“Un príncipe para Laura” lo intentó (por sexta vez) volviendo en esta ocasión a su horario original y llevando su trospidez en horas bajas a la noche de los miércoles. ¿Consiguió o no los buenos datos que cosechó un año antes “Un príncipe para Corina”? No es que el dating-edit-show de Eyeworks España nos haya sorprendido por mucho que la Bruján más Bruján no pare de repetir que está repleto de sorpresas. De momento, los guapos no han dado demasiadas campanadas y con comodines y deseos han restablecido el orden primordial. La única diferencia es que uno de los favoritos y concursante designado por sus propios compañeros, Manu, pertenece a los ‘únicos’ en vez de a esos feos que dicen ser preciosuras. Con los mejores concursantes ya expulsados, el sexto programa del programa de Cuatro (a la espera de los datos de audiencia que confirmen la decadencia o cierta salvación) trató de superar los retrasos por los partidos de la UEFA Europa League. Las redes sociales con #Laura6, no obstante, dejaron de estar a pleno rendimiento y eso que se ¿había avisado lo suficiente del cambio de horario? y se emitió previamente una reposición y resumen para poner al público al día. Un público que estuvo viendo “Alaska y Coronas”, “MasterChef”, “Con el culo al aire” o “B&b”…
La aportación de Sira convirtió el cuento en culebrón tiempo atrás y hemos pasado a la pantomima de la indecisión de la princesa con sus amores reducidos a dos guapos (el ‘retornado’ surfero Pablo, el odiado diablo por el público y encantador de serpientes llamado Bruno) y ese ser ‘único’ cuyas risas incitan al asesinato que ya es finalista por decreto: Manuel. Los freaks, tróspidos o frikis, han ido cayendo como cucarachas y temíamos otra previsible aniquilación en este programa. Los mejores personajes y concursantes ya han sido fusilados prácticamente y la anunciada telenovela de celos (o simplificada por Sira a ‘Amigos y Rivales’) huele a mojón aburridísimo. Y es que el culebrón de sobremesa era evidente que iba a partir de la revelación del beso de Laura a Pablo (similar al de Corina con Diego) haciendo que los celos reventasen, cual olas tróspidas, la costa de Maderia-Parla mientras que la princesita choni iba a preparar las maletas rumbo Malta eligiendo a cinco sapos y separándose de su favorito. ¿Podíamos huir ya y que nos dejen de tanta parafernalia y su rumbo hacia un MHYV con tintes casposos y rancios?
Es cierto que hay que reconocer que el guión y casting de “Un príncipe para Laura”, junto a esas visitas memorables como la Tita Nani de Borja o la madre de La Pepa, han rellenado los espacios del aburrimiento. También que los supuestos guapos sean feos, pseudogays o Cidonchas como vuelta de tuerca… pero la sensación es que la princesita este año no está a la altura de las circunstancias (aunque le dé mil vueltas a Corina en lo que a sesos y labia se refiere) y mucho menos el rol ácido-agresivo de Mateo o Ana la mustia. Pudiéramos seguir sacando defectos y realmente el sexto programa confirmó que el montaje ni la banda sonora salvaban la falta de material y de ideas. Solamente nos quedaba 11 y la playa fue un lugar para pasar la resaca de ese guateque que lanzó al mar a uno de nuestros favoritos del show en el anterior programa. Mateo fue el único cachondo sobre esa arena del deseo donde acabó siendo defecado sobre el mar. Bruno empapó a Laura sacando su vena diablo y vertió sus lágrimas sin saber que su princesa había besado a Pablo. ¡Qué pesados! ¡Qué llorones! Manuel, más tarde, se llevó a Laura a pasear a caballo descartando a uno que era familiar de Norman Bates. Acabaron en un picnic y recordaron su primer encuentro en la gala de presentación. ¿Hubo conexión o HAMOR? Después de esa cita completa llegó la charla y una división de los chicos en tres grupos que también variaban y yo me liaba. Entre el ‘Cidoncha Presidente’, la Cidonchamanía, la banda sonora de “Drive” y que Borja es black or white, llegábamos a la hora del protocolo y de irnos de allí corriendo. Críquet o croquet sin ‘croqueta’, no gracias.
