia, la creación de BBC America se ciñe al thriller con ramalazos de terror mediante la separación de una pareja. ¿Qué ha fallado pues? 


No se trata de la forma, ni de la elección de actores y casting, ni de la dirección, ambientación, guión o historia sino de esos hilos que atan el conjunto y generan una atracción al otro lado de la pantalla. Nos vamos al fondo y a sus carencias y ausencia, a gestionar un secreto con formas atrayentes y dramáticas y a ese reflejo sobre la conciencia y la posibilidad fantasiosa de hallar la eternidad. El tema tampoco es nuevo porque lo hemos visto en la estupenda “Cómo ser John Malkovich” de Spike Jonze y, todas esas piezas de un rompecabezas sobre una violenta y turbulenta historia coral, van a ir desmigajando el misterio sin que tengamos personajes que nos atraigan definitivamente. Hay atmósfera, pero falta interés… como si “Intruders” y sus protagonistas fueran víctimas de su propio laberinto y desasosegante aire que respiran.


Más que un aterrador viaje a través de terroríficas cajas chinas, los planteamientos pasan por ese conjunto de hilos narrativos que tejen ese fondo sobre la conciencia y la posibilidad de hallar una transferencia. Muchos criticarán que la historia da la impresión de no llegar a ninguna parte, que los asesinatos y misterios parecen parte de una ecuación en la que los más impacientes desean hallar una solución, que la frustración empaña a los entresijos de una gran incógnita. Por no hablar del sufrimiento gatuno a manos de evil-babys reencarnadas (por no decir posesas) con personalidades múltiples… Vivimos en tiempos de inmediatez televisiva y la confusión como elemento dramático y de guión no satisface a una amplia mayoría de la audiencia que ya ha sobrevolado por múltiples y variadas propuestas sobrenaturales. “Intruders” desea generar su terror y suspense dejando inquieto al espectador a merced de una invisible capa de misterio y un laberinto críptico que puede desorientar a cualquier. La idea es atrevida y sugerente pero le falta precisamente la esencia de su propia alma para transferir su conciencia a los televidentes, porque la serie acaba siendo un intruso peligroso en nuestros televisores y nosotros tenemos el arma perfecta para deshacernos de tal intromisión. Y aquí no hay vida eterna que valga sino una lápida catódica.

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