Es normal que cuando a Frank Darabont se le pregunte por “The Walking Dead” emerja el odio y la respuesta sea engendrada por el absoluto despecho. Salir por la puerta de atrás de una serie, que empezó a consolidar para que otros recogieran los frutos, no debe ser fácil. Aunque aquí las agitadas declaraciones que ha ofrecido recientemente a Entertainment Weekly dejan dudas si realmente aquello que quiere conseguir el director es cierta controversia para llamar la atención ante el estreno de “Mob City” en TNT. Que si los directivos son sociópatas sin escrúpulos, que si tiene el corazón roto y ya no ve la serie desde que fue kickeado indignamente y ese largo etcétera que le sirva de introducción parecen una coartada para hablar de su nueva ficción y proyecto. Agradecer al director de “Cadena perpetua” la concepción de una de las series fetiches de esta década para millones de espectadores con un gran piloto, pese a un desorientado inicio, es de sabios pero no darse cuenta del fuego que ha iniciado ese visible humo es de ciegos. También reconocer que Glen Mazzara y Scott Gimple dieron brío a su inicial propuesta y la convirtieron en aquello que en lo que es actualmente le guste o no. Darabont estaba aburriendo hasta al apuntador en el comienzo de la segunda temporada y su despido, encubierto inicialmente, fue agradecido por muchos… Las cosas y malos humos como son. “Internment” (4x05) dejó apartada la historia de la prisión para comenzar, gracias a un flashback dividido en dos capítulos, la narración de aquello que sucedió con El Gobernador. “Live Bait” marcó el primer acto y ahora es momento de comprobar el desenlace en “Dead Weight”, séptimo capítulo de la cuarta temporada de “The Walking Dead”?
Podríamos resumir “Live Bait” en dos grandes MEMEs: el primero consistiría en la petición de oxigeno del abuelo de Meghan Chambler y su final muerte siendo golpeado brutalmente en la cabeza tanto por el irónico destino y un tanque de oxigeno a manos de El Gobernador; y el segundo en la muerte con un hueso desgarrando la mandíbula de un muerto viviente (genial la parodia cambiando al caminante por Patricio Estrella) delante de la propia Meghan para revelar su nueva naturaleza. La conversión del villano y genocida de la tercera temporada en un tipo perdido que se ha reencontrado con su lado humano y ha obtenido una segunda oportunidad contrastaba con la petición de los fans de un antagonista más loco y sádico para Rick y los suyos. “Dead Weight” tiene que enlazar con el cierre de “Internment” y desvelar los motivos de su visita, esa es la esperada y simple realidad… El montaje inicial con esa conversación entre El Gobernador y Meghan respaldaba tanto por la partida de ajedrez y el aprendizaje vital junto a reencuentro de Martinez y su antiguo jefe desvelando el cambio de roles y finiquitándola con la aparición del tanque que los aficionados del cómic agradecerán. Ahora era momento de ese ‘peso muerto’ al que hace mención el título y en el que El Gobernador tendrá que contribuir o ser expulsado en el campamento con otro hombre al cargo. Tara, Lily y Meghan tendrán también que integrarse y hacer nuevas amistades que sirvan de presentaciones al público mientras que para rellenar la inicial cuota de suspense e intriga, El Gobernador se une a la búsqueda de Martinez y un par de hombres o nenazas que no durarían ni dos días en el grupo de Rick (los hermanos Pete Dolgen y Mitch Dolgen) de un superviviente que se cree que ha acumulado suministros cerca. Encontrarán cuerpos decapitados con carteles del tipo ‘Mentiroso’ o ‘Violador’ y el responsable en el portal de la casa a la que se dirigían que se colocó un cartel de ‘Asesino’ antes de volarse la tapa de los sesos. ¿Demasiados crímenes de guerra en un mundo post-apocalíptico en que todavía no hemos visto lo bajo que puede a llegar a caer el ser humano aunque lo intuimos? ¿Alguna historia oculta sobre esos carteles o simples espejos para mostrar al gobernador su oscuros interiores? Dentro de la casa se escuchan ruidos y será El Gobernador el niño de los recados y aquel que dejará en evidencia a sus compañeros de misión al salvarles la vida del ataque de la familia de caminantes que habitaban en el interior. Las fotografías, como paralelismo de la conversión de los seres humanos en muertos vivientes, siempre ha sido un recurso habitual y algo que los guionistas están utilizan mucho más esta temporada. Remarcar el componente humano de la bestia que ha engendrado siempre le servido a “The Walking Dead” como elemento dramático y aquí un contraste de la torturada y desequilibrada mente de El Gobernador.