Gonzalo Orellana confirmó que es superdotado (de arriba y no de abajo) y Laura quedó encantada. Al nerd no le gusta presumir pero ella si tuviera cerebro lo iría gritando por cada esquina. Laura y Gonzalo se complementaron y se fueron a patinar para hacer el gañán y que el chico metiera algo de mano. Laura no se dejó y le hizo una culebra-hand en toda regla poniendo en aprietos a Gonzalo sin sacar el tema de su culo pollo y que es un pánfilo en toda regla… como el resto de pretendientes. Marc sacó de nuevo su vena filogay con ‘El lago de los cisnes’ con motor en el culo y siendo atacado junto al resto de sus compañeros pese a que el chico del cojín le gustan mucho los animales. ¿Los osos, tal vez? Manuel se vio sorprendido por una tortuga en el parque mientras que Álvaro mostró de nuevo su lado paparazzi para hacerse una foto con el torturado bicho… No hubo mucha miga (ni para esta crónica) pese a que lanzaron que ningún animal sufrió maltratos por parte de los pretendientes. ¿¡Y los nuestros psicológicos, qué!? Laura se llevó a sus otras citas grupales a un partido de squash donde la princesa en su infancia fue subcampeona nacional y les dio una completa paliza. Bruno no se tomó nada bien perder con Laura y se puso insoportable. Como le dijo Laura, si le daban un poco durito no sabía por dónde salir… Llegamos a la noche y la princesa se puso mona y se llevó a Marc a una cita para que se ‘sacara las bolas’. Ella, no él. Laura, aparte de jugar al squash, nos dio también lecciones de billar y de sacar, al parecer, a gente del armario o tocar las bolas. A la princesa no le gustó que Marc urdiera su odio agresivo sobre Pablo sacando sus uñas y mientras que Marc se definía como sensible y cariñoso, todo el mundo (incluida Laura) no podíamos quitarnos de la cabeza a él y su compañero de habitación (Bruno) dando saltitos desnudos en una guerra de toallas y almohadas… dando grititos de placer.
Siguiendo el guión del año pasado, el amigo gay reveló a algunos de los pretendientes el beso de Laura con Pablo. Coplas se puso como el ‘partido a partido’ de Simeone y Mateo les inculcó que potenciaran sus cualidades… La bomba, no obstante, llegó en la habitación de los ‘guapos’ que no estaban al tanto del beso de Pablo y, de esta manera, Marc trató de lanzar una broma anunciando un morreo con Laura y que ésta se tiró encima suyo. Pablo confesó el pecado y Cidoncha se mosqueó con las grietas de sinceridad del culebrón… mientras que Laura leía la carta que le escribió Bruno en un pergamino… para acabar haciendo un copia/pega del horóscopo de Géminis y Sagitario. La princesa quedó tan (tan, tan y tan) indignada con esa forma tan tróspida de ligar que Bruno fue llamado a palacio para recibir un rapapolvo de los buenos. ¡La princesa quería más Bruno y menos Google! ¡400 palabras o a la calle! A Laura en ese momento no le repetía el ajo como al pobre Pinazo porque unas pocas horas antes, tuvo un cita con el adicto a las fotos de famosos que comprendió (o eso trató) que los sándwiches en Portugal son tostas. Su conversación fue ajo, ajo, ajo… y salió el beso der’ ‘Zárvame’ y esas cosas que no le gustaron demasiado a la princesa aparte de que este niño tiene menos HARTE pa' quitar el perejil de unos morros… Y llegó la calabaza después del ultimátum a Bruno y la invasión del resto de concursantes alrededor de la morada de la princesa. El expulsado fue Borja (y sus lloros) con todo el dolor del mundo. Con todo el dolor porque:
a) Se les acaba la venta de condones.
b) Es el fin del autobronceador, cremas y gafas de sol gratis.
c) Coplas sigue cantando… y nuestros oídos (y los suyos) tronando.
Así que ella verá… Anunciaron que Laura se iba a Malta con Ana, Bruno, Manu, Coplas, Marc y Gonzalo mientras que el resto se queda con Mateo… ¿Les suena la historia? A mí sí y me aburre… Para el resto al que le quede algo de resto…
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