Hello Ladies: ¿Quién quiere ‘citarse’ como niño tróspido?

Serie de TV

“Hello Ladies”

EEUU

2013

Sinopsis (Página Oficial):

Stephen Merchant interpreta a Stuart, un diseñador de páginas web que recientemente se mudó a Los Ángeles desde Inglaterra con la esperanza de encontrar la emoción, el romance y tal vez incluso un alma gemela. Mientras trabajaba fuera de su casa de Los Ángeles, Stuart tuvo un rollo de una noche con su atractiva compañera de piso llamada Jessica (Christine Woods), aunque ella no está claramente interesada románticamente en él. La mitad de encantador que el piensa que es —y dos veces más desesperado— Stuart está obsesionado con infiltrarse en el glamoroso mundo de la gente atractiva y, obstinadamente, golpea la escena social de Los Ángeles en compañía de sus amigos Wade (Nate Torrence), que está en mitad de una separación de su esposa, y Kives (Kevin Weisman), un parapléjico.

Crítica Bastarda:

Podemos gritarlo alto y fuerte: ¡LA HBO SE UNE A LA TROSPIDEZ!

He tenido que dejar ver el piloto de “Hello Ladies” por la vergüenza ajena que me producía… ¡Qué vergüenza! Todo se podría reducir a la entrada de los protagonistas sacada de un sketch de “Los tres chiflados” con gente guay de una cola de un local de moda (y también guay) que mira la situación y se ríe… Que si uno abre la puerta y golpea el bordillo moliendo el mismo, que si hay que sacar a un minusválido como si fuera la novia, que si el gordinflón tiene que cambiar de asiento y caerse… En fin, humor basado en la vergüenza ajena…

El piloto está co-escrito y dirigido por el propio Stephen Merchant y nos presenta a ¿Stephen? como elemento ¿auto-biográfico? Stuart quiere dejar sus cenas de microondas y tener novia. ¿Fácil? ¡Para nada! Su amigo Wade, recientemente abandonado por su esposa tras 11 años de matrimonio, es una carga y su compañera de mega-piso-apartamento pura tensión sexual. La fragilidad emocional del personaje encarece sus torpes intentos de ligar en ambientes hostiles produciendo un humor ¿moralmente discutible? Que “Hello Ladies” añada a un personaje minusválido y de humor guarrindongo para formalizar el trío de la muerte donde Stephen es el mayor de los pagafantas de la zona, podría funcionar para compensar. Me quedo con ese «Are you dating, mating or masturbating?» y que un tipo saque un portátil en una discoteca para enseñar una foto a una tipa con la que quiere ligar… pero, en general, me da toda la serie grima mucha vergüenza ajena.

Y el motivo es simple, directo y sencillo, teniendo el reality dating más tróspido y cómico con “Un príncipe para Corina” y “¿Quién quiere casarse con mi hijo?”, una recreación de sus momentos por actores (profesionales) daría bastante pena. ¿Se imaginan a Steven Yeun (Glenn en “The Walking Dead”) interpretando a Yong Li y ligando con una Corina de postín? Vergüenza ajena, me responderían inmediatamente. Y es que hay cosas que son mejor al natural y el formato correcto de “Hello Ladies” sería un falso reality dating, tan falso como los auténticos reality dating de Cuatro, en definitiva. Necesitamos creernos que algo es real para que esa vergüenza ajena se convierta en trospidez. Aquí, el material con el que trabaja Merchant, además, es flojo y bastante trillado. Desconozco si tendría que haberse fijado más en Judd Apatow o John Hughes o e incluso en la una de las vertientes de “The Big Bang Theory” cuando comenzó el show de Sheldon Cooper. Realmente encuentro bastantes parecidos en la relación entre los personajes de Stephen Merchant y Christine Woods, personajes aparentemente incompatibles pero donde el nerd siente atracción por su vecina buenorra, con Leonard y Penny. Que el mejor golpe de humor sea descubrir un condón en el bolsillo delantero de la mojada camiseta del protagonista ante toda la troupe de la disco guay y fashion no deja de ser tan patético como la vergüenza ajena sobre la que también quiere empaparse tanto la serie como el protagonista. ¿Debería ser, en definitiva, “Hello Ladies” un falso documental para funcionar correctamente? No sé si es más insufrible la cosa por su intento de imitación de la trospidez o por ser aquella serie bastarda que Ricky Gervais haría 500 veces mejor. Mientras tanto, revisen “Dates”.