Después del mid-season finale de la cuarta temporada de “The Walking Dead” que marcó el grandioso y memorable “Too Far Gone”, era previsible que el regreso intentará calmar la tormenta de muerte que vimos con la caída de la prisión y la división de los protagonistas. Se entiende que Robert Kirkman y Gregory Nicotero van a ofrecer varios capítulos para explicarnos su destino, paradero, presumible muerte de algún personaje principal y, finalmente, su unificación en ese Santuario que escuchamos por radio en “Isolation” (4x03). En “After”, noveno capítulo de la cuarta entrega de TWD, nos vamos a quedar con tres de los pesos pesados (e intocables) de la serie: Rick, Carl y Michonne. La relación entre padre e hijo no pasa por su mejor momento después de la posible (y a confirmar) muerte de Judith que se suplementa en el trágico drama que vive una Michonne más traumatizada y llorona que nunca. Perdona bonita, pero las señoras con katanas no lloran. NO LLORAN. ¡NO! Es momento de repasar “After”. ¡Y no, no se van todos a un after a contarse batallitas!
El capítulo va a comenzar con la toma de la prisión por los cientos de caminantes desde el punto de vista y nos va a dar también la despedida de dos personajes emblemáticos de la serie: El Gobernador y Hershel Greene. El primero yace muerto con un tiro entre ceja y ceja propiciado por Lilly Chambler y el segundo ¿dando vueltas? descabezado. Será Michonne aquella que de una muerte verdadera a aquel que fue realmente el pegamento del grupo en la granja y en la prisión y cuya semilla veremos si consigue perecer en ese mundo de defunción, caídos y destrucción a todos los niveles físicos y morales. Con esa Michonne más volátil y frágil (e igual de bitch a la katana, que conste) nos sumergiremos en sus recuerdos y también en su conflicto: volver a ser humana y no quedar atrapada en ese mundo de muerte que ha utilizado como camuflaje. Su reboot y reset a la Michonne que nunca conocimos y que Andrea condujo a la luz a través del grupo de Rick será narrado con sus dos nuevos ayudantes… sin brazos ni mandíbulas…
Con el grupo esparcido en todas las direcciones es consecuente que veamos una exclusión de los supervivientes y nos centremos en algunos de los frentes abiertos. El acercamiento e interés vuelve a ser dramático aunque seamos sinceros: por mucho que sufran y lloren nos les van a nominar a los Emmys o Globos de Oro. La idea es que con la separación salgan a flote las viejas heridas mientras tratan de sobrevivir en ese universo mortífero donde muchas veces los vivos son más peligrosos que los muertos. Recordemos que nos han introducido esta temporada a un precoz asesino en serie que presumiblemente hará de las suyas en ese reino amoral y ciertamente oscuro. También esperamos la llegada de Sgt. Abraham Ford, Eugene Porter y Rosita Espinosa que alegrará a los seguidores del cómic y toda esa reubicación de tramas para gestionar una nueva dinámica inédita en la serie y que será el nuevo orden para la quinta temporada. De momento, nos quedamos con dos frentes que convergerán al cierre del capítulo y que forman la historia de un padre tambaleante y un hijo que tiene que madurar a pasos agigantados mientras que Michonne trata de hallar un lugar y motivación en ese mundo que la invita a perderse en la propia muerte.
Rick está brutalmente tocado y no sólo a nivel físico. Carl tendrá que llevar el control para conseguir comida y suministros mientras trata de encontrar un lugar para que su padre se recupere. Que Rick proteste las decisiones de su hijo nos llevará a que Carl eche en cara a su padre todas las equivocaciones pasadas. No importa porque Rick ya está ausente y parece un caminante debido a su maltrecho estado físico. “After” desea mostrarnos si Carl podría seguir adelante sin su padre y, sobre todo, si podría acabar con él si muriera y formara parte de la liga de los muertos vivientes. Que durante la convivencia entre padre e hijo salga toda la mierda pasada (Shane, Lori, la incapacidad para lidiar con una amenaza como El Gobernador, etc.) nos deja a un Carl que tiene que madurar con equivocaciones y sobresaltos de por medio. Sabemos que sus enfrentamientos contra varios caminantes se van a saldar con triunfos debido a su enchufe con los guionistas… que tratarán de estirar el suspense a golpe de bocados, puertas que se abren y no cierran o pérdida de zapatillas por el camino. Realmente importa más el drama y que veamos a Carl incapaz de acabar con su padre que realmente está vivo… pero moribundo. Sus consejos siempre tienen base y el joven tendrá mucho que aprender… y miedos que superar todavía.
Del mismo modo, nos adentraremos en los primeros flashbacks de Michonne sobre su pasado aunque el tratamiento será onírico y pesadillesco. De un apartamento de lujo con su novio, el amigo de su novio y un niño pequeño en sus brazos el montaje y el escenario avanzarán en esa tragedia que no es oculta aunque entendemos perfectamente. Michonne no despertará con su grito sino en esos paseos por el bosque junto a sus ‘mascotas’ y una horda de caminantes de la que ella misma pudiera formar parte. Los paralelismos con otra muerta viviente provocará que Michonne rompa con su pasado y reiteración de la soledad como único modo de sobrevivir en la Apocalipsis Zombie. Que Michonne encuentre a Carl y Rick no es ni arte de magia ni necesidades del guión sino parte de esa catarsis conjunta que los tres necesitan y que ya intuíamos desde “Clear” (3x12). Michonne necesita a Carl y Rick y ambos necesitan a Michonne. Y nosotros necesitamos a los tres para seguir disfrutando de “The Walking Dead”.
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