Velvet: El paraíso de las damas (y las marujas)

Serie de TV

“Velvet”

España

2014

Sinopsis (Página Oficial):

En la España de 1958 hay un lugar al que todo el mundo desearía ir de compras una vez en la vida: GALERÍAS VELVET. Entre sus paredes se encuentran los trajes más elegantes, sofisticados y caros del momento, pero sobre todo se esconde una de las más maravillosas historias de amor que se haya contado jamás. La de Ana y Alberto. Ella, una humilde costurera. Él, un joven destinado a heredar el majestuoso imperio de la moda que hasta ahora gobierna su padre. Entre telas y vestidos de alta costura que evocan una vida de ensueño, ambos están dispuestos a romper con las normas de la época y vivir su un amor más allá de lo que traten de imponerles. Sin embargo, el destino reserva demasiadas cosas para poner a prueba ese amor verdadero; tantas como para llegar a convertirlo en algo prohibido.

Crítica Bastarda:

Antena 3 ha conseguido con “El tiempo entre costuras” la serie de ficción mejor valorada por el público desde “Pulseras rojas” y “Crematorio” y junto al sello de Bambú Producciones (“Gran Hotel” y “Gran Reserva”) la cadena quiere formalizar un cúmulo de ficciones de pretendida y sólida calidad. Las intenciones, por el contrario, quedan ahogadas en el diseño del producto y el molde (reciclado) donde el conjunto se encuentra enmarcado. Y no hablo de la miniserie originada por la adaptación de la novela de Rafael Chirbes, dentro de un canal de pago, que considero el mejor proyecto dramático no documental u online que se ha realizado en este país en mucho tiempo. Otra cuestión es que Antena 3, por mucha clase que pretendan desprender sus ficciones, se ponga al nivel de ordinariez del programa más cutre de Telecinco. Dentro de su ¿brutal? guerra llegó la nueva batalla con el estreno simultáneo de “Velvet” y “B&B, de boca en boca” en la que, al parecer, nadie gana. Como cada espectador está posicionado y no me encuentro en el target potencial de ninguna de las dos nuevas series de las cadenas privadas más poderosas de España, este post nace para también poder satisfacer a esa audiencia nacional que afirma ser tan culta y políglota que pudiera pastar en campos bastardos e informarles que hay otra realidad catódica esperándoles ahí afuera. Otra realidad de la que evidentemente “Velvet” no forma parte.

Podríamos considerar a “Velvet” la hija tonta de Bambú Producciones bajo esa apariencia de culebrón repleto de clichés sobre una máscara de diseño y sofisticación un tanto anacrónica y maquillada en los efectos digitales y los tratamientos de imágenes más cursis (todavía no me he recuperado de los aviones de papel) vistos en tiempo. No sé hasta qué punto han copiado a “Galerías Paradise” de la BBC (basada en la novela de Émile Zola de ‘El paraíso de las damas’) o a “Mr. Selfridge” de ITV ni tampoco me importa mucho la lucha de clases y el manoseado tratamiento de un guión cargado de lugares comunes y personajes sacados del manual de ‘buen folletín para marujas’. ¿Será la ausencia de moral cristiana como indica una de las muchas villanas de la serie? ¿Mi adicción a esas series norteamericanas, al parecer, tan poco glamurosas y tan mal hechas como “Mad Men” que impiden ver la calidad de algo que resulta un diseño de prêt-à-porter pasado de temporada? No es momento ni de discutir ni de contar las mismas batallitas de siempre que para guerra, la de nuestras cadenas... porque aquí aquello que realmente importa es la historia de amor (de er' güeno) de los personajes que interpretan Paula Echevarría y un Miguel Ángel Silvestre que todavía trata de descifrar la diferencia entre estar enamorado o parecer idiota. También la presencia poderosa (y antagónica) de los secundarios veteranos donde Aitana Sánchez-Gijón, José Sacristán y Natalia Millán brillarán o se apagarán a conveniencia en una serie que puede dejar ciego al seriéfilo medio salvo que sea maruja. Entre ese Madrid de los años 50 (que no se cree nadie) o ese cúmulo de copias y pegas que discurren por sueños, amores prohibidos e inconfesables secretos folletinescos, aparece el mismo glamour, en realidad, que una rima de Carmen de Mairena. Sí, no nos queda más remedio que quedarnos o hacer una despedida a lo Tito Valverde. Pero el mayor (e imperdonable) problema de “Velvet” es que el beso de Pablo Motos a Miguel Ángel Silvestre en “El Hormiguero 3.0” fue más auténtico que cualquier mimo o achuchón de El Duque al supuesto amor de toda su vida. Y así, ni con velvet ni en rebajas.

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