Páginas Bastardas

miércoles, 25 de septiembre de 2013

The Blacklist: Cajas (y bolas) chinas

Serie de TV
The Blacklist”
EEUU
2013

Sinopsis (Página Oficial):

Durante décadas, el ex-agente del gobierno Raymond ‘Red’ Reddington (James Spader, “The Office”, “Boston Legal”) ha sido uno de los fugitivos más buscados del FBI. Haciendo de intermediario en mercados oscuros para los delincuentes de todo el mundo, Red era conocido por muchos como ‘El conserje de la delincuencia’. Ahora, misteriosamente se entregó al FBI con una oferta explosiva: les va a ayudar a capturar a un terrorista que han dado por muerto mucho tiempo atrás, Ranko Zamani, bajo la condición de que él sólo hablará con Elizabeth Keen ‘Liz’ (Megan Boone, “Ley y orden: Los Angeles”), una investigador del FBI recién salida de Quantico. Para Liz, va a ser un infierno su primer día de trabajo…
Lo que sigue es una cadena retorcida de eventos como el comienzo de la carrera para detener a un terrorista. ¿Cuáles son las verdaderas intenciones de Red? ¿Por qué ha elegido Liz, una mujer con la que aparentemente no tiene relación? ¿Tiene Liz sus propios secretos? Zamani es sólo el primero de muchos en una lista que la Red ha elaborado en los últimos años: una ‘lista negra’ de los políticos, mafiosos, espías y terroristas internacionales. Él les ayudará a atrapar a todos… con la única condición de que Liz siga trabajando como su compañera. Red enseñará a Liz que pensar como un criminal le hará ‘ver todo de manera más amplia’ tanto si quiere como si no.

Crítica Bastarda:

NBC sabía que su bien más preciado para este otoño era “The Blacklist” y colocó su estreno junto a la todo-poderosa ‘The Voice’ para cosechar unos excelentes datos que puedan dar a la cadena un respiro y nueva serie para engañar a una audiencia que ha dejado de sintonizar sus ficciones tiempo atrás. Con el gancho de James Spader y unos 559.602.364.806.654.489.375.080.963.134.795.945.000.463.101.666.958.349.639 millones de clichés sobre un plagio homenaje a “El silencio de los corderos”, la serie arremete contra todos los frentes del thriller del Siglo XXI: terrorismo, líneas confusas y llenas de grises entre criminales y sus captores, agentes dobles y personajes llenos de secretos y posibilidades. Si es evidente el paralelismo de Hannibal Lecter y su «quid pro quo», “The Blacklist” nos debería ofrecer a cambio algo de nuestra atención. Si bien pudiéramos colocarla en un frente de inverosimilitud, el libreto que marca su piloto esconde tanto como deja entrever cuantiosas posibilidades para disponer de una ficción de futuro.


La aparición de ‘El conserje de la delincuencia’ y su voluntad de ir descabezando una lista negra que ha ido confeccionando a través de todos sus años de criminalidad, nos hace llegar hasta una novata perfectamente seleccionada por el personaje de Spader y cuya química y retorcidos juegos no está exento de otros 559.602.364.806.654.489.375.080 millones de giros de guión. Con tanta vuelta es normal que algunos devuelvan… con insultos todos los trucos desvelados en cuantiosas matrioskas atrapadas una dentro de otra y que se irán exhibiendo a medida que avance la serie. Y es que para algunos “The Blacklist” será un nuevo entretenimiento que cabalga entre el procedimental, el thriller psicológico y multitud de cajas chinas y, para otros, una tortura con forma de bolas chinas. Que nadie se espere un cruce de Homeland”, “24”, “Alias” y “El silencio de los corderos” por mucho que quieran imponer dentro de un formato episódico que seguramente empañe la idea y la delimite a simple producto y pasatiempo. Precisamente la nueva serie de NBC pudiera brillar como estilizada distracción aunque con tanto bandazo pudiera delimitar su audiencia y target al de Person of Interest, por ejemplo.


Fijémonos en el juego psicológico y oscuro de los personajes que interpretan Spader y Boone por encima de los 806.654.489.375.080.963.559.602.364.134.795.945.000.463.101 millones de lugares comunes. Esperemos, eso sí, que la ‘lista negra’ mejore y la serie deje de frecuentar terroristas vengativos y niñas secuestradas con explosivas mochilas rosas que se desactivan con el socorrido cable rojo y en el último minuto. Me interesa más que Raymond ‘Red’ Reddington tenga un plan y una red de contactos que le vayan ayudando así como que ‘ClaLiz Starling’ sea un personaje que desconocía ciertos detalles y farsas que han cimentado su vida y que su nuevo ‘compañero’ actúe como un ángel de la guarda donde su fin justifica sus oscuros medios. ¿Se puede ver y disfrutar “The Blacklist”? ¡Por supuesto! ¿Es prescindible? ¡Por supuesto! ¿Irá a peor? ¡Por supuesto! Entre la caída de la presumible y copiosa lista negra —con tantos nombres como capítulos tenga la serie; ¡qué casualidad!— se esperan 805.963.559.602.364.134.795.945.000.463.101 millones de sorpresas. Sí, esperen sorprenderse tanto como que en breve escuchar un «Luke ClaLiz Starling, soy tu padre» para cerrar la temporada. Los viajes en el tiempo, para la segunda y, en la tercera, un crossover con Hannibal”. Esperen, esperen... cajas o bolas chinas porque en esta serie es lo único que van a encontrar opcional. 

3 comentarios:

  1. Como dices acerca de Hostages, tendrían que tirarse directamente hacia la comedia. En varios momentos no pudimos evitar reírnos, como cuando se imaginaban todas las razones por las cuales Ella había sido la elegida y a nadie se le ocurría una posible relación de parentesco (aún a pesar de que él tiene una hija y a ella le falta el padre, como comentaron insistentemente). En fin...

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    1. Hola tito!

      "Hostages" es más 'sincera' que “The Blacklist”. Salvo que en el próximo hagan la prueba del ADN, dudo que me enganche... exceptuando si los chistes y sketches (involuntarios) son buenos, claro. :P

      Saludos y... en resumen y bien como dices, en fin...

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  2. Lo único rescatable que he sacado hasta ahora de la serie es la actuación de Spader, y la música que suena en el obligatorio momento reflexivo de los cinco minutos finales, o en los cinco iniciales. Alice Dust, Sóley, Radical Face, Poliça, Emika, Suuns, Jim James.
    Que soy de pueblo y siempre agradezco que me presenten nuevos -para mí- músicos.

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