The Big Bang Theory (7x17) The Friendship Turbulence: La amistad (re)nace de una gran turbulencia

Tras pasar el capítulo 150 de “The Big Bang Theory” llegamos a la recta final de su séptima temporada en ese eterno juego de parejitas con la variante de la amistad como contrapunto al romanticismo nerd. No sé si es debido a que Kaley Cuoco se puede quedar embarazada en cualquier momento o la teoría conspiratoria acerca de los sobresueldos en Cheesecake Factory pero en “The Friendship Turbulence”, decimoséptimo capítulo de la séptima entrega de la sitcom, nos explicarán que Penny tenía ahorros. WTF!? ¿Ahorros una tipa gorrona que a duras penas llegaba a pagar el alquiler? En vez de ahorros deberían llamarlo por su nombre: prostitución. ¿O cómo es posible que una camarera (supuestamente de un local donde pueden entrar niños) se pueda pagar las operaciones de pechos que vemos en cada nueva temporada? Nada tiene sentido y esperemos que después de “The Friendship Turbulence” expliquen algo más. 

Posiblemente, el capítulo más tonto de la historia de “The Big Bang Theory”. Y era difícil… Vamos a ver, llevamos toda la serie viendo cómo Sheldon se metía con Howard… y, ahora, 150 capítulos después descubrimos que, en realidad, el Dr. Cooper simplemente se estaba defendiendo de duras bromas e insultos de un acosador. Cualquier persona con algo de respeto por sí mismo hubiera contratado a un asesino a sueldo para que pusiera fin a ese judío sociópata y a su sanguijuela india. Sheldon, como es un caballero acostumbrado a vejaciones y encerrado supuestamente en su síndrome de Asperger, ha contestado con la única arma que tenía a su alcance: la verdad. Porque es verdad que Howard Wolowitz es el peor astronauta de la historia (real o ficticia) de la NASA. Porque es verdad que no tiene la misma titulación que otros trabajadores de la universidad. Porque es verdad que nadie se fija ya en sus hebillas de cinturón desde muchas temporadas atrás. Porque, en resumidas cuentas, es verdad que no hay ningún club de fans de Wolowitz. Porque es verdad.

Ante tanta verdad y descubrimiento, Bernadette eleva el grito al cielo y amortiguado por sus pechos. Howard se reconciliará con Sheldon, Sheldon se reconciliará Howard, Howard se reconciliará con Sheldon, Sheldon se reconciliará Howard, Howard se reconciliará con Sheldon, Sheldon se reconciliará Howard, Howard se reconciliará con Sheldon, Sheldon se reconciliará Howard, Howard se reconciliará con Sheldon, Sheldon se reconciliará Howard… y así hasta marear la perdiz y acabar en un viaje en avión a la sede de la NASA en Houston para que unas turbulencias unan a esos dos amigos durante diez segundos. Sale la cancelación de “Firefly” como metáfora del vacío pero Sheldon se olvida de las docenas de series canceladas por no compartir unos ‘milloncitos’ (de na’) de audiencia de su serie. Da lo mismo, porque aquí los físicos tienen la memoria de una perdiz y esas turbulencias y apretón de manos de amigos durarán un vuelo de unos minutos. Llegará el nuevo guionista y se olvidará, con su memoria de pez, de los avances del libreto anterior. Suele pasar… porque aquí no pasa nada. Porque es verdad.

Después de tanta tontería llegamos a dos de las tramas más tontas de la historia de la serie. La primera la representan Penny y Leonard al ofrecer a la rubia protagonizar la secuela de “Apeist”. Penny declina porque ella puede ¿no aceptar papeles? Vamos a ver, te llaman para protagonizar una película después de haber hecho un anuncio de anti-hemorroides como único logro en tu carrera en más de tres años… y vas, porque eres muy lista y rubia, y lo rechazas. WTF!? Luego se te avería el coche y esos ahorros fantasmas que dices tener se pulverizan para volver a Cheesecake Factory porque (atención) tienes que ir muchas audiciones y no puedes ir en autobús. No, en autobús nunca. WTF!? ¿Tú te estás escuchando Penny? ¿Tú te estás escuchando? Por cierto, ¿quién es tu agente? Ah, tu cirujano plástico… ¿O tu peluquero? Que nadie se alarme porque, al final, Leonard regala a su novia un coche nuevo y todos apañados. ¡Qué bonito! ¡Qué acto de amor! ¿No era más fácil dejarla el coche? No, a Sheldon le da asco ir en también transporte público y tuvimos ya un capítulo al respecto [“The Bus Pants Utilization” (4x12)]. En resumen, en “The Big Bang Theory” lo que hay es mucho señorito y señorita. Mucho. Porque es verdad. Y tampoco nadie se cree el asunto de la cita a tres de Amy, Raj y esa chica que huye espantada ante un indio haciendo poesía y tanta gente rara y turbulenta que acierta donde te vas a tomar un café o te humilla públicamente. La tal Emily nos recuerda a la forense de la tercera temporada de “¿Quién quiere casarse con mi hijo?”. Esa pelirroja sabemos que tortura animales y que iba a desollar a Amy viva para comérsela… si no llega a ser por la intervención poética de Raj. ¿O era al revés? Da lo mismo, porque es verdad.

Historias Bastardas Extraordinarias by Maldito Bastardo is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.