Es normal que Martinez se dé cuenta de los cambios de El Gobernador y que en una comida donde el latino se ha excedido con la cerveza intenta traer de vuelta unos tiempos que ahora aquel que se llama Brian trata de olvidar. Shumpert (Bowman) es el primer personaje que da sentido a la peculiar porra de este blog (¿Quién morirá en la Cuarta Temporada de The Walking Dead?). ¿Un primer previsible acierto o un insulto racista? Conoceremos la información en una partida de golf que pudiera ser un homenaje y reminiscencia a las prácticas pasadas de Woodbury donde el líder tiraba las bolas (“Killer Within”) y que aquí marcará quién está arriba y debajo de esa fosa llamada poder. También para remarcar que Brian no quiere ser de nuevo El Gobernador pero la propuesta de ‘compartir la corona’ (y ser de nuevo el rey de esa partida de ajedrez) se ve contrastada con el punto débil de la bestia: recordarle que la conexión emocional para formar una familia es un riesgo demasiado alto en su caso. El Gobernador vuelve a ser El Gobernador (y el peor caddie de la historia de la televisión) y abre la cabeza a Martinez con su palo de golf para mandar esa bola, carne de carretera, al hoyo… del olvido. ¡Otro previsible acierto en la porra! Menos mal que alguien pensó en la hambruna que pasaban esos caminantes… menos mal. Gracias Gobernador, gracias.
Me gusta que una pesadilla enlace con la secuencia anterior para dejar cierta duda si El Gobernador soñaba con su destino o tenía conflictos morales aunque sepamos que su destino sueña con él. Ese mal sueño es su eterna pesadilla, aquella que tendrá que vivir y contemplar y el grupo ahora tiene que pasar por elegir un nuevo líder siendo Pete aquel que ejerza como tal. Buscar suministros sigue siendo una prioridad y es normal que el inseguro chico pida ayuda a Brian… Un Brian que observará, como espectador, la diferencias entre Pete y Mitch para robar los suministros (y asesinar) a los miembros de un pequeño campamento de supervivientes. Pete se niega y después de cazar a unas pocas ardillas se encontrarán, vía con ese olfateador del crimen llamado Brian, con el campamento arrasado y con sus miembros asesinados y no por caminantes… ¿Y por qué no escucharon los disparos o los gritos en tan solitario bosque? La posible idea de “The Walking Dead” a partir de la anterior temporada fue clara: la lucha de los grupos supervivientes por la supremacía y los suministros que albergan. Mitch ejercerá de Carol y El Gobernador verá que no hay futuro… y pondrá en alerta a aquel que cree que todos son de su condición. Es cierto que sin un peligro humano (Shane, Merle o El Gobernador) “The Walking Dead” parece coja y tendremos que completar la transformación, a golpe de cazadora de cuero, sangre y despeine, de Brian en esa bestia que debe sobresalir para poder sobrevivir... y que esos hermanos que posicionan el drama moral postapocalíptico (volver a ser humanos, convertirse en bestias) se encargan de recordarnos tanto a nosotros como a El Gobernador.
El Gobernador trató de escapar la noche de antes con su nueva familia (y la novia de Tara, Alicia) pero su naturaleza será encontrada en una secuencia en la que volverá a vérselas frente a frente con el rostro de la muerte que tanto le ayudó a meditar a su desequilibrada mente en el pasado. No hay salida, vayan donde vayan... parece decirnos la escena. ¿Son ellos también esos caminantes atrapados eternamente en su condición? ‘Brian’ volverá al campamento para sobrevivir cueste lo que cueste y reencontrarse consigo mismo para reinventarse. Pete recibirá la visita de Brian para recibir una puñalada trapera y muerte. Le faltó indicar a los guionistas que estaba dedicada a Frank Darabont... Posteriormente dejará claro a Mitch el posicionamiento del campamento: las decisiones morales de un líder conducen al resto a un fatal destino. Hijo, sí-sí… te fue tan bien en Woodbury siendo malo y ese 'mentiroso/violador/asesino'… Tan-tan bien. Sea como fuera, con una charla que nos desvela algo del pasado de El Gobernador a golpe de Lucky Strike y heroico hermano, el hermano de Mitch se une a la causa y el villano encuentra una nueva pecera en un escenario real siendo Pete el primero de sus trofeos. ¿Y cómo se une todo esto al cierre de “Internment”? Sencillo, El Gobernador vuelve a ser El Gobernador pero Meghan será atacada dentro del campamento y revelará tanto que el lugar no es seguro como que nunca debes de agarrar a un muerto viviente por la pierna para intentar amarrarle con su putrefacta carne. Evidentemente el lugar más seguro para salvaguardar a la pequeña Meghan y formar un hogar con Lily, antes de que confunda su parche con una Oreo y le deshaga a lametones, es la prisión (sí, no hay más lugares a 80 kilómetros a la redonda) y es ahí donde se dirige la bestia parda que se ha reencontrado a sí mismo. Ahora es malo-malo-malo... Todavía recuerdo a aquel que decía que no iba a meter a su gente a celdas. Hijo, sí-sí… te fue tan bien en Woodbury… Tan-tan bien… que va a repetir errores otra vez. Nada de virus ni nada de nada… hasta evidentemente el cierre de la primera parte de la cuarta temporada. Los aficionados del cómic están esperando como sangre de diciembre “Too Far Gone”, donde nos dirán si El Gobernador dispara esa pistola que apunta supuestamente a una sonriente Michonne que está en compañía de Hershel Greene… Recordamos todavía el «Es tu turno» y el Rey se ha vuelto a poner su corona para reclamar el Reino que le pertenece. Eso sí, le falta un tanque una copiosa compañía para iniciar un asalto que era aquel que esperábamos en el season 3 finale. En definitiva, «Es su turno» y será aquel que dé sentido a aquello que sucederá en esta temporada que cerrará la saga de la prisión y llenará de aciertos nuestra porra de difuntos.
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